Este mundo se acaba

Lo que manifieste alguien de intachable referencia en el estudio de los fenómenos de gran calado social puede servir de mucho para cerciorarse de que la historia está dando un vuelco. Es lo que bien merece tenerse en cuenta justo respecto a quien ya en su día realizó un formidable aporte intelectual y que en la actualidad ha emitido su tan breve como claro y contundente juicio.

Compareció hace pocos meses Manuel Castells, dijo que este mundo se acaba y... ahí o no mucho más allá parece que quedó la cosa. Bien puede ser comprensible que para el gran público esto quede así, sin mucho más alcance de, en todo caso, relacionarlo con el contexto condicionado por el coronavirus. No obstante, para quien independientemente de su actual cargo ministerial aprecia a Castells por su archiconocida obra La era de la información, esas palabras, dichas por él mismo, merecen un punto de atención muy particular, pues mucho significan o por lo menos algo así podemos probar de discernir conociendo su obra, auténtica biblia para a lo menos buena parte de quienes tenemos un considerable vínculo con el ámbito de la comunicación.

Hasta qué punto puede llegar la significación de la sentencia de Castells será, por descontado, interesante que lo llegue a desarrollar él mismo. Por mi parte, de todos modos, me parece una muy buena ocasión para hacer mi propio intento, lo cual espero que contribuya a dar consistencia al conjunto de lo que planteo en cuanto a la blogosfera y, hasta donde es pertinente, en cuanto a lo que pueda extrapolar.

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Año pandémico

Un suceso que termina condicionando prácticamente todo un año, o incluso más, y a una escala tan mundial merece desde luego que se le tome en consideración por aquello que está claro que por lo menos, y por eso mismo, a nivel precisamente mundial va a conllevar. Es lo que ocurre con la pandemia del coronavirus.

Si bien ojalá no hubiese tenido que vivir nadie la trágica realidad que a la COVID caracteriza, no parece difícil encontrar una especie de encaje entre esta indeseable realidad y el hecho de que, por encontrarnos en un contexto mundial muy cambiante, es la gran etapa histórica que va quedando atrás una etapa enferma, muy enferma, incluso moribunda. Partiendo de lo indeseable que es que este cambio histórico hacia la globalidad haya tenido que ir acompañado, aunque en su caso haya sido por casualidad, de esta clase de drama vírico, no puedo dejar de, en un intento de circunscribir esto en la dinámica histórica, reconocer que es tan habitual como poco agradable que los grandes cambios históricos acontezcan asociados a algún tipo de desgracia.

Hasta la irrupción del tan letal coronavirus actual, seguramente nadie asociaba ya la peligrosidad vírica con los virus del mundo real antes que con la de los virus informáticos. En este año pandémico habrás podido darte cuenta de que, contra casi todo pronóstico, la peligrosidad de los virus informáticos ha quedado, en el imaginario común, en un segundo plano hasta que las vacunas que están aplicándose, y otras que van a ir implementándose también, permitan devolver el ámbito sanitario a un estado de baja o nula tensión en todo el planeta.

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Después de la globalización

Habiendo planteado la expresión de era global, es apropiado hacer una aproximación a su elección tanto desde la perspectiva del fondo como de la forma. El fondo responde a una nada nueva conveniencia y hasta necesidad de definir la época que parece tener que estar sucediendo al período que, desde la perspectiva comunicacional y tecnológica, se correspondería con el que llega hasta los inicios de la popularización de Internet.

Ya que, desde esos mismos inicios, la noción, y expresión, que se generalizó fue la de globalización, tiene sentido que, si tal y como el propio término indica, se trata de un proceso en marcha, deberá denominarse global el tiempo que a ese proceso en marcha, o sea la globalización, sustituya: después de la globalización debe, pues, venir lo global; y esto nos lleva a la primera aproximación desde la perspectiva de la forma que la denominación de era global en efecto tiene. La segunda y última aproximación a la forma deviene, en lo que por lo menos a mi planteamiento respecta, a una combinación de lo que entiendo que se deriva de las nociones de, por un lado, era de la información y, por otro, aldea global.

Ideadas y desarrolladas con ya bastante anterioridad a que Internet, y por supuesto la blogosfera, se empezasen a generalizar y popularizar, las expresiones de era de la información y aldea global suponen un punto de partida, que no por tanto otra mezcla quizá simple en apariencia, en cuanto a todo lo que implica lo que puedes apreciar que entiendo por era global. Conviene que para ello conozcas tanto como puedas lo que la era de la información, en especial según Manuel Castells, y la aldea global, tal y como la planteó Marshall McLuhan, significan.

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La próxima evolución del panorama comunicacional

Las maneras de vehicular un proyecto a través de los típicos medios de comunicación audiovisuales son esencialmente dos que se corresponden con las dos clases básicas de contenidos que se emiten en ellos: programas y publicidad. En la medida en que la iniciativa a desarrollar tenga más de una u otra clase, será respectivamente más un producto del propio medio o uno externo.

Por más que la difusión de nuestro proyecto la orientemos a la presencia en medios audiovisuales típicos, o sea, radio o televisión, puesto que hasta radios y televisiones desarrollan sus propias presencias en Internet y, en especial, en la blogosfera, no dejará de resultarnos imprescindible esta presencia cibernáutica para la iniciativa que emprendamos. Así pues, la repercusión de lo que queramos ofrecer al público que sea podremos o no vehicularla por medios audiovisuales tradicionales, pero, tanto en un caso como en otro, la presencia en la blogosfera, en particular y por lo menos en redes sociales, nos resultará clave. Que esa ineludible construcción de la identidad en blogs resulte fundamental a diferencia de lo que respecta a los clásicos medios audiovisuales hace vislumbrar hacia dónde la próxima evolución del panorama comunicacional tiende a decantarse.

