Si bien por defecto el formalismo abierto conceptual es por lo que generalmente puede, e incluso debe, entenderse el formalismo abierto tal cual, especificar su carácter conceptual sirve para poner, en efecto, énfasis en otros formalismos abiertos que muy en particular en los idiomas serían identificables. Circunscribiendo, de hecho, aún el propio formalismo abierto a lo que por lo común atañe a sustantivos y verbos, se encontraría el formalismo abierto de su interrelación.
Las interrelaciones que lo morfosintáctico contempla serían, por lo menos en esencia, las de correspondencia entre género y número de sustantivos, adjetivos y verbos. Así pues, denominemos formalismo abierto morfosintáctico el proceder que, basado en una normativa comunicacional preexistente, en particular la gramática del idioma, se presta a, según convenga, proponer nuevas formulaciones morfosintácticas en pro de la coherente superación normativa en el sentido de mejorar y enriquecer tal normativa. Se trata, en cualquier caso, de un formalismo que, aun abierto, merece procurar ser menos abierto de lo que el propio formalismo abierto conceptual es.
Cualquier nuevo concepto que pretendas exponer, por más rompedor que sea, tiene que intentar adaptarse cuando menos a las relaciones morfosintácticas ya gramaticalizadas, pues estas relaciones hacen que precisamente un concepto esencial y formalmente nuevo y rompedor sea convenientemente asimilado por el idioma y, con ello, más entendible y asimilable por quienes tal idioma practiquen. Cuando se trate de un vocablo formalmente asimilado directamente de otro idioma, se da con toda probabilidad la circunstancia más común de un formalismo abierto morfosintáctico en el idioma asimilador o receptor.
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Formalismo abierto conceptual
Desde una vertiente conceptual, y por tanto desde lo que en lo alfanumérico vendría a atañer en esencia a sustantivos y verbos, es justo muy importante para un weblog como éste mismo fundamentarse en el formalismo abierto. Si no fuera así, proponer conceptos nuevos como macro y microblogosfera, estadistética, exospección, abreviadismo o sustitutivismo prorrobótico sería imposible por formalismo estricto.
Por más que un código de comunicación como pueda ser el alfanumérico de los idiomas esté altamente normativizado, en definitiva gramaticalizado, suele y debe un código tal llevar consigo métodos para combinar y recombinar sus elementos formales constitutivos a fin de crear nuevos elementos con los que formular nuevos conceptos en la medida de lo necesario. En lo que a los idiomas respecta, esto deviene en vocablos nuevos formados a partir de, por lo común, recurrir a prefijos, sufijos, derivaciones y composiciones, el resultado de lo cual será en mayor o menor medida aceptado por el uso general y en última instancia por la eventual autoridad institucionalizada que exista.
Sólo a partir de este principio de formalismo abierto conceptual es como desde aquí me resulta factible presentarte ideas que contribuyan a explicar ciertos fenómenos actuales de la comunicación y la sociedad que, de lo contrario, en el mejor de los casos no quedarían sino históricamente muy difusos o, a lo sumo, un poco intuidos. Propia, precisamente, la perspectiva de formalismo abierto conceptual resulta de un momento tan cambiante de la historia como el presente.
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Por más que un código de comunicación como pueda ser el alfanumérico de los idiomas esté altamente normativizado, en definitiva gramaticalizado, suele y debe un código tal llevar consigo métodos para combinar y recombinar sus elementos formales constitutivos a fin de crear nuevos elementos con los que formular nuevos conceptos en la medida de lo necesario. En lo que a los idiomas respecta, esto deviene en vocablos nuevos formados a partir de, por lo común, recurrir a prefijos, sufijos, derivaciones y composiciones, el resultado de lo cual será en mayor o menor medida aceptado por el uso general y en última instancia por la eventual autoridad institucionalizada que exista.
Sólo a partir de este principio de formalismo abierto conceptual es como desde aquí me resulta factible presentarte ideas que contribuyan a explicar ciertos fenómenos actuales de la comunicación y la sociedad que, de lo contrario, en el mejor de los casos no quedarían sino históricamente muy difusos o, a lo sumo, un poco intuidos. Propia, precisamente, la perspectiva de formalismo abierto conceptual resulta de un momento tan cambiante de la historia como el presente.
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Una global libertad de expresión
Teniendo como nunca antes la posibilidad de publicar quien quiera que así lo desee, merece reconocérsele a la blogosfera el singular y necesario aporte que, por hacer eso posible, supone. Los weblogs son, en este sentido, un logro en cuanto a altas cotas de libertad de expresión que, si no imposibles, hubiesen sido extremadamente complicadas de lograr con tecnología analógica.
Aun con todo el anhelo que en un mundo analógico pueda haber en cuanto a que cualquiera publique abierta y globalmente lo que le parezca, tal tipo de tecnología es a todas luces insuficiente y, si pese a todo se intenta lograrlo, insostenible. El desgaste del planeta que produciríamos para aplicar, de ser posible hacerlo, tecnología analógica a nivel tan individualizado por una parte y de tanto alcance global por otro nos llevaría muy posiblemente a una tan aparatosa infraestructura que al poco de implementarla sería inviable su continuidad. Hasta con un extremadamente bien desarrollado sistema de reciclaje, seguro que resultaría de tendencia negativa el balance de lo que una pretendida Internet analógica produciría.
La tecnología digital, derivada ya en mayoritariamente telemática, y la infraestructura de Internet que de ella devino han posibilitado un entorno multimedia e interactivo tan potente a la vez que sostenible como es la blogosfera. Hacía falta que la anterior tecnología analógica dejase paso por completo a la digital para que las insuficiencias en cuanto a llegar a una global libertad de expresión empezasen a poder quedar superadas.
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Aun con todo el anhelo que en un mundo analógico pueda haber en cuanto a que cualquiera publique abierta y globalmente lo que le parezca, tal tipo de tecnología es a todas luces insuficiente y, si pese a todo se intenta lograrlo, insostenible. El desgaste del planeta que produciríamos para aplicar, de ser posible hacerlo, tecnología analógica a nivel tan individualizado por una parte y de tanto alcance global por otro nos llevaría muy posiblemente a una tan aparatosa infraestructura que al poco de implementarla sería inviable su continuidad. Hasta con un extremadamente bien desarrollado sistema de reciclaje, seguro que resultaría de tendencia negativa el balance de lo que una pretendida Internet analógica produciría.
La tecnología digital, derivada ya en mayoritariamente telemática, y la infraestructura de Internet que de ella devino han posibilitado un entorno multimedia e interactivo tan potente a la vez que sostenible como es la blogosfera. Hacía falta que la anterior tecnología analógica dejase paso por completo a la digital para que las insuficiencias en cuanto a llegar a una global libertad de expresión empezasen a poder quedar superadas.
