Si un marco ideológico no incluye en sus fundamentos o en su esencia la búsqueda de la paz y la concordia, como mínimo resulta dudoso que se trate de un marco ideológico serio. La conflictividad y el belicismo son más propios de esas ideas clasistas y autoritaristas que se anclan en un eterno y supuestamente amenazado presente perfecto a conservar cueste lo que cueste.
La paz y la concordia son valores que, sin embargo, pueden esas ideas clasistas y autoritaristas desvirtuar hasta tal extremo que puedan parecer los principios que los regímenes o marcos culturales y civilizacionales correspondientes a las mencionadas ideas desvirtuadoras justo se preocupan por preservar. Entender la paz y la concordia desde un verdadero pacifismo es, por lo menos, una muy acertada manera para evitar y mitigar conflictividades.
Promoviendo la universalidad del pacifismo estaremos en mejor disposición de resolver conflictos de toda clase y específicamente los de línea de fractura. La civilización que se aleje del pacifismo va a difícilmente contribuir a consolidar una globalización positiva para el conjunto de la humanidad.
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Hacia el porvenir
Es especialmente importante resaltar que a una ideología digna la defina que mire hacia el porvenir porque que se ancle en un pasado supuesta y extremadamente modélico del que no hay que desmarcarse evoca el aquí aludido concepto de perfección. Y si algo es propio de la perfección es que conlleva la ausencia de sentido para continuar.
Con ese concepto de perfección, se construyen muy en particular ideologías tales como los neoimperialismos, ultrapatriotismos y fundamentalismos; de ahí que estos marcos ideológicos no conciban que la gente pueda salirse de los principios a los que pretenden someterla, porque se dan por principios perfectos. Que, luego, esa perfección derive en un clasismo y autoritarismo institucionalizados resulta, bajo esa perspectiva, un hecho justificable por la garantía de aquella misma perfección.
Se otorga al pasado un grado tal de perfección que conlleva la ausencia de sentido para continuar, por parte de quien sea, introduciendo cambio alguno en el marco ideológico en cuestión, lo cual deriva en un eterno presente, reflejo permanente de ese pasado desde el que se parte. Pero esa falsa perfección, con la que se quiere justificar que no se continúe avanzando social e ideológicamente, es la que a su vez se provoca a sí misma tal deterioro que no acaba quedando opción sino de retomar la senda del progreso.
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Con ese concepto de perfección, se construyen muy en particular ideologías tales como los neoimperialismos, ultrapatriotismos y fundamentalismos; de ahí que estos marcos ideológicos no conciban que la gente pueda salirse de los principios a los que pretenden someterla, porque se dan por principios perfectos. Que, luego, esa perfección derive en un clasismo y autoritarismo institucionalizados resulta, bajo esa perspectiva, un hecho justificable por la garantía de aquella misma perfección.
Se otorga al pasado un grado tal de perfección que conlleva la ausencia de sentido para continuar, por parte de quien sea, introduciendo cambio alguno en el marco ideológico en cuestión, lo cual deriva en un eterno presente, reflejo permanente de ese pasado desde el que se parte. Pero esa falsa perfección, con la que se quiere justificar que no se continúe avanzando social e ideológicamente, es la que a su vez se provoca a sí misma tal deterioro que no acaba quedando opción sino de retomar la senda del progreso.
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Qué puede considerarse una ideología digna
La forma de valorar las ideologías más dignas a considerarse es la que consista en definir las que mejor caractericen el marco civilizacional en cuestión y mejor proyección puedan atribuirle. No demasiado valor tiene una ideología que, aun siendo característica de una civilización, poca proyección de futuro le suponga.
Puesto que al tratar lo ideológico y lo civilizacional nos estamos situando en un terreno muy de lo subjetivo, convengamos en que para determinar qué le da proyección de futuro a las civilizaciones cobre importancia, de entrada, el hecho de buscar la paz y la concordia intra e intercivilizacionalmente. A ello, añadamos que, sin renunciar al conocimiento y la preservación de las raíces culturales, no se enfoque lo relevante hacia la salvaguarda de los preceptos propios de tiempos pasados.
Con estas directrices que, probablemente, bien pueden suscitar bastante consenso a día de hoy en cuanto a su utilidad para intentar encuadrar lo que puede considerarse una ideología digna de ser tenida en cuenta, descartaríamos cualquier autoritarismo en general y cualquier neoimperialismo, ultrapatriotismo o fundamentalismo en particular. Tener en cuenta esto para evaluar lo que se publica en la blogosfera y toda Internet será, cuando menos, bastante útil.
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Puesto que al tratar lo ideológico y lo civilizacional nos estamos situando en un terreno muy de lo subjetivo, convengamos en que para determinar qué le da proyección de futuro a las civilizaciones cobre importancia, de entrada, el hecho de buscar la paz y la concordia intra e intercivilizacionalmente. A ello, añadamos que, sin renunciar al conocimiento y la preservación de las raíces culturales, no se enfoque lo relevante hacia la salvaguarda de los preceptos propios de tiempos pasados.
Con estas directrices que, probablemente, bien pueden suscitar bastante consenso a día de hoy en cuanto a su utilidad para intentar encuadrar lo que puede considerarse una ideología digna de ser tenida en cuenta, descartaríamos cualquier autoritarismo en general y cualquier neoimperialismo, ultrapatriotismo o fundamentalismo en particular. Tener en cuenta esto para evaluar lo que se publica en la blogosfera y toda Internet será, cuando menos, bastante útil.
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Las webs y las ideologías
Así como la IoB debiera implicar para Internet que se concibiese para algo más amplio que sólo o casi sólo el campo de los comportamientos bajo la perspectiva de la mercadotecnia, tendría que ocurrir con la Web, en particular lo que vendría ser la WoB, asimismo lo propio en esa línea. Esto implica, por descontado, a la blogosfera.
Sea o no de una forma meditada, cierto es que la gente utiliza la blogosfera, muy especialmente las redes sociales o microblogs, y toda la Web para hacer públicas sus propias ideas. De las expresadas meditadamente se supone que podrían servir para trazar por lo menos algún esbozo de justo las ideas y los valores en los que el mundo contemporáneo se fundamenta, observándose así la relación que entre la Web o las webs y las ideologías exista.
La Web y la blogosfera, en sus vertientes propiamente de contenidos multimedia, se corresponderían con la WoB en su sentido más amplio. A partir de ahí, entre los contenidos que mayor grado de sentido crítico alberguen, deberían ser identificables las ideologías más dignas de tener en consideración.
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Sea o no de una forma meditada, cierto es que la gente utiliza la blogosfera, muy especialmente las redes sociales o microblogs, y toda la Web para hacer públicas sus propias ideas. De las expresadas meditadamente se supone que podrían servir para trazar por lo menos algún esbozo de justo las ideas y los valores en los que el mundo contemporáneo se fundamenta, observándose así la relación que entre la Web o las webs y las ideologías exista.
La Web y la blogosfera, en sus vertientes propiamente de contenidos multimedia, se corresponderían con la WoB en su sentido más amplio. A partir de ahí, entre los contenidos que mayor grado de sentido crítico alberguen, deberían ser identificables las ideologías más dignas de tener en consideración.
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Responsabilidad electoral
Los comicios en Italia han terminado por confirmar ese giro al extremismo de derechas que se preveía, lo cual debe hacernos reflexionar sobre la importancia que a veces tan poco atribuye la sociedad a los procedimientos electorales. Especial énfasis cabe otorgar a la participación electoral y a procurar que la abstención sea siempre mínima, partiendo de la libertad de ir o no a votar.