Mientras tengas bastante desarrollada tu presencia en la blogosfera, ya dependerá del coste económico que tengas predisposición y posibilidades de destinar a los típicos medios audiovisuales el que a tal presencia le otorgues orientación por esos mismos medios. La única presencia en estos medios, no contemplando la blogosfera o por lo menos las redes sociales, no conduce sino a, en el mejor de los casos, hacerte invertir cuantiosos esfuerzos por un, quizá relevante, pero seguramente fugaz y efímero impacto.

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Desarrollar cualquier proyecto

El muy bajo coste o incluso la gratuidad de servicios de comunicación, o más específicamente telecomunicación, ya ha sido y es característico de otras infraestructuras antes que la de Internet. En tanto que sustancial diferencia, sin embargo, cabe recalcar que, en Internet, esos bajo coste o gratuidad se traducen además en una interactividad mucho mayor.

De los tradicionales medios de comunicación audiovisuales de masas, deriva una prestación de servicio gratis a los hogares de aquellas áreas a las que sus coberturas alcanzan. A la tan limitada interactividad que, en comparación al ciberespacio y en concreto a la blogosfera, ofrecen a cualquier público los típicos medios audiovisuales se le suma la facilidad de customización y las grandes posibilidades multimedia en todo lo que en Internet se puede hacer. Que, además de todo esto, lo que el ciberespacio permite realizar sea de auténtico acceso abierto y global hace que desarrollar cualquier proyecto por parte de prácticamente cualquiera devenga de lo más factible.

Toda iniciativa que pretendas vehicular a través de los clásicos medios de comunicación va a obtener un muy seguro considerable impacto por la inercia de gran seguimiento y familiaridad que tales medios mantienen tras prácticamente un siglo o más de presencia en la cotidianidad de la sociedad. La orientación hacia blogs al uso y redes sociales te reporta, por su parte, un menor coste, unos mayores grados de customización y de multimedia, una audiencia mundial y una conservación y un acceso permanentes.

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La competitividad propia de la era global

Hacer frente a una tan abierta y mundial competencia como la que el paso de la era analógica a la telemática conforma se solventa con resultar capaces de asumir unas competencias o habilidades que doten de la suficiente preparación para lo que la competitividad propia de la era global representa. Esto implica dotarse de habilidades multimedia.

Cuanto mayor número de formatos multimedia domines, más capaz de transmitir tu mensaje y generar interactividad al respecto serás entre un más amplio público. Entre los humanos, esto no es extraño que vaya, de hecho, estando ya de lo más asumido, pero que esta competitividad vaya, al mismo tiempo, a ser entre humanos y máquinas y entre máquinas y máquinas no lo tenemos tal vez tan asumido los propios humanos aún. Tanto querer ignorar o menospreciar el fenómeno, como, en el otro extremo, caer en ideologías supuestamente serias como el sustitutivismo robótico, o más bien prorrobótico, nos aleja de concienciarnos de esa competitividad a la que más pronto que tarde convendrá que nos habituemos.

La genuina e incomparable empatía entre humanos va a ser sin duda uno de los fundamentos que va a asegurar el sentido de las tareas humanas ante la inevitablemente mayor competencia con las máquinas automatizadas y de resultados indistinguibles o hasta mejores. En esa zona menos lógica de lo que la laberíntica mente humana es está esa empatía que te une al mejor potencial que en todo ser humano subyace.

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Una tan abierta y mundial competencia

Hasta llegar a poder y saber ofrecer conocimiento y entretenimiento de la mejor de las calidades, cualquiera debe transitar por unos cuantos ciclos de su propia trayectoria en lo que justo a conocimiento, a entretenimiento o a los dos se refiere. A diferencia de lo que a la larga era analógica respecta, y que en eso ya era igual, ahora puede quedar publicado y abiertamente almacenado a nivel global aquello que cualquiera elabora en sus ciclos preparatorios.

Si aquello que en la nube cibernáutica almacenemos, en especial aquello que publiquemos mediante la blogosfera, resulta calificable de poca calidad porque responde a la prácticamente inevitable imprecisión de todo lo que es incipiente, no es motivo para que nos tengamos que sentir ineficaces en exceso; lo preocupante es cuando bloguear de manera imprecisa, torpe e impulsiva consiste en aquello que nos parece adecuado o suficiente. En un mundo que, definido por la globalidad que parece estar configurándose, lleva a una tan abierta y mundial competencia entre emprendedores, empresas y, bajo otro baremo, humanos y máquinas, despreciar tanto la aspiración a la mejor calidad como el espíritu de superación conduce hacia nada bueno.

Robots, máquinas y, en definitiva, tecnología de toda clase con que constantemente parece no transmitirse otra idea que la de la creciente comodidad y falta de toda necesidad de esfuerzo deben ser motivo para hacer que, en cambio, los próximos tiempos tiendan a ser de mayor impulso al esfuerzo de cada cual por desarrollar iniciativas originales, creativas y genuinas. De lo contrario, que tu condición se limite a la de un usuario con poca o ninguna relevancia será lo más probable.

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En la nube cibernáutica

Desde una perspectiva cultural y comunicacional, suele ser la diversidad económicamente costosa pero tan inherente como necesaria para las personas; mientras que la homogeneización suele ser económicamente barata, si bien deviene más en convención y, hasta cierto punto, artificio. Ante una superproducción de conocimiento como la que en el siglo XX se dio, la supercapacidad de conservación requerida hizo imperativo pasar de lo analógico a la homogeneización de lo digital.

Al devenir lo digital en telemático, se convierte en todavía más almacenable todo el conocimiento producido y por producir: esto no responde sino al tan popularizado concepto de la nube, una nube constituida por un montón de servidores interconectados tanto entre sí como con los dispositivos que los usuarios emplean. Guardando en la nube cibernáutica nuestros datos, estamos participando de una infraestructura verdaderamente barata, tan barata que hasta es, en muy buena parte, gratis o de muy bajo coste. Si hubiésemos continuado tan sólo con la tecnología analógica, difícil y lamentablemente a estas alturas no hubiésemos tenido otra que escoger entre lo cara que comparativamente a lo digital esa tecnología es, o forzar un freno al avance de la producción y conservación del conocimiento.