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Los contenidos multimedia propios
Aunque a la práctica un weblog, sea de la macro o de la microblogosfera, sólo consista en piezas de un formato comunicacional y, por ende, sea de orientación unimedia, si se trata de un formato con el que se publican contenidos propios, la mejora de resultados en cuanto a indicadores de interactividad debiera tender a ser notoria. Cabe tenerse en cuenta que, no obstante, lo más probable es que sólo a medio y largo plazo esa mejora se refleje en indicadores públicos.
Mientras dentro de las razonables posibilidades de nuestro proyecto vayamos apreciando, en particular en el marco de la macroblogosfera, unos indicadores privados de interactividad que denoten una cierta constancia de interactividad reseñable, será signo de que algo estaremos haciendo bien. Cuando en especial se trate además en sí de un proyecto y de una autoría incipientes, la traducción de esos indicadores privados, en esencia el número de visitas, en lo que debiera ser equivalente en indicadores públicos, o sea comparticiones y seguidores, va a requerirnos, muy probablemente, por lo menos algo de tiempo debido a la homogeneización, y de ahí dificultad de destacar, tan propia de las redes sociales, donde justo los indicadores públicos son tan característicos.
Para de entrada obtener interactividad con cierta repercusión en cuanto a número de visitas, por tanto sobre todo en macroblogosfera, van a ser los contenidos multimedia propios tus mejores recursos. Los contenidos ajenos, por mucho que de otra parte puedan reportarte una importante repercusión en los indicadores públicos de redes, contribuirán más bien a lo contrario en los privados, pero a la larga los contenidos propios tendrían que hacerte lograr equiparar sus habituales buenos resultados en indicadores privados y sus al principio no tan buenos resultados en indicadores públicos.
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Mientras dentro de las razonables posibilidades de nuestro proyecto vayamos apreciando, en particular en el marco de la macroblogosfera, unos indicadores privados de interactividad que denoten una cierta constancia de interactividad reseñable, será signo de que algo estaremos haciendo bien. Cuando en especial se trate además en sí de un proyecto y de una autoría incipientes, la traducción de esos indicadores privados, en esencia el número de visitas, en lo que debiera ser equivalente en indicadores públicos, o sea comparticiones y seguidores, va a requerirnos, muy probablemente, por lo menos algo de tiempo debido a la homogeneización, y de ahí dificultad de destacar, tan propia de las redes sociales, donde justo los indicadores públicos son tan característicos.
Para de entrada obtener interactividad con cierta repercusión en cuanto a número de visitas, por tanto sobre todo en macroblogosfera, van a ser los contenidos multimedia propios tus mejores recursos. Los contenidos ajenos, por mucho que de otra parte puedan reportarte una importante repercusión en los indicadores públicos de redes, contribuirán más bien a lo contrario en los privados, pero a la larga los contenidos propios tendrían que hacerte lograr equiparar sus habituales buenos resultados en indicadores privados y sus al principio no tan buenos resultados en indicadores públicos.
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Diferenciación en una red social, si bien fuera de esa red
Es en concreto por, a partir de una baja customización, asumir un proyecto su presencia en redes sociales, que gana tal iniciativa en posibilidades de ser conocida por más gente de la que la conocería sólo teniendo presencia en la forma de un blog al uso. La solución para destacar, pese a que en su caso destacar no se refleje de inmediato en los indicadores de interactividad, está sin embargo en customizar el proyecto con recursos que trascienden a las redes.
En un blog al uso será, pues, precisamente donde encontraremos capacidades suficientes y bastante coherentemente vinculables a las redes sociales para compensar ante cualquier público al que nos dirijamos la limitada customización que en las mismas redes no hay más remedio que asumir: así conseguiremos diferenciación en una red social, si bien fuera de esa red misma. Lo que en una red social, en particular refiriéndonos a las generalistas, contribuirá a que nuestra iniciativa crezca será la intensa interactividad bidireccional que tan propia es de los microweblogs, aunque tal clase de red tenga por defecto un alto nivel de homogeneización para los perfiles de sus usuarios; el resto, tendremos que conseguirlo por customización en nuestro macroweblog.
Al customizar, estás demostrando que buscas ofrecer originalidad, lo cual es un factor decisivo para que puedas suscitar como mínimo algún interés en algún público al que pretendas dirigirte. Donde va a resultarte particularmente complicado que ese interés se refleje será en los indicadores públicos de interactividad como las comparticiones o los seguidores, pero con total probabilidad en los privados como el número de visitas notarás mejores resultados a base de customizar.
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En un blog al uso será, pues, precisamente donde encontraremos capacidades suficientes y bastante coherentemente vinculables a las redes sociales para compensar ante cualquier público al que nos dirijamos la limitada customización que en las mismas redes no hay más remedio que asumir: así conseguiremos diferenciación en una red social, si bien fuera de esa red misma. Lo que en una red social, en particular refiriéndonos a las generalistas, contribuirá a que nuestra iniciativa crezca será la intensa interactividad bidireccional que tan propia es de los microweblogs, aunque tal clase de red tenga por defecto un alto nivel de homogeneización para los perfiles de sus usuarios; el resto, tendremos que conseguirlo por customización en nuestro macroweblog.
Al customizar, estás demostrando que buscas ofrecer originalidad, lo cual es un factor decisivo para que puedas suscitar como mínimo algún interés en algún público al que pretendas dirigirte. Donde va a resultarte particularmente complicado que ese interés se refleje será en los indicadores públicos de interactividad como las comparticiones o los seguidores, pero con total probabilidad en los privados como el número de visitas notarás mejores resultados a base de customizar.
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Un blog destacado
De por sí es complejo hacer un blog destacado y, asimismo por lo general, cualquier proyecto en el tan amplio público que a fechas presentes ya sí tiene volcada dentro de la blogosfera su presencia cibernáutica, por lo menos en las redes sociales. He aquí un más que buen motivo para valorar la tan recomendable combinación de macro y microblogosfera en el desarrollo de la sanamente ambiciosa iniciativa que sea.
Tan sólo con que partamos de la clara correspondencia entre destacar algo y customizarlo, estaremos en condición de apreciar la suma valía que, sin dejar de lado las por su parte valiosas también redes sociales, tiene hacer un weblog al uso, se trate de un blog en sí mismo el proyecto o se trate de un blog a título complementario del proyecto en otro formato. La inherentemente baja, pero no por ello menospreciable ni innecesaria, customización que las redes sociales ofrecen dificulta que destaquemos pero como contrapartida nos garantiza en buena medida tener presencia en ese extenso ámbito de los microblogs en el que todo el mundo interactúa sobremanera a diario.