Una gran abstención es un inequívoco signo de que la política y la democracia no están calando en la población y ello puede derivar en resultados que catapulten peligrosas minorías al poder, así que habría que ahondar en inculcar responsabilidad electoral para que la ciudadanía se sienta con el deber de ir a votar. Si no nos consideramos responsables de los políticos electos que nos acaban representando, la política se degrada y desvirtúa.
Ya que, en todo caso, el resultado en Italia ha sido el que ha sido, cabe esperar que, también en un ejercicio de responsabilidad electoral, los electos para dirigir la política italiana asuman que deben gobernar para el conjunto de la sociedad de ese país. A su vez, puede que, por otra parte, la inestabilidad propia de la política italiana en los últimos años vuelva a manifestarse de nuevo para, ahora, hacer que el extremismo que ha accedido al poder sea efímero.
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Una gran abstención es un inequívoco signo de que la política y la democracia no están calando en la población y ello puede derivar en resultados que catapulten peligrosas minorías al poder, así que habría que ahondar en inculcar responsabilidad electoral para que la ciudadanía se sienta con el deber de ir a votar. Si no nos consideramos responsables de los políticos electos que nos acaban representando, la política se degrada y desvirtúa.
Ya que, en todo caso, el resultado en Italia ha sido el que ha sido, cabe esperar que, también en un ejercicio de responsabilidad electoral, los electos para dirigir la política italiana asuman que deben gobernar para el conjunto de la sociedad de ese país. A su vez, puede que, por otra parte, la inestabilidad propia de la política italiana en los últimos años vuelva a manifestarse de nuevo para, ahora, hacer que el extremismo que ha accedido al poder sea efímero.
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La senda que tome Italia
Cuando Europa y el conjunto de Occidente más tienen que mostrar unión ante los retos civilizacionales a los que nos enfrentamos a tenor, especialmente, del conflicto desatado por Rusia en Ucrania, que un país como Italia pueda virar con determinación hacia la ultraderecha puede resultar un escollo nada menor. Estamos ante una situación similar a la de Francia en abril.
Nuevamente nos encontramos en un delicado punto para un país relevante en la escena europea e internacional, pues, de optar como tan posible parece que es por posiciones ultraconservadoras, la propia Italia y sus relaciones con el resto del mundo pueden acusar una peligrosa involución que no conduzca sino al extremismo y la fragmentación. Dependiendo de la senda que tome Italia a partir de hoy, los riesgos para la tan necesaria concordia europea y mundial se mitigarán o agravarán.
Si Italia gira hacia la ultraderecha, sólo por su fácil asociación con el fascismo va a representar para Rusia, tan supuestamente motivada por estar combatiendo el nazismo, una mayor razón para enemistarse con Europa y el conjunto de la civilización occidental. Además, para la propia Italia en sí, un país que civilizacionalmente tan esencial es para Occidente, el retorno a las posiciones que mayor proximidad guardan con la ideología fascista representa, por descontado, un auténtico drama.
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Nuevamente nos encontramos en un delicado punto para un país relevante en la escena europea e internacional, pues, de optar como tan posible parece que es por posiciones ultraconservadoras, la propia Italia y sus relaciones con el resto del mundo pueden acusar una peligrosa involución que no conduzca sino al extremismo y la fragmentación. Dependiendo de la senda que tome Italia a partir de hoy, los riesgos para la tan necesaria concordia europea y mundial se mitigarán o agravarán.
Si Italia gira hacia la ultraderecha, sólo por su fácil asociación con el fascismo va a representar para Rusia, tan supuestamente motivada por estar combatiendo el nazismo, una mayor razón para enemistarse con Europa y el conjunto de la civilización occidental. Además, para la propia Italia en sí, un país que civilizacionalmente tan esencial es para Occidente, el retorno a las posiciones que mayor proximidad guardan con la ideología fascista representa, por descontado, un auténtico drama.
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De operación especial a movilización parcial
Habiendo pasado de operación especial a movilización parcial, a lo que se le suma las absurdas consultas de anexión a las que se obliga a acudir a la población ucraniana que queda en las zonas de especial conflicto, el Kremlin demuestra que, si lo que al fin y al cabo por guerra híbrida cabía entender es una guerra del sinsentido absoluto, desde luego su actual guerra lo es. Y lo es en todos los aspectos.
De por sí, cualquier guerra entraña, o debería entrañar para cualquier mentalidad mínimamente coherente propia del siglo XXI, el mayor de los sinsentidos que pueda atribuirse a la condición humana. La guerra que Rusia ha emprendido irracionalmente contra Ucrania, sin perjuicio de que en efecto es catalogable como conflicto de línea de fractura, es incluso peor que el mayor de los sinsentidos, mostrando tanto en motivaciones como en estrategia una constante absurdidad que, por el hecho de provenir de un tan peligroso régimen, ha derivado en una condenable e injusta masacre contra Ucrania y un grave desafío para la comunidad internacional.
La que tenía que ser una guerra relámpago se le ha complicado mucho más de la cuenta, su propia población protesta en sus calles o huye a otros países, en los territorios a ocupar se pretende que unos referéndums bajo coacción avalen algún tipo de carácter democrático a la invasión, y pese a todo ello Rusia parece creer que mantiene alguna legitimación, que en realidad nunca tuvo, para acometer sus atrocidades en Ucrania. Ante esto, si quedaba alguna duda, no queda ya ninguna de que al Kremlin lo dirige una oligarquía paranoica que está fuera de control.
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De por sí, cualquier guerra entraña, o debería entrañar para cualquier mentalidad mínimamente coherente propia del siglo XXI, el mayor de los sinsentidos que pueda atribuirse a la condición humana. La guerra que Rusia ha emprendido irracionalmente contra Ucrania, sin perjuicio de que en efecto es catalogable como conflicto de línea de fractura, es incluso peor que el mayor de los sinsentidos, mostrando tanto en motivaciones como en estrategia una constante absurdidad que, por el hecho de provenir de un tan peligroso régimen, ha derivado en una condenable e injusta masacre contra Ucrania y un grave desafío para la comunidad internacional.
La que tenía que ser una guerra relámpago se le ha complicado mucho más de la cuenta, su propia población protesta en sus calles o huye a otros países, en los territorios a ocupar se pretende que unos referéndums bajo coacción avalen algún tipo de carácter democrático a la invasión, y pese a todo ello Rusia parece creer que mantiene alguna legitimación, que en realidad nunca tuvo, para acometer sus atrocidades en Ucrania. Ante esto, si quedaba alguna duda, no queda ya ninguna de que al Kremlin lo dirige una oligarquía paranoica que está fuera de control.
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Nueva York
La ciudad de Nueva York ojalá represente para el conflicto de Ucrania unas altas expectativas de paz generadas en la asamblea que estos días celebra la ONU. Tanto temática como organizativamente, esta reunión es más amplia que la que representó en Madrid la de la OTAN, pero las graves repercusiones globales del conflicto desatado por Moscú merecen abordar seriamente el asunto en este nuevo evento.
Como puntos nodales que Nueva York, Madrid y Kiev puede considerarse que son de la red civilizacional que Occidente representaría, aquello que de las dos primeras surja respecto a la tercera, particularmente en el actual contexto bélico, debiera ser determinante, positivo y favorecedor para la capital ucraniana y todo su país, en especial, por supuesto, las zonas concretas del conflicto con Rusia. Los líderes mundiales tienen, pues, ahora en Nueva York un importante papel protagonista a demostrar que asumen.