Cabe tanto en la nube cibernáutica que hasta cabe todo lo que millones de personas bloguean en múltiples formatos, a diario y no en pocas ocasiones de manera casi o del todo compulsiva e impulsiva. Ya que dispones de esta infraestructura que generaciones anteriores ni soñaron, lo mejor es que la aproveches para que puedas con ella generar y conservar conocimiento, y entretenimiento, de la mejor de las calidades.

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Un binomio comunicacional simétrico

En términos de homogeneización y diversidad, bien puede lo multimedia entenderse en tanto que una buena muestra de cómo se reorienta ese binomio en el caso concreto comunicacional. La gran producción y conservación de conocimiento a lo largo de, en especial, el pasado siglo demandaban que los distintos formatos de comunicación se recondujesen precisamente en un modo que, a la vez que los aunase, respetase sus particularidades.

Con el paso de lo analógico a lo digital, ha experimentado la comunicación una muy notable homogeneización de soportes, mientras que al mismo tiempo y por esto mismo se han vuelto los soportes más capaces de albergar una mayor diversidad de formatos comunicacionales, desde texto a audiovisual: éste es el fundamento de lo multimedia tal y como lo entendemos desde las amplias obertura y generalización de Internet. Por descontado, no significa que con lo multimedia no puedan difundirse contenidos que temáticamente se decanten de manera decidida hacia lo homogéneo o hacia lo diverso, pero en sí mismo lo multimedia invita a concebir con un binomio comunicacional simétrico entre homogeneización y diversidad la comunicación.

Tampoco lo analógico tenía por qué no difundir contenidos que temáticamente se decantasen de manera decidida hacia lo homogéneo o hacia lo diverso, pero puesto que comporta no sólo diversidad de formatos, igual que lo digital, sino diversidad de soportes, no encuentras aquí binomio alguno como el referido. Lo que identificarás, entonces, resulta un desequilibrio, una asimetría, a favor del aspecto de la diversidad, lo cual tiende a redundar en una económicamente más costosa producción.

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La tensión entre homogeneización y diversidad

El ciberespacio, y en particular la blogosfera, contribuyen a la homogeneización por la ubicuidad que a nivel de infraestructura suponen y por la estandarización de protocolos de programación y de diseño web. Al mismo tiempo, la accesibilidad que asimismo ciberespacio y blogosfera proporcionan a todo tipo de usuario es lo que se orienta más hacia la diversidad.

Si alguna solución hay para que a nivel global resolvamos la tensión entre homogeneización y diversidad que necesitamos para convivir mejor, debemos encontrarla con los recursos que justo a nivel global existan o puedan existir, y en efecto existe ya Internet y el ámbito de los weblogs; tan sólo tenemos que dejar de concebirlos en tanto que unos recursos meramente accesorios o sólo puntualmente necesarios. Jamás el mundo había dispuesto de unas opciones tan potentes y fáciles a fin de desarrollar cada persona o grupo de personas sus propios proyectos con un potencial grado de interactividad tan alto. A esto, además, le debemos reconocer, en particular, que es una interactividad multimedia.

Con el manejo de los diferentes formatos multimedia y la agilidad en la elaboración y difusión de contenidos por el ciberespacio, y sobre todo por la blogosfera, tienes el mayor potencial para desarrollar tu proyecto, sea propiamente un blog o un blog a modo complementario. Los mismos formatos varios, desde texto a audiovisual pasando por imagen y sonido, experimentan entre homogeneización y diversidad su propia reformulación.

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Las puertas de la globalidad

En el difícil camino que intenta, o debería intentar, recorrer la humanidad hacia una convivencia lo más armónica posible de sus integrantes, buena parte del reto a superar para ello yace justo en el complicado equilibrio deseable de lograr entre aquello que merece homogeneizarse y lo que cabe fomentar como diverso. Un modo de aclarar por lo menos un poco esto es distinguir respectivamente entre lo más material o incluso materialista y lo más inmaterial o propiamente cultural.

Cuando de lo que a la distribución en cuanto a la riqueza y, en este sentido, de cierta igualdad en la participación dentro de una economía se trata, juega la homogeneización un muy buen papel porque suele contribuir a una sociedad económicamente de un mayor bienestar; ahí el más puro capitalismo falla bastante porque tiende, en este aspecto, a las notables desigualdades económicas. Aquello que, por su parte, concierne al ámbito de la opinión, la libertad de expresión y la cultura adquiere mejor desarrollo cuando se fundamenta en lo diverso; y ahí es donde el comunismo más genuino no suele hacer la más mínima buena aportación por el férreo pensamiento único al que deriva.

Mientras los humanos no resolvamos la tensión que entre una igualitaria distribución de la riqueza y un ampliamente asumido respeto a la diversidad cultural se produce, observarás que, por desgracia, el conflicto violento en sus varias formas va a seguir brotando a mayor o menor escala mundial. Estando en las puertas de la globalidad tenemos, sin embargo, herramientas como Internet, y en particular la blogosfera, a fin de remediarlo bastante.

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¿Homogeneización total humana?

Que, con un desarrollo tan en paralelo como han tenido las diferentes sociedades humanas a lo largo de la historia, ya se aprecien entre ellas unas ciertas similitudes demuestra que los humanos guardamos en efecto un cierto carácter homogéneo más allá de las distancias. Al ir hacia unas directrices que sincrónicamente se expandan en el comportamiento humano global, tal vez estemos entonces ante una ¿homogeneización total humana? Homogeneización, sí; total, no.