Quedarte en la sola presencia en redes sociales te limita, no obstante, a que lo que publiques acostumbre a quedar muy difuminado en el formalmente bastante homogéneo conjunto de perfiles propio de una red social. Si, en cambio, dispones además de tu macroblog al que, aun basándolo en una plantilla genérica, lo dotas de tu estilo genuino en su máxima expresión y lo haces guardar relación con sus correspondientes redes sociales, lograr un blog destacado es más que seguro.
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Tan sólo con que partamos de la clara correspondencia entre destacar algo y customizarlo, estaremos en condición de apreciar la suma valía que, sin dejar de lado las por su parte valiosas también redes sociales, tiene hacer un weblog al uso, se trate de un blog en sí mismo el proyecto o se trate de un blog a título complementario del proyecto en otro formato. La inherentemente baja, pero no por ello menospreciable ni innecesaria, customización que las redes sociales ofrecen dificulta que destaquemos pero como contrapartida nos garantiza en buena medida tener presencia en ese extenso ámbito de los microblogs en el que todo el mundo interactúa sobremanera a diario.
Quedarte en la sola presencia en redes sociales te limita, no obstante, a que lo que publiques acostumbre a quedar muy difuminado en el formalmente bastante homogéneo conjunto de perfiles propio de una red social. Si, en cambio, dispones además de tu macroblog al que, aun basándolo en una plantilla genérica, lo dotas de tu estilo genuino en su máxima expresión y lo haces guardar relación con sus correspondientes redes sociales, lograr un blog destacado es más que seguro.
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La dudosa etapa germinal de la blogosfera
Hasta cierto punto resulta curioso que los blogs al uso fuesen los pioneros en prestar servicio para bloguear y no las redes sociales. Un sistema sencillo, rápido y comunitario para favorecer el volcado del gran público al ciberespacio tendría que quizá haber surgido primero, mientras que en todo caso el sistema propio de los macroblogs, de cariz customizable y específico para cierta gente con determinado interés, debiera haber aparecido con posterioridad.
Al igual que prácticamente todo proyecto, en sus comienzos es el dudoso acierto en lo que se ofrece aquello que suele marcar tal incipiente desarrollo; cualquier iniciativa va perfeccionándose con el tiempo y, de ahí, llegando a más público tanto si se trata de público generalista o, más bien, especializado. Seguramente, la blogosfera naciese con aquel mismo carácter de dudoso acierto y por eso se pensase por parte de los primigenios impulsores que no iba a suscitar sino un interés limitado, atrayendo sólo a cierto tipo de gente interesada en la informática en general y en el despliegue de lo telemático en particular. Así que, puestos a atraer a unos cuantos, era lógico proporcionarles cuando menos unas amplias herramientas de customización.
Superado el carácter inseguro de la dudosa etapa germinal de la blogosfera al ir cobrando sentido ofrecer facilidades para que mucha más gente tuviese su weblog, adquirieron completa razón de ser las redes sociales o microblogs. Lejos de, sin embargo, y en términos propios de la sociedad de masas, concebir las redes sociales como poco más que destinadas al equivalente a los espectadores y los blogs al uso como poco más que destinados a los actores, resulta pertinente que cualquiera cultive la combinación de micro y macroblogosfera.
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Al igual que prácticamente todo proyecto, en sus comienzos es el dudoso acierto en lo que se ofrece aquello que suele marcar tal incipiente desarrollo; cualquier iniciativa va perfeccionándose con el tiempo y, de ahí, llegando a más público tanto si se trata de público generalista o, más bien, especializado. Seguramente, la blogosfera naciese con aquel mismo carácter de dudoso acierto y por eso se pensase por parte de los primigenios impulsores que no iba a suscitar sino un interés limitado, atrayendo sólo a cierto tipo de gente interesada en la informática en general y en el despliegue de lo telemático en particular. Así que, puestos a atraer a unos cuantos, era lógico proporcionarles cuando menos unas amplias herramientas de customización.
Superado el carácter inseguro de la dudosa etapa germinal de la blogosfera al ir cobrando sentido ofrecer facilidades para que mucha más gente tuviese su weblog, adquirieron completa razón de ser las redes sociales o microblogs. Lejos de, sin embargo, y en términos propios de la sociedad de masas, concebir las redes sociales como poco más que destinadas al equivalente a los espectadores y los blogs al uso como poco más que destinados a los actores, resulta pertinente que cualquiera cultive la combinación de micro y macroblogosfera.
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¿Había microblogs antes de las redes sociales?
Microbloguear es una práctica que, aunque no exclusiva de las redes sociales, va bien a lo menos a nivel conceptual asimilarla a éstas para diferenciar con claridad lo que un blog al uso y una red social son en sus potenciales respectivos. Entonces, ¿había microblogs antes de las redes sociales? Desde este nivel conceptual, propiamente no; lo que podía haber, igual que puede haber ahora, son blogs al uso utilizados como microblogs.
Por lo innecesaria que a mucha gente debía parecerle tanta capacidad de customización como la que a un macroblog le es propia, es muy probable que comenzase a gestarse la idea de las redes sociales que en la actualidad conocemos. Bien puede que el común de cibernautas tiendan a valorar, entonces y ahora, más la sensación de comunidad de las redes sociales que la potente customización de los blogs al uso, lo cual se corresponde con una preferencia por la interactividad bidireccional y no por la unidireccional. Predominaría, pues, cuantitativamente el gusto entre los usuarios por compartir como simples navegantes o simple público, no el gusto por crear aprovechando lo que cualitativamente y por interactividad unidireccional con un macroblog nos es posible realizar.
De alguna forma, la mayoría de microblogs que al parecer habría en comparación a los macroblogs apuntaría a que viene a traducirse en la blogosfera la división entre actores y espectadores tan propia de la última etapa de la modernidad, la sociedad de masas. De no haber sido, no obstante, bajo el concepto de redes sociales, difícilmente los microblogs habrían logrado tal mayoría y éxito.
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Por lo innecesaria que a mucha gente debía parecerle tanta capacidad de customización como la que a un macroblog le es propia, es muy probable que comenzase a gestarse la idea de las redes sociales que en la actualidad conocemos. Bien puede que el común de cibernautas tiendan a valorar, entonces y ahora, más la sensación de comunidad de las redes sociales que la potente customización de los blogs al uso, lo cual se corresponde con una preferencia por la interactividad bidireccional y no por la unidireccional. Predominaría, pues, cuantitativamente el gusto entre los usuarios por compartir como simples navegantes o simple público, no el gusto por crear aprovechando lo que cualitativamente y por interactividad unidireccional con un macroblog nos es posible realizar.