Siendo la ONU, como a menudo es en definitiva cualquier institución internacional, un organismo que con facilidad puede parecer alejado de la ciudadanía, afrontar con determinación firme una solución para devolver la paz a Ucrania deteniendo la neoimperialista Rusia dotaría a Naciones Unidas justo de una mejor posición a ojos de la ciudadanía global, y específicamente la ucraniana. ¿Será Nueva York, en este sentido, escenario de tal firme determinación? Esperemos que sí.
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Como puntos nodales que Nueva York, Madrid y Kiev puede considerarse que son de la red civilizacional que Occidente representaría, aquello que de las dos primeras surja respecto a la tercera, particularmente en el actual contexto bélico, debiera ser determinante, positivo y favorecedor para la capital ucraniana y todo su país, en especial, por supuesto, las zonas concretas del conflicto con Rusia. Los líderes mundiales tienen, pues, ahora en Nueva York un importante papel protagonista a demostrar que asumen.
Siendo la ONU, como a menudo es en definitiva cualquier institución internacional, un organismo que con facilidad puede parecer alejado de la ciudadanía, afrontar con determinación firme una solución para devolver la paz a Ucrania deteniendo la neoimperialista Rusia dotaría a Naciones Unidas justo de una mejor posición a ojos de la ciudadanía global, y específicamente la ucraniana. ¿Será Nueva York, en este sentido, escenario de tal firme determinación? Esperemos que sí.
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La diplomacia entre nodos civilizacionales
En la diplomacia está la forma específica de bidireccionalidad interactiva por la que en el plano de la política internacional habría que resolverse cualquier diferencia. Que Rusia haya optado por alejarse de esta vía, respecto a la que de hecho no había estado nunca demasiado cerca por lo menos en el marco de la oligarquía actual, perjudica seriamente la conveniente globalización.
Puesto que estamos en un mundo civilizacional y que las civilizaciones podrían concebirse como puntos nodales bajo la perspectiva de la sociedad red y de la era de la información, es hacia la diplomacia entre nodos civilizacionales hacia donde cabría dirigir los enfoques respecto a la resolución de conflictos internacionales, que además pueden ser, en la misma línea, intercivilizacionales. Ésta sería la que hemos apuntado como la diplomacia que hay que reclamar.
La deriva por la que Rusia ha decidido emprender su política internacional viene a ser una extensión del autoritarismo que ya internamente ha practicado a partir de su oligarquía. Tal oligarquía ha pretendido dar el salto a un régimen neoimperialista que, por fortuna, no está siendo capaz de imponerse.
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Puesto que estamos en un mundo civilizacional y que las civilizaciones podrían concebirse como puntos nodales bajo la perspectiva de la sociedad red y de la era de la información, es hacia la diplomacia entre nodos civilizacionales hacia donde cabría dirigir los enfoques respecto a la resolución de conflictos internacionales, que además pueden ser, en la misma línea, intercivilizacionales. Ésta sería la que hemos apuntado como la diplomacia que hay que reclamar.
La deriva por la que Rusia ha decidido emprender su política internacional viene a ser una extensión del autoritarismo que ya internamente ha practicado a partir de su oligarquía. Tal oligarquía ha pretendido dar el salto a un régimen neoimperialista que, por fortuna, no está siendo capaz de imponerse.
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Rusia contra ella misma
Unas ideas y unos valores que puedan emanar de las civilizaciones en pro de una globalización que llegue a buen puerto han de tomar el diálogo intercultural como base y, de ahí, el diálogo intercivilizacional. Sin embargo, la completa ausencia de diplomacia en favor de la pura vía bélica en la que Rusia lamentablemente ha caído lo dificulta.
Por un lado, aunque el nuevo recrudecimiento del discurso ruso es otra indudable muestra de que siguen sin salirle a Moscú los planes como esperaba y ello es bueno en sí, resulta que, por otro lado, la probable deriva aún más irracional por la que el Kremlin, y Putin en particular, puede optar se presenta como una triste e imprevisible realidad cercana. Rusia no se enfrenta ya, no obstante, sólo a Occidente, sino que los países que pudieran serle afines y hasta la misma población rusa parecen empezar a ser claros discrepantes respecto al Kremlin y a su condenable y absurda guerra contra Ucrania.
Lejos de que cualquier país extranjero esté pretendiendo atacar directamente suelo ruso, es el propio Kremlin el que desde su irracionalidad está haciendo que vaya Rusia contra ella misma al provocar cada vez más voces discordantes entre quienes todavía pudieran apoyarla o simplemente no contrariarla. Desde luego, continuar en su irracionalidad está resultándole a Rusia una aceleración hasta devenir ese gran agujero negro civilizacional en el que difícilmente podrá evitar convertirse.
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Por un lado, aunque el nuevo recrudecimiento del discurso ruso es otra indudable muestra de que siguen sin salirle a Moscú los planes como esperaba y ello es bueno en sí, resulta que, por otro lado, la probable deriva aún más irracional por la que el Kremlin, y Putin en particular, puede optar se presenta como una triste e imprevisible realidad cercana. Rusia no se enfrenta ya, no obstante, sólo a Occidente, sino que los países que pudieran serle afines y hasta la misma población rusa parecen empezar a ser claros discrepantes respecto al Kremlin y a su condenable y absurda guerra contra Ucrania.
Lejos de que cualquier país extranjero esté pretendiendo atacar directamente suelo ruso, es el propio Kremlin el que desde su irracionalidad está haciendo que vaya Rusia contra ella misma al provocar cada vez más voces discordantes entre quienes todavía pudieran apoyarla o simplemente no contrariarla. Desde luego, continuar en su irracionalidad está resultándole a Rusia una aceleración hasta devenir ese gran agujero negro civilizacional en el que difícilmente podrá evitar convertirse.
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Cómo serían unas IoB y WoB civilizacionales
La denominación concreta previa puede que no sea la misma o incluso que no exista, pero el estudio mercadotécnico que se hace de manera menos o más automatizada a partir de lo que la blogosfera implica respondería perfectamente a la denominación, parcialmente, de IoB, y a la de, completamente, WoB. Es lo que, sin ir más lejos, se corresponde con la función de los algoritmos que, en particular en redes sociales, determinarían qué mensajes publicitarios aparecen durante la navegación.
Sin embargo, la Internet o Web del comportamiento tendría que significar algo de mucho mayor calado para, así, servir de complemento a la IoT y la WoT para definir la conformación, en los tiempos actuales, de la correspondiente asociación que en cada época hay entre sus ideas y valores y sus recursos e infraestructuras. Además, pues, de lo estrictamente mercadotécnico, debiera concebirse cómo serían unas IoB y WoB civilizacionales para acometer la comprensión del mundo global.
Durante lo que llevamos de globalización, Internet como infraestructura y muy especialmente sus entornos web como recursos específicos se han afianzado hasta representar la que apunta a ser la parte infraestructural determinante para las próximas generaciones. Al haberse configurado, asimismo en lo que llevamos de globalización, un mundo civilizacional, es en las ideas y los valores de las civilizaciones donde cabría terminar de hallar hoy el sentido completo de la historia y sus dinámicas.
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Sin embargo, la Internet o Web del comportamiento tendría que significar algo de mucho mayor calado para, así, servir de complemento a la IoT y la WoT para definir la conformación, en los tiempos actuales, de la correspondiente asociación que en cada época hay entre sus ideas y valores y sus recursos e infraestructuras. Además, pues, de lo estrictamente mercadotécnico, debiera concebirse cómo serían unas IoB y WoB civilizacionales para acometer la comprensión del mundo global.