A diferencia del algorítmico razonar propio de los robots, el laberíntico y, en este sentido, a veces espontáneo razonar humano no puede, por fortuna, evitar que en su naturaleza haya un considerable margen para la diversidad, si bien por descontado las comunidades humanas precisan de acordar estándares en los que fundamentar la viabilidad de su convivencia. Lo convencional, pues, y por ende aquello que más resulta apropiado orientar a base de lo algorítmico, y esto justo encaja con lo algorítmico de Internet, es aquello que deviene bueno de estandarizar y, por la propia Internet en general y la blogosfera en particular, sincronizar a nivel global. Los parámetros estandarizados terminan suponiendo barreras opresivas en lo que, en cambio, a cada individuo hace genuino y lo que así contribuye a la diversidad cultural.

No sólo sería ilícito de entrada y complicado de pese a todo ponerse en marcha, sino que homogeneizar al completo la humanidad sería una limitación tan dura como contraproducente al potencial creativo de la propia mente humana; sin embargo, abandonar el comportamiento humano a un completo libre albedrío no parece tampoco una opción lícita ni viable. Merece replantearse para la era de la globalidad todo lo que en concreto, y en especial en la historia reciente, ha desembocado, de manera respectiva, por un lado en el comunismo y por otro en el capitalismo.

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La globalidad que parece estar tomando forma

Los tiempos venideros van a ser profunda y globalmente transformadores a todos los niveles sociales igual que la propia Internet es en sí misma un fenómeno de transformación a nivel global. Si con un desarrollo tan en paralelo como han tenido las diferentes sociedades humanas a lo largo de la historia, ya se aprecian ciertas similitudes entre ellas, todavía debiera ser de mayor similitud y hasta sincronía la evolución de toda la humanidad en el futuro.

Si la globalidad que parece estar tomando forma tiene que caracterizarse por algo es por, del mismo modo que lo transformador afecta a todo el mundo a prácticamente el mismo tiempo, igualmente la estabilidad debiera afectar a todo el mundo. Aunque la tan laberíntica como, por ello mismo, enigmática mente humana poco parece que vaya a abandonar por completo la reprobable actitud de enfrentarse y hasta aniquilar a otros humanos, y si bien no es el conflicto violento aquello que sólo hace transformar o conservar el comportamiento humano, será cualquier transformación o conservación de procederes sociales algo que devendrá mucho más globalmente sincrónico que lo que ha sido hasta ahora.

Más que de un territorio o un grupo físico de personas, con toda probabilidad las directrices que sincrónicamente se expandan en el comportamiento humano global va a depender del impacto que en el ciberespacio, y en particular en la blogosfera, esas directrices adquieran. Se llamen modas, tendencias o corrientes, observarás que en tales directrices, aun siendo de todos modos lo que igual que siempre condiciona al contexto histórico, puedes por la misma blogosfera participar en mayor grado de lo que antes cualquiera hubiera tenido capacidad.

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Bloguear en tiempos de coronavirus

Por la tan tristísima como amplia incidencia que ha tenido la COVID a nivel planetario, debe hacerse mención al respecto por lo que un acontecimiento como éste pueda repercutir en desmotivación para el desarrollo de cualquier proyecto en general y de blogs en particular. Lo importante es llegar a determinar que, mientras la siempre prioritaria salud lo permita, es bloguear en tiempos de coronavirus algo perfectamente posible y hasta recomendable.

La ubicuidad del ciberespacio y la facilidad de acceso al mismo por la variedad de dispositivos que hoy tenemos a nuestro alcance hacen que técnicamente no suponga bloguear un problema, de modo que aun en caso de confinamiento de alguien, ese alguien tiene muy fácil continuar su labor en la blogosfera; bien puede hasta ser la actividad de bloguear una muy adecuada forma de pasar un confinamiento ante la imposibilidad para desarrollar, bajo tal circunstancia, otras actividades varias. De hecho, y en particular en lo que a redes sociales o la microblogosfera concierne, está claro que, como no podía ser de otra manera, el propio coronavirus ha devenido en motivo de bloguear a tope al respecto a nivel mundial.

Habrá sido seguramente el coronavirus lo que ha impulsado a mucha gente en los últimos meses a interactuar en la blogosfera, y en concreto en las redes sociales, para hacer los comentarios pertinentes en cuanto a esta tan lamentable realidad. Si bien siempre es bueno que cada vez más gente se anime a desarrollar de manera abierta su presencia en Internet, y sobre todo en la blogosfera, es por supuesto deseable que el contexto pase a ser propicio para que, al contrario, sean motivos amables y agradables los que en todo caso motiven tu decisión de hacer un weblog.

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Lo lógico y lo caótico

Nada de extraño tiene que lo algorítmico haya impresionado e impresione a mucha gente por los logros que tal razonar ha posibilitado a la ciencia hasta reportar no pocos éxitos al género humano. De ahí, sin embargo, al extremo de desear que el pensamiento algorítmico sea el único a defender y, por ende, justificar así que lo robótico sustituya al máximo lo humano hay un gran trecho que, de recorrerlo, poco bueno va a producir.

Tampoco la parte más caótica del razonar laberíntico humano es, por supuesto, la única a defender ni a merecer imponerse. Cabe que en pro de nuestro mejor desarrollo en tanto que humanos aceptemos que somos una suma de lo lógico y lo caótico, y que es de un equilibrio entre los componentes de esta suma de donde extraeremos lo mejor de nuestro potencial mental. Cuando se alaba la parte más creativa y hasta caótica de la mente humana suele ser a causa de poner el énfasis en que así es, de hecho, como el ser humano nace: en la tendencia a una ausencia de extrema lógica. Que vayamos hacia ese extremo, me parece igual de poco acertado que si vamos hacia la priorización a ultranza de la lógica de tipo algorítmico.

Siendo capaz de equilibrar lógica y caos en tu mente, de manera respectiva descubrirás y redescubrirás las facetas que van a permitirte, al estar bien combinadas, hacer que lo que termine constituyendo tu blogolegado sea digo de consideración. En tu actividad más rutinaria en la blogosfera, hará que de manera constante te resulte más fácil suscitar, respecto a lo que bloguees, interés inmediato.