De alguna forma, la mayoría de microblogs que al parecer habría en comparación a los macroblogs apuntaría a que viene a traducirse en la blogosfera la división entre actores y espectadores tan propia de la última etapa de la modernidad, la sociedad de masas. De no haber sido, no obstante, bajo el concepto de redes sociales, difícilmente los microblogs habrían logrado tal mayoría y éxito.
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Los pioneros blogs al uso
Del conjunto de la blogosfera, atendiendo a la diferenciación entre blogs al uso o macroblogs y redes sociales o microblogs, fueron los primeros los que justo engarzaron en su punto decisivo de tránsito la última etapa de la modernidad y lo que ya puede considerarse posmodernidad. Las redes sociales, con su algo más tardía aparición, parece que afianzaron ese cambio en la historia.
Aun con toda la atracción que tienen para alguien interesado de por sí en la informática y para cualquiera que busque exponer su propio proyecto de manera genuina y customizada, no supusieron los pioneros blogs al uso ese gran volcado de un considerable público generalista a la blogosfera que sí supusieron, en cambio, las posteriores redes sociales. Tal indiscutible y necesario mérito de las redes sociales no va a servir de mucho, sin embargo, si por lo menos buena parte de quienes en efecto buscan desarrollar un proyecto genuino no aprovechan las comparativamente superiores capacidades de customización que los blogs al uso brindan y que, precisamente por ellas, debieran servir las redes sociales como reflejo de lo que en un blog al uso publiquemos.
Es, al fin y al cabo, muy evidente la razón por la que el foco de una iniciativa cualquiera, que hoy no puede eludir su abierta presencia telemática, debe procurar estar como mínimo por igual en macro y microblogosfera. La razón es que por la extrema facilidad con la que quien sea puede tener, por todo lo que ya ofrecen hecho, unas redes sociales mínimamente dignas, aquello que te diferenciará será tu customizado macroweblog.
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Aun con toda la atracción que tienen para alguien interesado de por sí en la informática y para cualquiera que busque exponer su propio proyecto de manera genuina y customizada, no supusieron los pioneros blogs al uso ese gran volcado de un considerable público generalista a la blogosfera que sí supusieron, en cambio, las posteriores redes sociales. Tal indiscutible y necesario mérito de las redes sociales no va a servir de mucho, sin embargo, si por lo menos buena parte de quienes en efecto buscan desarrollar un proyecto genuino no aprovechan las comparativamente superiores capacidades de customización que los blogs al uso brindan y que, precisamente por ellas, debieran servir las redes sociales como reflejo de lo que en un blog al uso publiquemos.
Es, al fin y al cabo, muy evidente la razón por la que el foco de una iniciativa cualquiera, que hoy no puede eludir su abierta presencia telemática, debe procurar estar como mínimo por igual en macro y microblogosfera. La razón es que por la extrema facilidad con la que quien sea puede tener, por todo lo que ya ofrecen hecho, unas redes sociales mínimamente dignas, aquello que te diferenciará será tu customizado macroweblog.
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La amplia difusión del texto de imprenta
Hasta sin haber una institución concreta que se dedique al cuidado del idioma del que se trate, suele ser la expresión escrita y por extensión toda la comunicación alfanumérica, incluida, pues, la expresión oral, una vía comunicacional muy normativizada. De ahí que por el transcurrir de la historia, tal forma comunicativa haya sido, por lo menos en buena medida, configuradora y cohesionadora de las sociedades civilizadas.
En el último estadio de lo que podemos considerar la Edad Moderna, la equiparación de la amplia difusión del texto de imprenta a las del código sonoro y audiovisual invita a identificar un posible adelanto de estos códigos últimos respecto al, entonces aparentemente tendente al desgaste, texto alfanumérico escrito que la imprenta había estado aupando. Internet, en cambio, y aun siendo eminentemente multimedia, tiene su quid en el hipertexto, un paso más allá, por tanto, del texto convencional que hasta aquel momento se fundamentaba en los mismos o similares principios de la imprenta. Esto afianza que la eclosión de la red de redes denote cuando menos un episodio a partir del que cuestionar si la Edad Moderna seguía teniendo sentido.
La difusión del texto, y de cualquier formato multimedia, en Internet supera de largo las ya de por sí amplias capacidades difusoras que con el texto de imprenta, y en general con toda unidad comunicacional por tiradas, había. En este tránsito, es determinante el hecho de que la comunicación pasa decididamente de lo analógico a lo, no sólo digital, sino digital telemático.
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En el último estadio de lo que podemos considerar la Edad Moderna, la equiparación de la amplia difusión del texto de imprenta a las del código sonoro y audiovisual invita a identificar un posible adelanto de estos códigos últimos respecto al, entonces aparentemente tendente al desgaste, texto alfanumérico escrito que la imprenta había estado aupando. Internet, en cambio, y aun siendo eminentemente multimedia, tiene su quid en el hipertexto, un paso más allá, por tanto, del texto convencional que hasta aquel momento se fundamentaba en los mismos o similares principios de la imprenta. Esto afianza que la eclosión de la red de redes denote cuando menos un episodio a partir del que cuestionar si la Edad Moderna seguía teniendo sentido.
La difusión del texto, y de cualquier formato multimedia, en Internet supera de largo las ya de por sí amplias capacidades difusoras que con el texto de imprenta, y en general con toda unidad comunicacional por tiradas, había. En este tránsito, es determinante el hecho de que la comunicación pasa decididamente de lo analógico a lo, no sólo digital, sino digital telemático.
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Lo abierto que el formalismo abierto tiene que ser
¿Cómo de abierta se tiene que concebir la base formal a partir de la que, aun siguiendo la normativa comunicacional consensuada que permita conectar con el público, sea comprensible superar tal normativa para la debida innovación? Dependerá de la carga de densidad que conlleve aquello que como innovación pretenda plantearse; y justo en términos de innovación, lo denso es sinónimo de rompedor, mientras que lo contrario deviene, más bien, continuista.
A la hora de en verdad devenir abierto o no, el formalismo abierto se corresponde con aquello que la forma o significante, esto es el código comunicacional, albergue por fondo, significado o propiamente contenido. A partir de lo innovadora que sea la idea que pretendamos plantear, deberemos encajarla al adecuado nivel de lo abierto que el formalismo abierto tiene que ser a tales efectos. Así pues, para ideas muy rompedoras precisaremos un formalismo considerablemente abierto; pero, en cambio, para ideas poco más que un tanto diferenciadas de lo ya conocido, el formalismo abierto será, y no necesitará otra cosa, más formalista que abierto. La apertura del formalismo abierto es algo que bien puede que vayamos teniendo que asumir a medida que el proyecto que emprendamos se desarrolle.