Durante lo que llevamos de globalización, Internet como infraestructura y muy especialmente sus entornos web como recursos específicos se han afianzado hasta representar la que apunta a ser la parte infraestructural determinante para las próximas generaciones. Al haberse configurado, asimismo en lo que llevamos de globalización, un mundo civilizacional, es en las ideas y los valores de las civilizaciones donde cabría terminar de hallar hoy el sentido completo de la historia y sus dinámicas.
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Implementando la WoT en la blogosfera
Como entorno web que es la blogosfera, bien puede representar uno de los destinos en los que desarrollarse la WoT. Quizá, pues, blogs típicos al uso y redes sociales devengan recursos en los que se vaya implementando la WoT en la blogosfera para quienes necesiten o simplemente quieran cultivar este nuevo campo de innovación tecnológica.
La blogosfera entraña, en sí misma, bastante de WoT si concebimos el entorno de los weblogs o blogs como justo un entorno de desarrollo en el sentido de un entorno de programación, es decir, de uso de un lenguaje informático de programación, que en este caso se trataría del HTML, pues el lenguaje hipertextual puede, en efecto, considerarse, como hemos apuntado, un lenguaje de programación. Hasta en las redes sociales, pese a sus relativamente bajas capacidades de customización, que no permiten acceder al manejo del HTML, usamos el HTML también, aunque modificándolo indirectamente.
Utilizamos habitualmente el HTML de modo indirecto a partir del plano más multimedia e intuitivo en el que prácticamente siempre solemos navegar por Internet, sea con el navegador que sea. Cuando sólo navegamos, abrimos y cerramos archivos HTML en los sitios que visitamos; cuando además lo modificamos, y lo modificamos bien, programamos en HTML.
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La blogosfera entraña, en sí misma, bastante de WoT si concebimos el entorno de los weblogs o blogs como justo un entorno de desarrollo en el sentido de un entorno de programación, es decir, de uso de un lenguaje informático de programación, que en este caso se trataría del HTML, pues el lenguaje hipertextual puede, en efecto, considerarse, como hemos apuntado, un lenguaje de programación. Hasta en las redes sociales, pese a sus relativamente bajas capacidades de customización, que no permiten acceder al manejo del HTML, usamos el HTML también, aunque modificándolo indirectamente.
Utilizamos habitualmente el HTML de modo indirecto a partir del plano más multimedia e intuitivo en el que prácticamente siempre solemos navegar por Internet, sea con el navegador que sea. Cuando sólo navegamos, abrimos y cerramos archivos HTML en los sitios que visitamos; cuando además lo modificamos, y lo modificamos bien, programamos en HTML.
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WoB
Puede que muchos tengan ya noticia del estándar de desarrollo denominado Web de las cosas o WoT, que, en efecto, derivaría del concepto IoT y sobre todo permitiría, por aquello en lo que entiendo que se fundamenta, desarrollar la IoT a partir de entornos web. Entonces, ¿podría hablarse también de una Web del comportamiento o WoB?
Habiéndonos interesado por la IoT y la IoB, con más razón aún, como parte de la Web que la blogosfera es, nos interesa abordar ideas como precisamente la WoT y, en su caso, la WoB. Si bien la WoT está, en cierta medida por lo menos, bastante definida y encaminada, referirnos a la WoB va a requerirnos, con total probabilidad, hacer un mayor ejercicio conceptual de reflexión y análisis, pero imprescindible si queremos sacar el mayor provecho de la tecnología telemática como el que es factible si justo nos preocupamos de ahondar en los convenientes conceptos y valores.
Aunque tendría que ser, y de hecho es o suele ser, el contrario a primero lo técnico y luego lo teórico el proceder de desarrollo de los proyectos, IoT y WoT aparecen, desde la perspectiva del gran público e igual que en tantos otros avances ocurre, antes que las que vendrían a ser sus nociones más teóricas, en este caso IoB y WoB. Cabe, pues, como público y usuarios hacer ese orden al contrario y así discernir qué es lo que por IoB o por WoB podría entenderse.
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Habiéndonos interesado por la IoT y la IoB, con más razón aún, como parte de la Web que la blogosfera es, nos interesa abordar ideas como precisamente la WoT y, en su caso, la WoB. Si bien la WoT está, en cierta medida por lo menos, bastante definida y encaminada, referirnos a la WoB va a requerirnos, con total probabilidad, hacer un mayor ejercicio conceptual de reflexión y análisis, pero imprescindible si queremos sacar el mayor provecho de la tecnología telemática como el que es factible si justo nos preocupamos de ahondar en los convenientes conceptos y valores.
Aunque tendría que ser, y de hecho es o suele ser, el contrario a primero lo técnico y luego lo teórico el proceder de desarrollo de los proyectos, IoT y WoT aparecen, desde la perspectiva del gran público e igual que en tantos otros avances ocurre, antes que las que vendrían a ser sus nociones más teóricas, en este caso IoB y WoB. Cabe, pues, como público y usuarios hacer ese orden al contrario y así discernir qué es lo que por IoB o por WoB podría entenderse.
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La maduración de Internet
Con la etapa en la que se encuentra ahora Internet, podríase decir que en verdad la red de redes ha llegado a un punto de su evolución muy avanzado respecto al de su eclosión y, por supuesto, al de etapas previas en la que existía como Arpanet. Sin embargo, sólo desde la perspectiva de la IoT podría, tal vez, casi determinarse que esta infraestructura ha llegado a la madurez plena.
Habiendo llegado a la etapa que calificamos como de IoT, la red de redes está bastante avanzada en lo que a lo puramente técnico se refiere. Tomando la perspectiva de lo que es definible como IoB, le quedaría a la maduración de Internet un buen trecho aún para que la consideremos siquiera de próxima culminación, pues todavía a menudo se limita IoB a la mercadotecnia, lo cual no es irrelevante pero faltaría acometer una concepción considerablemente más amplia.
Ya que nos estamos dando cuenta de que la globalización en su conjunto no se habría enfocado de la mejor de las maneras y merecería una reorientación importante, no resulta descabellado llegar a la conclusión de que la propia Internet, surgida a la par, esté asimismo por acabar su propia maduración. Progresaremos hacia una completa sociedad red en la medida en que Internet no sólo se asocie al uso para el márketing o para lo banal, sino para fines más elevados.
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Habiendo llegado a la etapa que calificamos como de IoT, la red de redes está bastante avanzada en lo que a lo puramente técnico se refiere. Tomando la perspectiva de lo que es definible como IoB, le quedaría a la maduración de Internet un buen trecho aún para que la consideremos siquiera de próxima culminación, pues todavía a menudo se limita IoB a la mercadotecnia, lo cual no es irrelevante pero faltaría acometer una concepción considerablemente más amplia.
Ya que nos estamos dando cuenta de que la globalización en su conjunto no se habría enfocado de la mejor de las maneras y merecería una reorientación importante, no resulta descabellado llegar a la conclusión de que la propia Internet, surgida a la par, esté asimismo por acabar su propia maduración. Progresaremos hacia una completa sociedad red en la medida en que Internet no sólo se asocie al uso para el márketing o para lo banal, sino para fines más elevados.
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¿Y qué hacer con el también actual gregarismo?
Si nos preguntamos ¿y qué hacer con el también actual gregarismo?, tal vez hallemos que más bien debiera tener tendencia a diluirse en pro de precisamente el individualismo con el que, quizá un tanto paradójicamente, ha tenido que convivir. De acentuarse lo individual, en cualquier caso, no conviene que justo derive en el individualismo más recalcitrante.
Al gregarismo no le faltan características y consideraciones negativas por la ausencia de autonomía y criterio que implica para quienes por él están, menos o más voluntariamente, afectados; pero el individualismo tampoco está falto de aspectos nada positivos en quien lo lleve a la práctica. En el mundo global que debiera terminar de configurarse, tenemos sobrados recursos de comunicación, en especial Internet y la blogosfera, para lograr un equilibrio.