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El espíritu de superación

Si, entre todas las cualidades humanas, una merece ser destacada especialmente, el espíritu de superación es de las pocas que cabría considerarse, siempre que se trate de una superación respetuosa y sana. Bien puede que desde varias perspectivas pretenda sustentarse en ese mismo espíritu de superación la cada vez mayor hibridación entre humanos y máquinas, pero ¿tiene en verdad este planteamiento sustento?

Para quien las máquinas y, en la misma línea, el proceder algorítmico suponen el sumun del razonamiento es evidente que el ser humano, aun con todo lo que la humanidad ha progresado hasta hoy, resulta muy defectuoso y merece seguir mejorándose; y puesto que por sí misma la natural evolución parece que no va a sustituir humanos por robots, ni siquiera a hibridarlos, tendría que y hasta debería ser, según quienes piensan en la necesidad de priorizar a ultranza lo robótico, el propio ser humano quien haga cuanto a su alcance esté para superarse de tal modo que lo robótico pase como mínimo a predominar en la esencia de todo ser humano. La misma perfección buscada por estas mentalidades las deslegitima si, tal y como me parece, la perfección es no sólo inalcanzable sino indeseable.

Cuidar tu espíritu de superación, si no la mejor, es de las mejores bases en que puedes sustentar tu enfoque de la vida. Que, sin embargo, el objeto final de ello sea la perfección en general y la supuesta perfección algorítmica en particular deviene cuando menos poco recomendable si valoras la parte que, de su naturaleza laberíntica, la mente humana tiene de emotiva y hasta caótica.

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Una evaluación cada vez de mayor complejidad

Tendría que resultar por descontado de cierta complejidad la evaluación que permitiese discernir la conciencia humana ante un ser, o una obra de ese ser, en que tal condición fuese dudosa por la alta indistinguibilidad a la que entre lo humano y lo robótico el avance tecnológico lleva. En particular, la complejidad sería tal, con toda probabilidad, más bien por su requerida duración que por su intensidad puntual.

Expertos en ciencias del cerebro humano debieran ser quienes, a lo menos fundamentalmente, estipulasen las eventuales pruebas de una también eventual evaluación para que diferenciemos que un ser altamente indistinguible es humano o máquina. Será a todas luces una evaluación cada vez de mayor complejidad según lo algorítmico automatizado tenga mayor capacidad para imitar la condición laberíntica del proceder humano y si se da el caso de que humanos y máquinas se hibridan en alto grado. Más allá de la propia complejidad de las pruebas evaluativas, irán haciendo falta varias jornadas evaluativas para determinar coherencias e incoherencias que sean suficientemente representativas de lo humano como para en definitiva determinar o no que el ser evaluado es humano.

Claro que una evaluación de tal guisa tendrá que ser así de intensa cuando, en especial, de un determinado ser difícilmente distinguible no se conserve historial alguno de su vida, ni sea ese mismo ser capaz de por sí de relatar de manera convincente esa vida. Bien puede que la hibridación sea capaz de llegar a tal punto que el nacimiento de un ser en tanto que humano o máquina no tenga por qué ser una que fije de por vida una u otra de estas dos condiciones.

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¿Cómo tener certeza de conciencia humana?

Parece cada vez más cercano que, independientemente de que se deba, pueda hibridarse humano y máquina en la doble dirección de humano a máquina o de máquina a humano. De seguir transcurriendo por esa senda, el género humano tendrá que replantearse muy a fondo sus propios rasgos diferenciales y, por extensión, los de la naturaleza entera.

Tanto a un ser que, siendo humano de entrada, se hibridase por lo menos en buena parte con elementos robóticos, como a un ser que, siendo robótico de entrada, se hibridase por lo menos en buena parte con elementos humanos, podrá considerárseles humanos en la medida en que, de manera respectiva, mantenga o adquiera conciencia humana. Entonces, ¿cómo tener certeza de conciencia humana? Pues, evaluando si el proceder mental del ser en cuestión puede tener condición laberíntica. Si del ser emana un razonar laberíntico, en el sentido de un proceder que puede resultar emotivo, creativo y filosófico, su esencia humana podremos considerarla evidente e indiscutible.

No hace falta que entiendas un proceder filosófico en tanto que uno de alto razonamiento metafísico, sino que sencillamente puede estar sustentado en el normal y corriente saber popular a base de, sin ir más lejos, refranes y similares. Se trata de que el proceder laberíntico contempla salidas que sobrepasan lo que la pura combinatoria de una lógica de tipo algorítmico limita.

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Los entretejimientos mentales y los circuitos eléctricos

La parte que de lo creativo y discernidor, ámbitos de por sí poco robotizables, es no obstante más sustituible por automatización robótica es la que ya de hecho lo ha sido en buena medida hasta hoy: la de la reproducción de copias de las obras resultantes de tales ámbitos. La originalidad no encaja demasiado en la lógica de tipo combinatorio de lo algorítmico.

Prácticamente por igual, humanos y robots necesitan tener un bagaje para crear y discernir: los humanos, y demás criaturas, requerimos un proceso de aprendizaje a lo largo de la vida, y los robots algo parecido, sólo que consiste en un cúmulo de instrucciones combinables que, para que tengan sentido, deben responder a una lógica algorítmica. El aprendizaje humano termina siendo un, tan provechoso como a veces peligroso, entretejimiento de lógica y emoción; las instrucciones y actualizaciones robóticas responden a un proceder de circuito; de circuito eléctrico, de hecho. La parte de la más pura lógica nos une a humanos y máquinas, pero la emotiva es propia, y tan ventajosa como en ocasiones contraproducente, de los humanos.

Debido a ese entretejimiento que el laberinto de la mente humana puedes considerar que es y a la parte lógica que de ese entretejimiento se une con las máquinas, no podía ser quizá otra forma que la que Internet supone la que la propia humanidad acabase diseñando más tarde o más temprano. Siendo ya Internet y, dentro de ella, la blogosfera unas realidades plenas, el devenir de las relaciones entre los humanos y las máquinas, o bien, entre los entretejimientos mentales y los circuitos eléctricos parece que será de lo más interesante.