Mientras, en el caso específico de la expresión escrita, no derive tu lenguaje en el abreviadismo, exponer nuevas ideas con la adecuada apertura formal, y por ende creando eventuales expresiones nuevas, obtendrá con toda probabilidad un grado de aceptación considerable entre el público al que te dirijas. En otros códigos comunicacionales que como el sonoro y el audiovisual construyen sus mensajes muy directamente a partir de lo ya apreciable en la naturaleza, lo más o menos equivalente al abreviadismo en la expresión escrita podría consistir en determinados tipos de distorsión.
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A la hora de en verdad devenir abierto o no, el formalismo abierto se corresponde con aquello que la forma o significante, esto es el código comunicacional, albergue por fondo, significado o propiamente contenido. A partir de lo innovadora que sea la idea que pretendamos plantear, deberemos encajarla al adecuado nivel de lo abierto que el formalismo abierto tiene que ser a tales efectos. Así pues, para ideas muy rompedoras precisaremos un formalismo considerablemente abierto; pero, en cambio, para ideas poco más que un tanto diferenciadas de lo ya conocido, el formalismo abierto será, y no necesitará otra cosa, más formalista que abierto. La apertura del formalismo abierto es algo que bien puede que vayamos teniendo que asumir a medida que el proyecto que emprendamos se desarrolle.
Mientras, en el caso específico de la expresión escrita, no derive tu lenguaje en el abreviadismo, exponer nuevas ideas con la adecuada apertura formal, y por ende creando eventuales expresiones nuevas, obtendrá con toda probabilidad un grado de aceptación considerable entre el público al que te dirijas. En otros códigos comunicacionales que como el sonoro y el audiovisual construyen sus mensajes muy directamente a partir de lo ya apreciable en la naturaleza, lo más o menos equivalente al abreviadismo en la expresión escrita podría consistir en determinados tipos de distorsión.
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Una protosociedad de masas
Antes del texto impreso moderno, cualquier modalidad de texto impreso que hubiese no podía, ni de hecho parece que estuviese contemplado, alcanzar nivel considerable alguno de cierta divulgación. La modernidad que comienza con la imprenta y la suerte de industria que en torno a tal tecnología se configuró permitían que divulgar empezase a ser un fenómeno que marcó un cambio comunicacional decisivo y ahora tiende ya a dar paso a una realidad distinta.
Esta nueva realidad a la que hoy, con Internet y en particular la blogosfera, estamos asistiendo viene tras lo que a toda luz tiene pinta de conformar los últimos coletazos de la época comenzada con la imprenta, que vino a ser una protosociedad de masas y que siguió hasta la, en efecto, sociedad de masas tan reciente aún. He ahí lo que bien podemos consensuar que abarca la Edad Moderna, por lo que el fin del predominio del texto impreso moderno, que coincidiría con la irrupción del uso generalizado de Internet y su hipertextualidad, enlazaría con aquello que denominaríamos posmodernidad. Aquella protosociedad de masas ha supuesto, hasta llegar a la propia sociedad de masas, un firme camino hacia la difusión por tiradas de cuantos más formatos comunicacionales hubiese.
De ese firme transcurrir entre protosociedad y sociedad de masas nacen las unidades de almacenaje y distribución por tiradas en formato gráfico, sonoro y audiovisual. Con lo que apunta a ser, en la actualidad, un tiempo nuevo al que identificar como posmodernidad, tales formas de almacenaje y distribución van erosionándose en pro de la custodia y el acceso en la nube.
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Esta nueva realidad a la que hoy, con Internet y en particular la blogosfera, estamos asistiendo viene tras lo que a toda luz tiene pinta de conformar los últimos coletazos de la época comenzada con la imprenta, que vino a ser una protosociedad de masas y que siguió hasta la, en efecto, sociedad de masas tan reciente aún. He ahí lo que bien podemos consensuar que abarca la Edad Moderna, por lo que el fin del predominio del texto impreso moderno, que coincidiría con la irrupción del uso generalizado de Internet y su hipertextualidad, enlazaría con aquello que denominaríamos posmodernidad. Aquella protosociedad de masas ha supuesto, hasta llegar a la propia sociedad de masas, un firme camino hacia la difusión por tiradas de cuantos más formatos comunicacionales hubiese.
De ese firme transcurrir entre protosociedad y sociedad de masas nacen las unidades de almacenaje y distribución por tiradas en formato gráfico, sonoro y audiovisual. Con lo que apunta a ser, en la actualidad, un tiempo nuevo al que identificar como posmodernidad, tales formas de almacenaje y distribución van erosionándose en pro de la custodia y el acceso en la nube.
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El texto impreso moderno
Lo distintivo de lo que propiamente puede denominarse retroactualización es que, a diferencia de lo que en su justa medida puede considerarse retroactualización en texto esculpido y similares, a la vez que superando el potencial del texto impreso, otorga al texto telemático esa capacidad para que, justo al tiempo que se puede retroactualizar, su acceso sea el ubicuo y permanente tan propio de Internet. Por extensión, eso asimismo atañe a los demás formatos multimedia.
Con la especie de retroactualización que a lo esculpido le es propia, se modifica sobre la pieza original, o réplica, de la que se trate una obra que, por más grandes dimensiones que tenga, no será de acceso ubicuo ni permanente, salvo que precisamente valiéndose del potencial del ciberespacio se le grabe permanentemente en directo por Internet. Cuando, de hecho, la tecnología no permitía esa clase de grabación, más que evidente resultó que fuese extremadamente rompedora la gran capacidad difusora del texto impreso moderno, si bien su inherente distribución por tiradas hacía que la retroactualización quedase sacrificada en beneficio de esa difusión tan amplia que para la época representaba un avance mayúsculo.
La época en la que el texto impreso moderno ha sido esencia y centro de la comunicación parece que está tocando a sus últimos instantes en la historia. Quizá la retroactualización, pese a no ser muy practicable en las redes sociales, es lo que más llama la atención en cuanto a la nueva forma que el texto, en particular en el sentido de texto alfanumérico, adopta con lo cibernáutico; lo más parecido al texto impreso propiamente moderno sigue siendo en especial el que se imprime por impresora.
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Con la especie de retroactualización que a lo esculpido le es propia, se modifica sobre la pieza original, o réplica, de la que se trate una obra que, por más grandes dimensiones que tenga, no será de acceso ubicuo ni permanente, salvo que precisamente valiéndose del potencial del ciberespacio se le grabe permanentemente en directo por Internet. Cuando, de hecho, la tecnología no permitía esa clase de grabación, más que evidente resultó que fuese extremadamente rompedora la gran capacidad difusora del texto impreso moderno, si bien su inherente distribución por tiradas hacía que la retroactualización quedase sacrificada en beneficio de esa difusión tan amplia que para la época representaba un avance mayúsculo.