Va a ser determinante que una globalización auténticamente social, educacional y cultural promueva una clase diferente de conductas en comparación a las muchas peyorativas que la extraña combinación de individualismo y gregarismo parece haber creado. La presencia de cada cual en la blogosfera y en el conjunto de Internet puede representar una buena contribución a tales efectos.
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Al gregarismo no le faltan características y consideraciones negativas por la ausencia de autonomía y criterio que implica para quienes por él están, menos o más voluntariamente, afectados; pero el individualismo tampoco está falto de aspectos nada positivos en quien lo lleve a la práctica. En el mundo global que debiera terminar de configurarse, tenemos sobrados recursos de comunicación, en especial Internet y la blogosfera, para lograr un equilibrio.
Va a ser determinante que una globalización auténticamente social, educacional y cultural promueva una clase diferente de conductas en comparación a las muchas peyorativas que la extraña combinación de individualismo y gregarismo parece haber creado. La presencia de cada cual en la blogosfera y en el conjunto de Internet puede representar una buena contribución a tales efectos.
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¿Qué hacer con el individualismo actual?
El altavoz que en términos individuales representan Internet y la blogosfera es un fenómeno sin par en comparación a cualquier otra clase de recursos comunicativos y comunicacionales que se hayan conocido en el pasado. La individualidad ha encontrado, pues, en el ciberespacio su plataforma de expresión idónea si se sabe utilizarla correctamente.
Si anteriormente a que pudiésemos disponer de particularmente la blogosfera, redes sociales inclusive según nuestro parecer, era la individualidad muy fácilmente diluida entre la gran masa social, actualmente lo individual es expresable y difundible a nivel global, con lo bueno y malo que ello conlleva. Lo bueno, que hay que potenciar, pasa por orientar los próximos tiempos justo hacia una globalización social, educacional y cultural.
Lo malo, que muy probablemente deriva de no haber incidido lo suficiente en ese carácter social, educacional y cultural de lo telemático, es que la blogosfera se convierta en ese ámbito tan comúnmente concebido como banal y en el que lo insustancial abunda y predomina. Preguntémonos, en este sentido, ¿qué hacer con el individualismo actual? y hagamos lo posible, a partir de lo expuesto, por vehicularlo hacia lo mejor para todos.
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Si anteriormente a que pudiésemos disponer de particularmente la blogosfera, redes sociales inclusive según nuestro parecer, era la individualidad muy fácilmente diluida entre la gran masa social, actualmente lo individual es expresable y difundible a nivel global, con lo bueno y malo que ello conlleva. Lo bueno, que hay que potenciar, pasa por orientar los próximos tiempos justo hacia una globalización social, educacional y cultural.
Lo malo, que muy probablemente deriva de no haber incidido lo suficiente en ese carácter social, educacional y cultural de lo telemático, es que la blogosfera se convierta en ese ámbito tan comúnmente concebido como banal y en el que lo insustancial abunda y predomina. Preguntémonos, en este sentido, ¿qué hacer con el individualismo actual? y hagamos lo posible, a partir de lo expuesto, por vehicularlo hacia lo mejor para todos.
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Suficiente, aunque mejorable, presencia en Internet
Afortunadamente, lo social, educacional y cultural tiene hoy por hoy suficiente, aunque mejorable, presencia en Internet de por sí como para prever que su protagonismo en la globalización que en los próximos tiempos tendría que primar sea factible. Tanto cuantitativa como cualitativamente es mejorable esa sólo suficiente presencia.
Para mejorar en Internet la presencia de lo social, educacional y cultural cabe, ante todo, tomar conciencia cualquiera de nosotros de que, en efecto, disponemos con la red de redes de unas tan singulares como potentes capacidades comunicacionales que pueden revertir en el bien común. En la blogosfera encontramos precisamente una vía por la que lo telemático puede devenir tan auténticamente transformador como está llamado a ser.
Lejos, pues, del carácter banal que a Internet y particularmente a la blogosfera se les atribuye no en pocas ocasiones, cabe aprovechar de ellas el extraordinario potencial en comunicación que albergan. Entonces, la globalización social, educacional y cultural cobrará forma de una manera mucho más provechosa y consistente.
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Para mejorar en Internet la presencia de lo social, educacional y cultural cabe, ante todo, tomar conciencia cualquiera de nosotros de que, en efecto, disponemos con la red de redes de unas tan singulares como potentes capacidades comunicacionales que pueden revertir en el bien común. En la blogosfera encontramos precisamente una vía por la que lo telemático puede devenir tan auténticamente transformador como está llamado a ser.
Lejos, pues, del carácter banal que a Internet y particularmente a la blogosfera se les atribuye no en pocas ocasiones, cabe aprovechar de ellas el extraordinario potencial en comunicación que albergan. Entonces, la globalización social, educacional y cultural cobrará forma de una manera mucho más provechosa y consistente.
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Globalización telemática
Ya se trate de la globalización política y económica, ya se trate de la social, educacional y cultural, no puede concebirse lo global sin la nueva tecnología que tras el mundo de bloques vertebró la auténtica posibilidad de que la globalización se llevase a cabo: la tecnología telemática. La globalización, pues, de no ser globalización telemática, quedará incompleta.
De la dimensión civilizacional de la tecnología se desprende la condición telemática de la globalización, tanto de la globalización que hemos vivido hasta ahora, primordialmente política y económica, como de la que debiéramos experimentar en los próximos tiempos, decididamente social, educacional y cultural. Al igual que cada etapa de la historia, la global se configura por su infraestructura específica y su marco concreto de valores, que en este caso son respectivamente Internet y lo posmoderno.
La IoT y la IoB pueden emplearse para describir, bastante acertadamente por lo menos, lo que justo Internet y lo posmoderno representan a día de hoy. Nuevas etapas en la evolución de este binomio vendrán y precisarán con toda seguridad nuevas denominaciones para entender los cauces por los que la historia de la humanidad siga desarrollándose.
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De la dimensión civilizacional de la tecnología se desprende la condición telemática de la globalización, tanto de la globalización que hemos vivido hasta ahora, primordialmente política y económica, como de la que debiéramos experimentar en los próximos tiempos, decididamente social, educacional y cultural. Al igual que cada etapa de la historia, la global se configura por su infraestructura específica y su marco concreto de valores, que en este caso son respectivamente Internet y lo posmoderno.
La IoT y la IoB pueden emplearse para describir, bastante acertadamente por lo menos, lo que justo Internet y lo posmoderno representan a día de hoy. Nuevas etapas en la evolución de este binomio vendrán y precisarán con toda seguridad nuevas denominaciones para entender los cauces por los que la historia de la humanidad siga desarrollándose.
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La IoB y la multiculturalidad
Si IoT y multiculturalidad deben considerarse como relacionadas, asimismo o hasta en grado superior deben considerarse multiculturalidad e IoB. La IoB, al fin y al cabo, no hace o no debiera hacer sino referencia a la parte de carga ideológica o incluso psicológica de las implicaciones de Internet.
Por lo común, encontraremos probablemente que tratar sobre la IoB se vehicula en especial a la toma de decisiones de mercadotecnia a partir de los comportamientos que, justo a través de Internet, muestran los usuarios. Está bien que ésa sea una de las perspectivas, quizá la primigenia y de las más importantes, desde las que abordar la IoB, pero contribuirá a hacernos mejor idea de las transformaciones de nuestra época otra concepción que la amplíe.