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La genuinamente humana perspectiva laberíntica

Es tanto lo que la automatización robótica puede llegar a seguir abarcando que, de hecho, la indistinguibilidad respecto a aquello que ha tenido por lo menos cierta intervención humana deviene ya, y devendrá más aún, enorme. Hasta dónde va a suponer esto una todavía mayor sustitución plena de humanos por máquinas está por ver, pero desde luego los humanos parece que vamos a poder seguir siendo liberados de muchas tareas, también creativas, a realizar.

De todas las tareas que los humanos realizamos, siguen habiendo, y las habrá, por descontado más sustituibles que otras; y entre las que menos lo son están las creativas y discernidoras, en especial en los respectivos sentidos artístico y filosófico. En todo lo demás que es más fácilmente sustituible por robotización, va a tener que jugar una decisiva función la creíble identidad virtual humana de quien sea que compita en eso que es fácilmente sustituible, de modo que pueda seguir garantizando su humana originalidad. En aquello que de lo artístico y filosófico pueda quedar asimismo fuera de, por lo menos potencialmente, automatización, resultará la genuinamente humana perspectiva laberíntica un recurso básico para afrontar la competencia robótica.

Queda claro que el proceder robótico no se sale de por sí del razonar algorítmico y cierto es que justo con ello alcanzan las máquinas sus altas cotas de indistinguibilidad y hasta mejora respecto a lo humano, pero su límite acaba ahí. Hay concepciones que por su abstracción no puede un algoritmo llegar a desarrollar, por más complejo que éste sea, porque se salen de sus eminentemente parámetros lógicos. Otra cuestión sería que pese a todo, aquello que puramente por azar parezca que un robot ha producido por abstracción quieras interpretarlo como equiparable a algo de creación humana.

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El contexto de la globalidad

La inevitable competencia que respecto a la automatización robótica van a tener que afrontar sucesivas generaciones plenamente blóguers es la razón esencial por la que los integrantes de tales generaciones van a tener que encontrar en lo cualitativamente muy bueno la manera de distinguirse y destacar. En lo cuantitativo está claro que las máquinas van a poder ir siempre por delante.

Nada ganamos en caso de que, ante un hecho como la automatización que cada vez a más áreas llega, nos resignemos a la inacción. Muy al contrario, procurando hacer de ello un estímulo para justo encaminarnos más hacia lo cualitativamente bueno y muy bueno, estaremos asegurando nuestra participación en el contexto de la globalidad. Partiendo de la dinámica que a lo largo de la historia la humanidad ha seguido en cuanto a ir liberando mejores capacidades intelectuales a medida que ideaba nuevas y más perfeccionadas herramientas, debieran ser para la humanidad misma los tiempos venideros unos de una extraordinaria producción creativa y original.

Puesto que a la globalidad la caracterizará una interconexión activa y ubicua entre prácticamente toda la humanidad, aquello que en tal contexto realices seguirá siendo, igual que ahora y en particular con la blogosfera, accesible a cualquiera pero se supone que adquirirá mayor valía que lo que aún hoy en buena parte se considera que vale lo que circula por el ciberespacio. Si obras con creatividad y originalidad, no tendría que suponerte la automatización demasiado problema.

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Al apelar a lo cualitativo

Aprovechar la blogosfera para encaminar lo comunicacional hacia lo cualitativamente bueno debiera ser lo que guiase a cualquiera que se adentre en este ámbito del ciberespacio. Poco sentido tiene que todo lo que cuantitativamente se ha superado respecto a lo analógico no se oriente además a seguir mejorando en calidad aquello que sea expresado.

Por más que al apelar a lo cualitativo nos encontraremos de nuevo con lo subjetivo y, de ahí, lo altamente interpretable de varias maneras, haremos bien en, desde la perspectiva de perseguir una buena síntesis plurítona, hacer cuanto a nuestro alcance esté para ofrecer la mejor calidad posible en lo que comuniquemos a través de la blogosfera y demás ámbitos cibernáuticos. A título de orientación intenta cumplir su función aquello que desde aquí exponemos, en especial teniendo en cuenta que una primera generación plenamente blóguer es ya una realidad, si bien las lógicas propias de la etapa comunicacional previa siguen aún bastante presentes.

Sucesivas generaciones para las que la existencia de los blogs continúe siendo una realidad tendrán mucho más asumida la búsqueda de lo cualitativamente bueno, sobre todo en la medida en que la presencia en la blogosfera parece que seguirá siendo imprescindible, aun si sólo te centras en lo tocante al nivel de las redes sociales o microblogosfera. En una realidad tal, será clave encontrar en lo cualitativamente muy bueno la manera de distinguirte y destacar.

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Esa magnífica oportunidad comunicacional

Con su, a la práctica, ilimitado espacio para la publicación en el formato multimedia que sea, son todo el ciberespacio y en concreto la blogosfera unos campos de todavía mayor potencial producción comunicacional en comparación a lo analógico, incluido el tan productivo formato analógico en el pasado siglo. Lo cibernáutico resulta, así pues, una oportunidad de desarrollo sin igual para el conocimiento.

La participación libre y abierta en el ciberespacio, muy en especial mediante weblogs, termina de dar forma a esa magnífica oportunidad comunicacional que tenemos a nuestro alcance la humanidad comparando con prácticamente cualquier otra etapa de la historia. Aun con respecto a todo lo que el tan comunicacionalmente superproductivo siglo XX ha dado de sí, el ya también presente entonces, pero hacia sus finales, formato digital hace prever que en el siglo XXI hemos sobrepasado, cuantitativamente por lo menos, la comunicación generada en el siglo previo e incluso en toda la historia anterior. Claro que siempre permaneceremos un tanto a merced de quizá ignorar cierta parte de aquello que de cualquier época pasada pudiese haberse conocido de haberlo conservado.