La época en la que el texto impreso moderno ha sido esencia y centro de la comunicación parece que está tocando a sus últimos instantes en la historia. Quizá la retroactualización, pese a no ser muy practicable en las redes sociales, es lo que más llama la atención en cuanto a la nueva forma que el texto, en particular en el sentido de texto alfanumérico, adopta con lo cibernáutico; lo más parecido al texto impreso propiamente moderno sigue siendo en especial el que se imprime por impresora.
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Refundir
Una de las mayores dudas, o quizá la mayor, acerca de si retroactualizar o no un post y aun desde el mayor formalismo abierto considerando que en efecto cabe retroactualizar, yace en si en verdad se está procediendo de la debida manera y con honestidad al modificar algo que ya está publicado. Esto no se reduce sino a si es mejor retroactualizar cuando efectivamente se supone que hace falta, o si, aun haciendo falta, lo mejor es dejar manifiesto el error en cuestión.
A efectos de combatir por completo cualquier duda y reticencia respecto a retroactualizar cuando verdaderamente conviene que lo hagamos y si bien en particular la larga y popularizada tradición del texto impreso y, en general, de toda obra comunicacional publicable por tiradas nos ha acostumbrado a que lo natural ya es, de hecho, publicar de modo único y definitivo y, a partir de ahí, en su caso, actualizar hacia adelante, tengamos en cuenta que, en cambio, la tradición del texto esculpido se caracteriza justo por ser retroactualizable. Pero hasta en el marco del típico y generalizado texto impreso, hay asimismo un recurso encuadrable en la retroactualización, que es el de refundir diferentes textos para hacer de ellos uno cuya fecha válida no tiene que ser necesariamente la del más reciente.
Considera, pues, que un post, sobre todo en los tan customizables weblogs al uso o macroblogs, siempre es potencialmente un texto refundido que, por lo tanto, puede constituir el aglutinado de sus eventuales versiones. A efectos prácticos y de comodidad tanto por tu parte como por la de cualquier público que tengas, no dejes de lado, sin embargo, la preferencia por la publicación única y definitiva, así como su valoración desde el razonamiento crítico y el formalismo abierto.
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A efectos de combatir por completo cualquier duda y reticencia respecto a retroactualizar cuando verdaderamente conviene que lo hagamos y si bien en particular la larga y popularizada tradición del texto impreso y, en general, de toda obra comunicacional publicable por tiradas nos ha acostumbrado a que lo natural ya es, de hecho, publicar de modo único y definitivo y, a partir de ahí, en su caso, actualizar hacia adelante, tengamos en cuenta que, en cambio, la tradición del texto esculpido se caracteriza justo por ser retroactualizable. Pero hasta en el marco del típico y generalizado texto impreso, hay asimismo un recurso encuadrable en la retroactualización, que es el de refundir diferentes textos para hacer de ellos uno cuya fecha válida no tiene que ser necesariamente la del más reciente.
Considera, pues, que un post, sobre todo en los tan customizables weblogs al uso o macroblogs, siempre es potencialmente un texto refundido que, por lo tanto, puede constituir el aglutinado de sus eventuales versiones. A efectos prácticos y de comodidad tanto por tu parte como por la de cualquier público que tengas, no dejes de lado, sin embargo, la preferencia por la publicación única y definitiva, así como su valoración desde el razonamiento crítico y el formalismo abierto.
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Refundar
Aunque pueda acompañarse de un rediseño, refundar un blog o proyecto similar es algo que implica de entrada una mayor relación con el contenido que con la forma. Los elementos formales, pues, no son lo más distintivo al refundarse la iniciativa que sea, si bien puede que en según qué casos resulte lo más llamativo del profundo cambio que a tal iniciativa se le aplique.
Lo que una refundación depende del contenido, más que de la forma, es tanto que en las ya de por sí poco customizables redes sociales puede que casi no se aprecie a simple vista la transformación de un proyecto refundado, máxime siendo, como conviene que sean, las redes un reflejo, a menudo simplificado, de lo que en primera instancia en el correspondiente blog al uso publiquemos. Hará falta que tal blog al uso, o macroblog, denote en efecto un profundo cambio de orientación esencial, casi o del todo independientemente de lo formal, para que cualquiera pueda corroborar que el blog que hasta entonces desarrollábamos, pese a mantener en su caso el mismo título, es ahora otro al haber sido refundado.
Que la apreciable repercusión que hayas podido cosechar entre algún público pueda encontrarse negativamente afectada ante la refundación de tu weblog u otra iniciativa parecida es lo que debe hacerte proceder con cautela al decidir definitivamente si refundar o no tal iniciativa. Bien puede, de hecho, una refundación, lejos de mantener tu repercusión de público y a su vez ensancharla, suponer un auténtico recomienzo absoluto, también en la búsqueda de la atracción de público.
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Lo que una refundación depende del contenido, más que de la forma, es tanto que en las ya de por sí poco customizables redes sociales puede que casi no se aprecie a simple vista la transformación de un proyecto refundado, máxime siendo, como conviene que sean, las redes un reflejo, a menudo simplificado, de lo que en primera instancia en el correspondiente blog al uso publiquemos. Hará falta que tal blog al uso, o macroblog, denote en efecto un profundo cambio de orientación esencial, casi o del todo independientemente de lo formal, para que cualquiera pueda corroborar que el blog que hasta entonces desarrollábamos, pese a mantener en su caso el mismo título, es ahora otro al haber sido refundado.
Que la apreciable repercusión que hayas podido cosechar entre algún público pueda encontrarse negativamente afectada ante la refundación de tu weblog u otra iniciativa parecida es lo que debe hacerte proceder con cautela al decidir definitivamente si refundar o no tal iniciativa. Bien puede, de hecho, una refundación, lejos de mantener tu repercusión de público y a su vez ensancharla, suponer un auténtico recomienzo absoluto, también en la búsqueda de la atracción de público.
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Rediseñar
La elevada customización que, a diferencia de en redes sociales, es posible en la macroblogosfera permite que el blog al uso en cuestión pueda rediseñarse del todo, con la consiguiente retroactualización que al conjunto de lo publicado se le aplica automáticamente entonces. En redes sociales, lo que ocurre es que, en el marco de su característica customización baja, el rediseño se produce desde la misma plataforma y para todos los usuarios a la vez.