Una IoB que contemple los comportamientos, valores, ideas y principios de las generaciones que viven y seguirán viviendo en un marco caracterizado por la red de redes devendrá considerablemente útil. Aquí entra, pues, lo multicultural de nuestro tiempo, y por ello la IoB y la multiculturalidad conforman una relación fundamental.
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Por lo común, encontraremos probablemente que tratar sobre la IoB se vehicula en especial a la toma de decisiones de mercadotecnia a partir de los comportamientos que, justo a través de Internet, muestran los usuarios. Está bien que ésa sea una de las perspectivas, quizá la primigenia y de las más importantes, desde las que abordar la IoB, pero contribuirá a hacernos mejor idea de las transformaciones de nuestra época otra concepción que la amplíe.
Una IoB que contemple los comportamientos, valores, ideas y principios de las generaciones que viven y seguirán viviendo en un marco caracterizado por la red de redes devendrá considerablemente útil. Aquí entra, pues, lo multicultural de nuestro tiempo, y por ello la IoB y la multiculturalidad conforman una relación fundamental.
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Una dimensión civilizacional de la tecnología
Los intercambios de logros tecnológicos entre civilizaciones son seguramente, si se observa con detalle la historia, más habituales a lo largo de los tiempos de lo que podría en un principio parecer. Conseguir, sin embargo, una dimensión civilizacional de la tecnología como la que en el presente implica Internet es calificable de inaudito en el transcurso de la humanidad.
¿En qué consiste tal dimensión civilizacional de la tecnología? Se trataría del actual acceso prácticamente por igual y por cualquiera de cualquier parte del planeta, y por ello de cualquier civilización, al desarrollo del potencial de comunicación que Internet entraña por su condición de infraestructura telemática multimedia. Lejos van quedando, en consecuencia, las limitaciones de lo que consiguió, que no fue poco, la tecnología analógica.
Puede que aún cueste hacerse a la idea del salto cualitativo que desde la perspectiva comunicativa y comunicacional se deriva de Internet. Es comprensible, sin embargo, si aun habiendo ya una generación que no ha vivido sin Internet es esta tecnología, en términos históricos, tan incipiente.
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¿En qué consiste tal dimensión civilizacional de la tecnología? Se trataría del actual acceso prácticamente por igual y por cualquiera de cualquier parte del planeta, y por ello de cualquier civilización, al desarrollo del potencial de comunicación que Internet entraña por su condición de infraestructura telemática multimedia. Lejos van quedando, en consecuencia, las limitaciones de lo que consiguió, que no fue poco, la tecnología analógica.
Puede que aún cueste hacerse a la idea del salto cualitativo que desde la perspectiva comunicativa y comunicacional se deriva de Internet. Es comprensible, sin embargo, si aun habiendo ya una generación que no ha vivido sin Internet es esta tecnología, en términos históricos, tan incipiente.
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La IoT y la multiculturalidad
Que Internet esté implantada y desarrollada, en mayor o menor medida según el sitio, en el conjunto de las civilizaciones hace de ella un claro elemento definitorio del marco precisamente civilizacional que justo quedó abierto tras el mundo de bloques. De lo contrario, bien puede que no tuviese tanto sentido plantear hoy nociones como posmodernidad y globalización.
A diferencia de hasta los recursos y medios comunicacionales anteriores más avanzados, ya incluso digitales, la comunicación por lo que propiamente se conoce como Internet o el ciberespacio, y sobre todo por la Web en general y la blogosfera en particular, es de pleno carácter accesible por igual y al instante en cualquier lugar del planeta, tanto para consumir contenidos como para elaborarlos y difundirlos. Se configura, pues, un mundo en que la IoT y la multiculturalidad son ejes intra e intercivilizacionales.
Tal naturaleza transversal en términos civilizacionales en lo que a la IoT y la multiculturalidad concierne va a poder ser determinante en potenciar el diálogo intercultural y mitigar conflictos como los de línea de fractura si sabemos estar a la altura de las circunstancias. Esto implica preocuparnos por manejar apropiadamente lo telemático y tomar conciencia de la multiculturalidad global en la que debemos convivir.
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A diferencia de hasta los recursos y medios comunicacionales anteriores más avanzados, ya incluso digitales, la comunicación por lo que propiamente se conoce como Internet o el ciberespacio, y sobre todo por la Web en general y la blogosfera en particular, es de pleno carácter accesible por igual y al instante en cualquier lugar del planeta, tanto para consumir contenidos como para elaborarlos y difundirlos. Se configura, pues, un mundo en que la IoT y la multiculturalidad son ejes intra e intercivilizacionales.
Tal naturaleza transversal en términos civilizacionales en lo que a la IoT y la multiculturalidad concierne va a poder ser determinante en potenciar el diálogo intercultural y mitigar conflictos como los de línea de fractura si sabemos estar a la altura de las circunstancias. Esto implica preocuparnos por manejar apropiadamente lo telemático y tomar conciencia de la multiculturalidad global en la que debemos convivir.
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Formas de liderazgo posmodernas
Dentro de la conveniencia de que la globalización se oriente a una vertiente más social, educacional y cultural, no es que tengan que quedar apartadas las vertientes política y económica. Éstas últimas tienen, a su vez, que resituarse y evolucionar.
Si bien, mientras parece haber predominado la globalización política y económica, parece asimismo que ha quedado, en términos precisamente globales, bastante arrinconada la que tendría que haber sido una globalización social, educacional y cultural, hacer ahora justo lo inverso arrinconando lo político y económico sería desaconsejable por completo. Cabe, de hecho, reformular las formas de liderazgo posmodernas para unos próximos tiempos en que, particularmente la política, en concreto la internacional, revalorice la vía diplomática.
En caso de descuidar esto que acabamos de exponer, los conflictos como los de línea de fractura, a la cabeza de los cuales está hoy el de Ucrania, arrojarán pocas esperanzas en cuanto a disiparse. Una era posmoderna, en la que ya a todos los efectos nos encontramos, va a requerir liderazgos posmodernos y, por ello, de enfoque completamente nuevo.
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Si bien, mientras parece haber predominado la globalización política y económica, parece asimismo que ha quedado, en términos precisamente globales, bastante arrinconada la que tendría que haber sido una globalización social, educacional y cultural, hacer ahora justo lo inverso arrinconando lo político y económico sería desaconsejable por completo. Cabe, de hecho, reformular las formas de liderazgo posmodernas para unos próximos tiempos en que, particularmente la política, en concreto la internacional, revalorice la vía diplomática.
En caso de descuidar esto que acabamos de exponer, los conflictos como los de línea de fractura, a la cabeza de los cuales está hoy el de Ucrania, arrojarán pocas esperanzas en cuanto a disiparse. Una era posmoderna, en la que ya a todos los efectos nos encontramos, va a requerir liderazgos posmodernos y, por ello, de enfoque completamente nuevo.
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La monarquía británica
Hay personalidades que, al margen de que agraden o desagraden, merecen ser reconocidas como notablemente destacables en la historia hasta por quienes menos afinidades puedan sentir hacia ellas. Una de tales personalidades es la reina británica Isabel II.
En plena era hipertecnológica como la actual, de multimedia, weblogs, IoT, IoB y demás conceptos similares, puede parecer anacrónico que el mundo esté en vilo por la salud y vida de una anciana que ostenta el trono del Reino Unido. Pero estamos también en la era civilizacional, y para Occidente los regímenes monárquicos como la monarquía británica y otras realezas son, guste más o guste menos, parte indisoluble de su historia como civilización hasta el mismísimo presente.
