Una originalidad constante

Tratar los lenguajes informáticos a base de un discurso muy semejante en cada post como se aprecia a lo largo de la serie que hemos venido abordando no ha dejado de pretender que lo aquí expuesto desprendiera cierta originalidad. A ésta se la ha fundamentado, no obstante, más en el fondo que en la forma.

Lo que se quiere conseguir al exponer diferentes hechos y elementos bajo un discurso formalmente idéntico o muy semejante consiste en, por un lado, el de la autoría, elaborar ágilmente los contenidos y, por otro, el del público que los consume, recordar más fácilmente una considerable cantidad de conceptos planteados. La originalidad formal del discurso, entonces, ha tenido que aminorarse en beneficio de la pretendida originalidad en los temas de fondo.

En términos generales, puede considerarse una fórmula discursiva eficiente cuando, en efecto, se aspira a garantizar la constancia en la publicación en sí misma de contenidos. También a que un discurso que quiere, a nivel divulgativo, unir aspectos conocidos y novedosos sea, ante un amplio público, mejor asimilable.

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