¿Cuánto conocimiento no se conserva de cualquier etapa histórica anterior y no podemos, por tanto, comparar con la cantidad y la calidad del conocimiento actual? Más allá de la certeza que de cuanto más pretérita sea una época, mayor será en principio lo que no se conserva, es lamentablemente poco lo que puedes tener por seguro respecto a qué no se conserva de entre lo que a lo menos fuese cualitativamente relevante.

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El período de mayor producción comunicacional de la historia

El potencial del formato utilizado para transmitir lo que sea condiciona mucho hasta dónde llegan las ramificaciones temáticas de una época. Desde la propia naturaleza material que al formato defina hasta el coste de producir tal formato, ese potencial delimita el punto al que el desarrollo temático en cuestión llegue, por más que la temática dé más de sí.

De lo analógico se ha llegado a producir una extensísima cuantía de contenidos comunicacionales a lo largo de la historia, y quizá el anterior siglo haya justo sido el período en que más contenidos de esta clase lo analógico ha dado, lo cual en definitiva viene a significar que ha sido el período de mayor producción comunicacional de la historia, ya que lo analógico era de siempre la única tecnología que había. Al ser prácticamente inviable calcular cantidad y ritmo de producción comunicacional digital en general y por Internet en particular, difícil resulta hacer la comparativa con lo logrado por lo analógico aunque sólo sea limitándonos al último siglo.

La probabilidad apunta, sin embargo, a que puedes tener la certeza de que, hasta hoy, lo producido en entornos digitales y en concreto en el ciberespacio y la blogosfera, ha conseguido superar, o superará en breve, la cuantía de producción y conservación analógicas de buena parte de como mínimo la historia reciente. De tomarte en serio aquello que bloguees dependerá que contribuyas además a que esa superación cuantitativa vaya acompañada de una superación cualitativa.

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Ramificaciones comunicativas

La gran oportunidad que la blogosfera proporciona es la de dar fácilmente una constante e indefinida actualización periódica a prácticamente cualquier temática. Merece aprovecharse esa oportunidad, ya que es, con alta probabilidad, factible de todo tema extraer mucho más de lo que las tradicionales modalidades comunicativas han hecho posible.

A lo menos en cuanto a lo que propiamente es el ámbito temático de aquello que queramos abordar, son seguro las ramificaciones temáticas mucho más desarrollables en potencia respecto a todo aquello que conocemos hasta hoy. La dimensión formal puede parecer más limitada de entrada si, en particular, nos centramos en la comunicación mediante las poco customizables redes sociales, o microblogs, pero según sepamos más de arquitectura de blogs, y por tanto del segundo y hasta tercer plano digital, más estaremos en condiciones de sacarle partido a recursos, o ramificaciones también, formales con que dar forma a lo que pretendamos transmitir.

Bien puede que la sensación de conocimiento consolidado haya tenido relación históricamente con justo haber llegado a un punto en que las modalidades comunicativas no han permitido dar materialmente mucho más de sí. Las capacidades de la blogosfera, en cambio, te permiten como nunca antes en la historia un, a la práctica, infinito potencial para hacer crecer clásicas y nuevas ramificaciones comunicativas tanto temáticas como formales.

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Una actualización periódica limitada

En el momento en que una actualización periódica termina por completo, haya sido diaria, semanal, etcétera, el equivalente del weblog del que se trate sería el de cualquier típica obra comunicacional fuera de las que son propias de los convencionales medios de comunicación periodísticos de masas, excepto los ya en efecto concluidos también. Se ha estado llevando a cabo con regularidad hasta su conclusión absoluta.

Pasar de un blog de actualización constante a quedar como uno no necesariamente abandonado pero sí estático supone adquirir la condición de una actualización periódica limitada o definida. Tal condición puede que la tengamos decidida desde la misma puesta en marcha del blog y, en este caso, conviene que así lo dejemos claro a nivel de público o públicos, o bien, que la adoptemos con el tiempo, sea poco o mucho ese tiempo, circunstancia en la cual debemos asimismo procurar dejar clara esa condición ante el público que sea, preferiblemente con suficiente margen temporal antes de esa misma conclusión que hayamos decidido aplicar.

Las conmemoraciones, establecidas o que tú decidas crear, son un buen ejemplo, probablemente el mejor, de motivos a los que bien podría convenir una presencia en la blogosfera a base de un blog de actualización periódica limitada, como si con ese blog de limitada presencia se tratase de dejar constancia al modo de lo que tan común es que se haga con un libro. En pro de una permanente consecución de atraer interés y de ahí interactividad bidireccional, sin embargo, es, en especial en redes sociales o microblogs, la constante e indefinida actualización lo óptimo.

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Constante e indefinida actualización diaria

Por más monotemático que un blog pretenda ser, si la dinámica es de constante e indefinida actualización diaria, debe terminar asumiendo ese blog, por poca que sea, una cierta dimensión multitemática. Todo tema único, por mucho que dé de sí, acaba agotándose al estar abordándose a diario, si bien hay temas de tal índole a los cuales caracteriza un mayor surgimiento de novedades al respecto.

Desde luego, de la blogosfera emana un potencial tratamiento constante de diferentes aspectos que van más allá de considerarla un tema único, y así lo consideramos aquí mismo. Pero, en definitiva, ¿cómo determinar hasta qué punto un tema es único o, en cambio, estamos ante algo que es multitemático? Todo, o por lo menos en buena parte, viene determinado por el tratamiento que queramos dar, pues de cualquier tema puede acotarse su alcance hasta dejarlo en algo que sea monotemático, o bien, extenderlo y tratarlo en tanto que multitemático. Lo que en concreto y a todas luces una constante e indefinida actualización diaria requiere es que el enfoque adoptado sea multitemático, por mucho que queramos y hasta nos convenga acotarlo en cierta medida.

Ya que las redes sociales generalistas están extremadamente orientadas a la constante e indefinida actualización diaria, tus perfiles o los de tu proyecto en tales plataformas de la blogosfera tendrán que adquirir casi por fuerza un carácter multitemático para lograr y mantener interactividad bidireccional. Reserva el eventual carácter altamente monotemático en blogs, más bien blogs al uso o macroblogs, de tipo estático.