Por descontado, la reina Isabel II destaca especialmente dentro de la ya de por sí importancia histórica de las monarquías. No podía ser de otra forma teniendo en cuenta el largo tiempo de su reinado, cuyos altibajos no han impedido que la soberana británica desprenda simpatías incluso allende sus fronteras.
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En plena era hipertecnológica como la actual, de multimedia, weblogs, IoT, IoB y demás conceptos similares, puede parecer anacrónico que el mundo esté en vilo por la salud y vida de una anciana que ostenta el trono del Reino Unido. Pero estamos también en la era civilizacional, y para Occidente los regímenes monárquicos como la monarquía británica y otras realezas son, guste más o guste menos, parte indisoluble de su historia como civilización hasta el mismísimo presente.
Por descontado, la reina Isabel II destaca especialmente dentro de la ya de por sí importancia histórica de las monarquías. No podía ser de otra forma teniendo en cuenta el largo tiempo de su reinado, cuyos altibajos no han impedido que la soberana británica desprenda simpatías incluso allende sus fronteras.
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Unas IoT e IoB multimedia
Las oportunidades comunicacionales que de por sí brinda Internet desde su misma eclosión se diversifican y potencian con el paso a la IoT y a la IoB. Esto ocurre tanto uni como bidireccionalmente porque plataformas y usuarios acrecientan recursos y habilidades ciberespaciales.
A diferencia de lo que en cualquier etapa anterior a lo telemático era propio, unas IoT e IoB multimedia nos permiten consumir y elaborar contenidos en múltiples formatos para precisamente elegir o combinar los formatos que nos interesen con suma facilidad. Se añade a, y deriva de, ello que en vez de soportes, en el sentido clásico de soporte físico, tangible, vamos incrementando el manejo de lo que propiamente son en sí plataformas.
Con el uso de plataformas como son las propias de la macro y la microblogosfera, pones en práctica el potencial de la infraestructura y los valores que respectivamente IoT e IoB representan. Hacerlo aprovechando, en la medida que convenga, las capacidades multimedia es positivo en todos los sentidos.
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A diferencia de lo que en cualquier etapa anterior a lo telemático era propio, unas IoT e IoB multimedia nos permiten consumir y elaborar contenidos en múltiples formatos para precisamente elegir o combinar los formatos que nos interesen con suma facilidad. Se añade a, y deriva de, ello que en vez de soportes, en el sentido clásico de soporte físico, tangible, vamos incrementando el manejo de lo que propiamente son en sí plataformas.
Con el uso de plataformas como son las propias de la macro y la microblogosfera, pones en práctica el potencial de la infraestructura y los valores que respectivamente IoT e IoB representan. Hacerlo aprovechando, en la medida que convenga, las capacidades multimedia es positivo en todos los sentidos.
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La posmodernidad civilizacional
Según la perspectiva que se plantee, quizá no tengan que ir necesaria y estrechamente relacionadas las nociones de mundo civilizacional y posmodernidad; pero, desde lo aquí propuesto, concebir la posmodernidad civilizacional es, cuando menos, una buena senda hacia la comprensión de lo que los nuevos tiempos implican. Unos tiempos que, a fin de cuentas, no dejan de ser nuevos aun con algunas décadas a cuestas.
Considerando que la Edad Moderna puede darse por prácticamente concluida al mismo tiempo que justo nace el mundo civilizacional al que da paso el fin de la Guerra Fría, entonces tiene más que lógica entender que mundo civilizacional y posmodernidad van de la mano. En los siguientes decenios hemos estado, y estamos, asistiendo a una basculación entre, por un lado, un supuesto primermundismo hegemónico y modernidad, y por otro, mundo propiamente civilizacional y posmodernidad.
A la hora de querer optar por una u otra denominación para referirnos a una etapa histórica como ésta de las décadas recientes, bien puede todavía dar más o menos igual por cuál decantarnos. Preferiblemente, cabría optar por la que apunta a ser la nueva y siguiente a cobrar forma plena.
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Considerando que la Edad Moderna puede darse por prácticamente concluida al mismo tiempo que justo nace el mundo civilizacional al que da paso el fin de la Guerra Fría, entonces tiene más que lógica entender que mundo civilizacional y posmodernidad van de la mano. En los siguientes decenios hemos estado, y estamos, asistiendo a una basculación entre, por un lado, un supuesto primermundismo hegemónico y modernidad, y por otro, mundo propiamente civilizacional y posmodernidad.
A la hora de querer optar por una u otra denominación para referirnos a una etapa histórica como ésta de las décadas recientes, bien puede todavía dar más o menos igual por cuál decantarnos. Preferiblemente, cabría optar por la que apunta a ser la nueva y siguiente a cobrar forma plena.
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Entre IoT e IoB
A la IoT le quedan, seguro, aspectos todavía que innovar o, en cualquier caso, que perfeccionar. No obstante, con lo que se lleva impulsado hasta este punto de desarrollo de lo que en su conjunto es Internet, tiene que pensarse muy en serio en el énfasis en el concepto IoB.
Parecido a lo que puede considerarse que ocurre con modernidad y posmodernidad, dentro de lo que, más bien, sería ésta última resultaría identificable un predominio que bascula entre IoT e IoB. En definitiva, esto no tiene por qué considerarse, en absoluto, diferente de lo propio respecto al cambio de ciclo o etapa en otros momentos similares de la historia.
Lo concreto y lo abstracto, instrumentos y valores, materiales e ideas determinan en sus diferentes combinaciones la etapa a la que tal o cual de estas combinaciones pertenezca. Comunicativa y comunicacionalmente, ello responde hoy a IoT e IoB.
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Parecido a lo que puede considerarse que ocurre con modernidad y posmodernidad, dentro de lo que, más bien, sería ésta última resultaría identificable un predominio que bascula entre IoT e IoB. En definitiva, esto no tiene por qué considerarse, en absoluto, diferente de lo propio respecto al cambio de ciclo o etapa en otros momentos similares de la historia.
Lo concreto y lo abstracto, instrumentos y valores, materiales e ideas determinan en sus diferentes combinaciones la etapa a la que tal o cual de estas combinaciones pertenezca. Comunicativa y comunicacionalmente, ello responde hoy a IoT e IoB.
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Lo posmoderno de los tiempos próximos
En el momento en que la Guerra Fría y el mundo de bloques da paso a la supuesta paz primermundista y al mundo civilizacional, puede establecerse que estamos en la posmodernidad. Tal posmodernidad no puede sino ser, en ese instante, incipiente y no completa, hasta casi imperceptible podría considerarse.
La Edad Moderna parece alargarse, pues, e incluso llegar, de hecho, a nuestros días; y por descontado una época de tal calibre no da paso a la siguiente de un día para otro, sino que una y otra van justo aconteciendo unas veces más y otras menos predominantemente. Sea como fuere, es lo posmoderno de los tiempos próximos lo que sin prácticamente atisbo de duda apunta a tener que cobrar forma como eje de las relaciones intra e intercivilizacionales.
Internet en su conjunto y la blogosfera en particular son elementos propios de la posmodernidad que han ido implementándose y cobrando protagonismo unas veces más y otras menos predominantemente. La paz y la concordia en y entre civilizaciones tienen, por lo tanto, que contar necesariamente que estos recursos tecnológicos.
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La Edad Moderna parece alargarse, pues, e incluso llegar, de hecho, a nuestros días; y por descontado una época de tal calibre no da paso a la siguiente de un día para otro, sino que una y otra van justo aconteciendo unas veces más y otras menos predominantemente. Sea como fuere, es lo posmoderno de los tiempos próximos lo que sin prácticamente atisbo de duda apunta a tener que cobrar forma como eje de las relaciones intra e intercivilizacionales.