A lo largo de la inevitable y necesaria evolución de un proyecto durante su propia trayectoria, un eventual paso evolutivo que en mayor o menor medida ataña al rediseño general del mismo conlleva, en productos comunicacionales analógicos, una actualización hacia adelante de tal guisa que, de lo anterior, no hay posibilidad para cambiarlo si no es que se reelabora en forma de productos readaptados al rediseño que hayamos decidido aplicar. En weblogs, en cambio, los podemos rediseñar haciendo que, como de hecho no parece que haya otra opción alguna, no quede rastro del diseño aplicado hasta el momento, salvo que hayamos hecho copia de seguridad debidamente guardada.
En cualquier caso, la copia de seguridad que hayas hecho del blog rediseñado que sea, se supone que no va a seguir quedando accesible al amplio público navegante. A efectos de, sin embargo, mostrar para el recuerdo ante tal público el diseño previo de tu blog, te servirá disponer de alguna sección de registro de cambios o de historial, en la que, de alguna forma como pueda ser la de capturas de pantalla, dejes rastro de por lo menos alguna muestra de ese previo diseño.
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A lo largo de la inevitable y necesaria evolución de un proyecto durante su propia trayectoria, un eventual paso evolutivo que en mayor o menor medida ataña al rediseño general del mismo conlleva, en productos comunicacionales analógicos, una actualización hacia adelante de tal guisa que, de lo anterior, no hay posibilidad para cambiarlo si no es que se reelabora en forma de productos readaptados al rediseño que hayamos decidido aplicar. En weblogs, en cambio, los podemos rediseñar haciendo que, como de hecho no parece que haya otra opción alguna, no quede rastro del diseño aplicado hasta el momento, salvo que hayamos hecho copia de seguridad debidamente guardada.
En cualquier caso, la copia de seguridad que hayas hecho del blog rediseñado que sea, se supone que no va a seguir quedando accesible al amplio público navegante. A efectos de, sin embargo, mostrar para el recuerdo ante tal público el diseño previo de tu blog, te servirá disponer de alguna sección de registro de cambios o de historial, en la que, de alguna forma como pueda ser la de capturas de pantalla, dejes rastro de por lo menos alguna muestra de ese previo diseño.
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Una ética de la retroactualización
Debido a que las redes sociales son poco customizables y, en este sentido, poco retroactualizables, quien practica la tan conveniente fórmula de hacer de las redes sociales reflejo de su correspondiente blog al uso se obliga a la asimismo conveniente fórmula de procurar hacer publicaciones únicas y definitivas, aun cuando la elevada customización de la macroblogosfera permite cambiar prácticamente lo que se quiera cuando se quiera. Esto lleva a una ética de la retroactualización al fin y al cabo.
Asumiendo como base lo que en la típica actualización hacia adelante es propio, la norma primordial a tener en cuenta respecto a retroactualizar es que los mismos motivos por los que, en lo analógico, actualizaríamos hacia adelante, esto es que haríamos una nueva edición o versión de la pieza de la que se trate, son válidos para que en su caso retroactualicemos en lo digital. Cabe que a esto, ante eventuales imprecisiones o hasta, en según qué casos, errores, le añadamos cuantos menos motivos para retroactualizar, aunque seamos, como se supone que tenemos que ser, lo más escrupulosos que podamos ser; y aquí es donde la combinación de razonamiento crítico y formalismo abierto nos resulta de gran utilidad.
Éticamente, pues, que en la macroblogosfera puedas retroactualizar lo que sea que hayas publicado, no tiene que llevarte a cambiar por cambiar sobre lo ya publicado o, aunque pueda ser por acogerte muy a conciencia a cierta normativa o ideología, a modificar sustancialmente en fondo o forma eso mismo ya publicado. Lo que, en un entorno tan modificable como es la blogosfera, te dará mayor reconocimiento será procurar mantener la custodia en lo que de manera única y definitiva periódicamente publiques.
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Asumiendo como base lo que en la típica actualización hacia adelante es propio, la norma primordial a tener en cuenta respecto a retroactualizar es que los mismos motivos por los que, en lo analógico, actualizaríamos hacia adelante, esto es que haríamos una nueva edición o versión de la pieza de la que se trate, son válidos para que en su caso retroactualicemos en lo digital. Cabe que a esto, ante eventuales imprecisiones o hasta, en según qué casos, errores, le añadamos cuantos menos motivos para retroactualizar, aunque seamos, como se supone que tenemos que ser, lo más escrupulosos que podamos ser; y aquí es donde la combinación de razonamiento crítico y formalismo abierto nos resulta de gran utilidad.
Éticamente, pues, que en la macroblogosfera puedas retroactualizar lo que sea que hayas publicado, no tiene que llevarte a cambiar por cambiar sobre lo ya publicado o, aunque pueda ser por acogerte muy a conciencia a cierta normativa o ideología, a modificar sustancialmente en fondo o forma eso mismo ya publicado. Lo que, en un entorno tan modificable como es la blogosfera, te dará mayor reconocimiento será procurar mantener la custodia en lo que de manera única y definitiva periódicamente publiques.
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Copiar como aprendizaje
Partir de referentes es lo que, además de ser natural, justifica que por descontado copiar sea, no sólo inevitable, sino necesario por lo menos en cierto momento de cualquiera en el transcurrir de la trayectoria del proyecto que desarrolle. Nadie nace con pleno y asimilado aprendizaje en el ámbito que sea, por lo que todo el mundo ha pasado por la necesidad de copiar para aprender, pero se trata de además no quedarse sólo ahí.
Si por algo solemos conocer Internet en general y la blogosfera en particular, es por la facilidad de copiar, manipular y redifundir contenidos ajenos. No obstante, practicar esto desde la pura replicación es poco enriquecedor y productivo, además de que hasta nos hace correr el riesgo de incurrir en el plagio o la reproducción ilícita. En pro de llevar a cabo nuestras piezas comunicacionales originales y genuinas, guardemos, pues, el copiar como aprendizaje tal y como típicamente, de hecho, ya es propio, al igual que en el mismo sentido la reelaboración y, en su caso pero dentro de la discreción conveniente, la redifusión. Aquello que, porque asumamos una función intermediaria, no podamos evitar copiar tenemos que exponerlo dentro de las legales opciones de compartición e interactividad.
Lejos de suponerte una razón para conformarte con el mínimo esfuerzo y quedarte en la simple copia, asumir una función intermediaria tiene que representar una importante motivación para que, ante la inevitable copia a la que tienes que recurrir, examines a fondo cómo hacer, pese a esto, que tu weblog o proyecto similar conserve un apreciable sello propio y genuino. Al aprender copiando, cuando publiques, seas o no intermediario, el aprendizaje tienes que haberlo hecho derivar en cierto estilo particular.