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Similitudes expresivas formales

En los contenidos multitemáticos de una publicación, tiene que procurarse no aplicar tanta variedad en lo formal para que, normalmente lejos de intentar justo así cualquier vinculación entre temas, no devenga lo multitemático una inconexa, estridente y caótica mezcla a todos los niveles. Deben contemplarse asimismo las particularidades de cada formato multimedia.

Sea con el mismo o con diferentes formatos, tenemos que mostrar lo multitemático haciendo que se manifiesten formas parecidas entre los contenidos en cuestión a partir de recursos expresivos compartidos entre tales contenidos. Hacer que en lo multitemático cada pieza constituya un universo específico y diferenciado de las demás no sólo representa un alto grado de confusión para cualquier público, sino y por eso mismo un innecesario exceso de elaboración para la autoría. Buscar similitudes expresivas formales en la expresión de diferentes temas a exponer nos lleva entonces a un doble beneficio que, bien llevadas a cabo estas similitudes, en nada guarda relación con una elaboración pobre o simple.

Creatividad e imaginación a nivel tanto formal como de fondo son más que recomendables para que las cultives, pero excederte en ellas en la enorme diferenciación entre piezas cuando adoptas una perspectiva multitemática te reportará más perjuicio que beneficio. Máxime si tu blog, u otra clase de proyecto parecido, es de dinámica periódica, y en particular periódica diaria, tienes que recurrir a las mismas fórmulas expresivas o afines.

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Variedad formal en lo monotemático

Dependiendo del formato multimedia que se emplee en la realización de un contenido comunicacional, cabrá adaptarse al potencial de la variedad formal que en lo monotemático haya que acometerse. Lo que debe garantizarse al público al que tal contenido se dirija es que esa variedad compense la casi forzosa ausencia de la variedad temática.

Una mala variedad formal en lo monotemático puede repercutir en parecer que el único tema abordado no represente, tal y como debiera ser, la esencia de lo que en nuestro weblog, u otra clase de iniciativa similar, comuniquemos. La variedad en la forma que demos al contenido que tratemos pasa a ser mala variedad cuando deviene inconexa, estridente y caótica; no por ello, sin embargo, debemos renunciar al conveniente uso del contraste: al contrario, lograr un buen contraste en el tratamiento formal del único tema que al proyecto caracterice hará que estemos consiguiendo pluritonía en justo esa vertiente formal. Cuando a tales efectos la eventual normativa establecida nos resulte insuficiente, tendremos que recurrir a la imaginación.

Evitar que imaginar devenga en expresar por expresar es lo que debe guiarte para que, si te saltas la norma, aquello resultante sea a lo menos inteligible y también respetable, tanto como para que incluso desde la propia norma pueda llegar a contemplarse la aprobación e inclusión de tu propuesta. De todos modos, imaginar no deja de ser una maravillosa capacidad a ejercitarse.

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La pluritonía dentro de lo monotemático

Identificar monotemático con monótono no es para nada acertado en absoluto. Por más preferencia, y desde luego mérito, que haya en realizar un proyecto multitemático, es hacer una buena iniciativa monotemática tanto o más meritorio. Cabe, sin embargo, no dejar de lado procurar, aun dentro de lo monotemático, no caer precisamente en lo monótono.

La debida pluritonía, o debida buena variedad, nos viene de hecho ya definida como necesaria en buena parte cuando desde el principio queda claro que nuestro proyecto es de enfoque multitemático, así que, hasta cierto punto, hacer un buen blog, u otra clase de iniciativa más o menos parecida, de carácter monotemático puede llegar a constituir un reto bastante mayor. Que, sin ir más lejos, 'Blogueando a tope' hubiese devenido un blog monotemático no tendría por qué haber representado en definitiva nada negativo siempre que tal carácter monotemático lo hubiese acometido debidamente a fin de que causase el blog la mejor incidencia a nivel de público.

Hacer un blog, y en general cualquier proyecto prácticamente, de tipo monotemático no debe suponerte inconveniente alguno por una supuesta dificultad en cuanto a sacarle jugo. Si bien es cierto que por la parte temática es obviamente difícil salirte del único tema del que se trate, la pluritonía dentro de lo monotemático puedes conseguirla por la parte formal.

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En lo que bloguear a tope consiste

El desarrollo del concepto de densidad sirve para, aplicándose a la misma dinámica aquí reorientada recientemente, hacer que sea en lo denso en lo que bloguear a tope consiste en verdad. No tanto, pues, bloguear a tope tiene por qué ser una tarea de intensidad esencialmente cuantitativa, sino cualitativa, a lo que hay que añadir el tránsito del foco en la autoría ajena a la autoría propia.

Bien podría ser la actual reorientación en 'Blogueando a tope' lo que, en cambio, hubiese representado la dinámica emprendida ya desde el mismo comienzo del blog, pero sirva la evolución que aquí he llevado a cabo para mostrar que no es raro, y de hecho puede ser lo conveniente, empezar un proyecto sin estar demasiado definido e ir dándole consistencia con el tiempo. Por más clara que tengamos, de hecho, la idea de una iniciativa a emprender, al ponerla en marcha no dejará de estar sujeta a más que probables cambios y reorientaciones convenientes. Máxime al tratarse de un proyecto a largo plazo y de voluntad de incidencia en un amplio número de personas, es prácticamente inevitable que la iniciativa de la que se trate precise ir moldeándose.

¿Por qué, si a lo que todo proyecto debe aspirar es a destacar la autoría propia, no empezar en especial en este mismo blog por tal clase de contenidos? A diferencia de lo que con el tiempo terminará ocurriendo en los weblogs, empezar con contenidos propios puede, aun sin pretenderlo, suscitar entre el público que sea ciertas impresiones de egocentrismo desde la autoría, así que reservar la autoría propia para ciclos más avanzados puede ser lo apropiado.

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