Internet en su conjunto y la blogosfera en particular son elementos propios de la posmodernidad que han ido implementándose y cobrando protagonismo unas veces más y otras menos predominantemente. La paz y la concordia en y entre civilizaciones tienen, por lo tanto, que contar necesariamente que estos recursos tecnológicos.
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IoB como un fenómeno propio de la globalización
Cabe otorgar cierto sentido a, si no identificar, por lo menos asociar o relacionar la IoB y la posmodernidad porque son unas nociones que van a servirnos para asimilar el calado de los nuevos derroteros que va tomando la historia en su siempre dinámica progresión. Asimismo, tengamos presente lo que IoT y modernidad han implicado hasta ahora.
Pudiéndose dar por concluida la Edad Moderna con el paso, en la configuración del orden mundial, de los bloques a las civilizaciones, en las siguientes décadas hasta prácticamente hoy tiene, sin embargo, bastante coherencia pensar que todavía se ha dado, unas veces más y otras menos predominantemente, una asociación o relación entre infraestructura IoT y valores o ideas de la modernidad. Es de prever que la, también hasta hoy unas veces más y otras menos predominantemente, asociación o relación entre una infraestructura más hacia la IoB y unos valores o ideas más propios de la posmodernidad consolide la posición definitoria de la IoB como un fenómeno propio de la globalización y, a su vez, de la plena era civilizacional que va cobrando forma.
La globalización de la que la IoB está llamada a ser un fenómeno propio y esencial ha de, por oposición a la globalización que eminentemente ha sido política y económica, devenir una globalización de mayor índole social, educacional y cultural. A aquella globalización previa, más política y económica, que hemos vivido se la puede, o se la debería, dar por concluida con el completo despliegue de la IoT, que en la actualidad puede considerarse, en efecto, prácticamente completo y total.
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Pudiéndose dar por concluida la Edad Moderna con el paso, en la configuración del orden mundial, de los bloques a las civilizaciones, en las siguientes décadas hasta prácticamente hoy tiene, sin embargo, bastante coherencia pensar que todavía se ha dado, unas veces más y otras menos predominantemente, una asociación o relación entre infraestructura IoT y valores o ideas de la modernidad. Es de prever que la, también hasta hoy unas veces más y otras menos predominantemente, asociación o relación entre una infraestructura más hacia la IoB y unos valores o ideas más propios de la posmodernidad consolide la posición definitoria de la IoB como un fenómeno propio de la globalización y, a su vez, de la plena era civilizacional que va cobrando forma.
La globalización de la que la IoB está llamada a ser un fenómeno propio y esencial ha de, por oposición a la globalización que eminentemente ha sido política y económica, devenir una globalización de mayor índole social, educacional y cultural. A aquella globalización previa, más política y económica, que hemos vivido se la puede, o se la debería, dar por concluida con el completo despliegue de la IoT, que en la actualidad puede considerarse, en efecto, prácticamente completo y total.
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Construir la empatía intercivilizacional
Unas civilizaciones convenientemente presentadas a través del ciberespacio, y en particular de la blogosfera, van a devenir muy propicias al diálogo intercultural y, de hecho, intercivilizacional precisamente. Contribuirán a generar empatía intercivilizacional y, de ahí, justo menos fracturas en y entre las civilizaciones.
Al combinar, especialmente simultaneando contenidos, macro y microblogosfera, se puede ofrecer un escenario atractivo y empático con el que los valores culturales y civilizacionales de todo el mundo generen conocimiento mutuo entre sí. Las múltiples formas de crear interactividad y, ligado a ello, los varios y variados formatos multimedia son, por lo menos en gran medida, el quid para que el mundo civilizacional posmoderno pueda ser pacífico.
De no preocuparnos por construir la empatía intercivilizacional tanto como desde cada civilización sea factible, conflictos como muy específicamente los de línea de fractura no van probablemente a atenuarse de modo notorio. Tienes en tu propio weblog una herramienta fácil y potente para aprender y aportar en cuanto a construir tal empatía y fomentar el diálogo intercultural e intercivilizacional que nuestro mundo precisa.
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Al combinar, especialmente simultaneando contenidos, macro y microblogosfera, se puede ofrecer un escenario atractivo y empático con el que los valores culturales y civilizacionales de todo el mundo generen conocimiento mutuo entre sí. Las múltiples formas de crear interactividad y, ligado a ello, los varios y variados formatos multimedia son, por lo menos en gran medida, el quid para que el mundo civilizacional posmoderno pueda ser pacífico.
De no preocuparnos por construir la empatía intercivilizacional tanto como desde cada civilización sea factible, conflictos como muy específicamente los de línea de fractura no van probablemente a atenuarse de modo notorio. Tienes en tu propio weblog una herramienta fácil y potente para aprender y aportar en cuanto a construir tal empatía y fomentar el diálogo intercultural e intercivilizacional que nuestro mundo precisa.
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Los blogs más allá de hacer función de enlaces
Comparados con las redes sociales o microblogs, ya que son los blogs típicos o al uso o macroblogs unos recursos de mayor customización, debieran éstos enfocarse hacia incidir en presentar un aspecto genuino. A esto no hay que hacerlo causa de una menor atención al contenido en sí, o sea, el propio mensaje o la esencia de lo que pretenda transmitirse.
Utilizando las opciones de customización que una plataforma de macroweblogs da la posibilidad de implementar, es recomendable procurar aprovechar estas posibilidades a fin de que, en caso de buscar una perspectiva cultural o civilizacional como tanta falta hace, el weblog en cuestión que realicemos devenga un atractivo punto nodal para conocer determinada cultura o civilización. Mientras la autoría del blog se asegure de disponer del suficiente conocimiento en cuanto a la cultura o civilización de la que se trate, no tiene por qué ser un inconveniente que la cultura o civilización a abordar no sea la suya propia.
Simultanear los mismos posts, o adaptaciones, en macro y microweblogs debiera asimismo seguir siendo una práctica a mantener presente en todo momento, particularmente por lo que, en el caso de la microblogosfera, a las redes sociales generalistas se refiere. Mediante todo este conjunto de apuntes y propuestas, bien pueden concebirse los blogs más allá de hacer función de enlaces o vínculos cuando, en especial, se trata de blogs que son redes sociales y, en este sentido, también concebirse, pues, como unos nodos, o puntos nodales, particularmente tratándose de blogs al uso o macroblogs, a implementar en pro del diálogo cultural o finalidades parecidas.
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Utilizando las opciones de customización que una plataforma de macroweblogs da la posibilidad de implementar, es recomendable procurar aprovechar estas posibilidades a fin de que, en caso de buscar una perspectiva cultural o civilizacional como tanta falta hace, el weblog en cuestión que realicemos devenga un atractivo punto nodal para conocer determinada cultura o civilización. Mientras la autoría del blog se asegure de disponer del suficiente conocimiento en cuanto a la cultura o civilización de la que se trate, no tiene por qué ser un inconveniente que la cultura o civilización a abordar no sea la suya propia.
Simultanear los mismos posts, o adaptaciones, en macro y microweblogs debiera asimismo seguir siendo una práctica a mantener presente en todo momento, particularmente por lo que, en el caso de la microblogosfera, a las redes sociales generalistas se refiere. Mediante todo este conjunto de apuntes y propuestas, bien pueden concebirse los blogs más allá de hacer función de enlaces o vínculos cuando, en especial, se trata de blogs que son redes sociales y, en este sentido, también concebirse, pues, como unos nodos, o puntos nodales, particularmente tratándose de blogs al uso o macroblogs, a implementar en pro del diálogo cultural o finalidades parecidas.
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