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Si por algo solemos conocer Internet en general y la blogosfera en particular, es por la facilidad de copiar, manipular y redifundir contenidos ajenos. No obstante, practicar esto desde la pura replicación es poco enriquecedor y productivo, además de que hasta nos hace correr el riesgo de incurrir en el plagio o la reproducción ilícita. En pro de llevar a cabo nuestras piezas comunicacionales originales y genuinas, guardemos, pues, el copiar como aprendizaje tal y como típicamente, de hecho, ya es propio, al igual que en el mismo sentido la reelaboración y, en su caso pero dentro de la discreción conveniente, la redifusión. Aquello que, porque asumamos una función intermediaria, no podamos evitar copiar tenemos que exponerlo dentro de las legales opciones de compartición e interactividad.
Lejos de suponerte una razón para conformarte con el mínimo esfuerzo y quedarte en la simple copia, asumir una función intermediaria tiene que representar una importante motivación para que, ante la inevitable copia a la que tienes que recurrir, examines a fondo cómo hacer, pese a esto, que tu weblog o proyecto similar conserve un apreciable sello propio y genuino. Al aprender copiando, cuando publiques, seas o no intermediario, el aprendizaje tienes que haberlo hecho derivar en cierto estilo particular.
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El respeto a autorías referentes
En el legítimo deseo e impulso de dar continuidad a los referentes que una autoría tenga, tal autoría puede quizá, aunque sea con la mejor intención, caer en la pura copia, y de ahí en la falta de originalidad, por querer guardar respeto a esos referentes por aquello que a esa misma autoría han aportado. No obstante, justo la copia deviene, más bien, la peor falta de respeto a los referentes que alguien tenga.
Cuando nos ha servido alguien de referente para adquirir el suficiente bagaje como para empezar a hacer nuestras propias publicaciones, le rendiremos el mejor homenaje no limitándonos a copiarle, pues de hecho podemos así derivar en el plagio, sino procurando hacer que nuestro estilo adquiera carácter genuino y original, si bien pudiendo mantenernos fieles a la esencia de ese referente que en su momento nos inspiró. Es mayor motivo, pues, para mostrar el respeto a autorías referentes el hecho de buscar la propia originalidad y no quedarnos en la simple repetición. Tengamos, por tanto, también por el mencionado respeto el razonamiento crítico y el formalismo abierto como base.
La sencillez con la que en la blogosfera, y sobre todo en redes sociales o microblogs, pueden hacerse comparticiones de contenidos conlleva que sin considerarse plagio puedas incluir en tu propio perfil aquello que de tus referentes quieras mostrar. Va a resultarte, sin embargo, imprescindible crear tu propio estilo y no ceñirte sólo a eso si a lo que aspiras es, a su vez, a convertirte en referencia.
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Cuando nos ha servido alguien de referente para adquirir el suficiente bagaje como para empezar a hacer nuestras propias publicaciones, le rendiremos el mejor homenaje no limitándonos a copiarle, pues de hecho podemos así derivar en el plagio, sino procurando hacer que nuestro estilo adquiera carácter genuino y original, si bien pudiendo mantenernos fieles a la esencia de ese referente que en su momento nos inspiró. Es mayor motivo, pues, para mostrar el respeto a autorías referentes el hecho de buscar la propia originalidad y no quedarnos en la simple repetición. Tengamos, por tanto, también por el mencionado respeto el razonamiento crítico y el formalismo abierto como base.
La sencillez con la que en la blogosfera, y sobre todo en redes sociales o microblogs, pueden hacerse comparticiones de contenidos conlleva que sin considerarse plagio puedas incluir en tu propio perfil aquello que de tus referentes quieras mostrar. Va a resultarte, sin embargo, imprescindible crear tu propio estilo y no ceñirte sólo a eso si a lo que aspiras es, a su vez, a convertirte en referencia.
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¿Por qué buscar la originalidad?
Ya que hasta asumiendo el proyecto que sea, en particular tratándose de weblogs, una función de pura intermediación como pueda ser un linklog, debe tal proyecto velar por ser original, bien merece tenerse claro qué responde a la pregunta ¿por qué buscar la originalidad? Esto se solventa comprendiendo que la diferenciación sin caer en la estridencia es lo que garantiza, cuando menos, suscitar curiosidad en mayor público.
No ser original resulta muy cómodo y si la blogosfera, y especialmente toda red social, está concebida como plataforma de fácil y cómoda elaboración de contenidos, parece que tendría que estar más que justificado ir justo a lo fácil y cómodo tanto en la forma como en el fondo; pero si bien lo fácil y cómodo en la forma o significante, sobre todo en las formalmente poco customizables redes sociales, irremediablemente ya lo debemos asumir bastante como canon predeterminado, limitarnos a lo fácil y cómodo en el fondo o significado, que sería sólo seguir las tendencias al margen de cualquier aporte propio y genuino, nos restará en cualquier público causar interés. Haciendo ese aporte o hasta proponiendo temas por completo alternativos a las tendencias contribuiremos, en cambio, a sacar el máximo partido al extraordinario potencial que la libertad de expresión tiene en la blogosfera.
Si eres original significa que eres referencia, que antes o después va a necesitarse recurrir a tu blog, a tu iniciativa, para abordar aquel tema que precisamente hayas tratado con originalidad. En el caso de proyectos intermediarios, la originalidad deberás verterla más en la forma que en el fondo y te resultará, por ende, todavía más complicado destacar en redes sociales, pero aun así tanto en la forma como en el fondo cabe procurar verter la originalidad suficiente.
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No ser original resulta muy cómodo y si la blogosfera, y especialmente toda red social, está concebida como plataforma de fácil y cómoda elaboración de contenidos, parece que tendría que estar más que justificado ir justo a lo fácil y cómodo tanto en la forma como en el fondo; pero si bien lo fácil y cómodo en la forma o significante, sobre todo en las formalmente poco customizables redes sociales, irremediablemente ya lo debemos asumir bastante como canon predeterminado, limitarnos a lo fácil y cómodo en el fondo o significado, que sería sólo seguir las tendencias al margen de cualquier aporte propio y genuino, nos restará en cualquier público causar interés. Haciendo ese aporte o hasta proponiendo temas por completo alternativos a las tendencias contribuiremos, en cambio, a sacar el máximo partido al extraordinario potencial que la libertad de expresión tiene en la blogosfera.
Si eres original significa que eres referencia, que antes o después va a necesitarse recurrir a tu blog, a tu iniciativa, para abordar aquel tema que precisamente hayas tratado con originalidad. En el caso de proyectos intermediarios, la originalidad deberás verterla más en la forma que en el fondo y te resultará, por ende, todavía más complicado destacar en redes sociales, pero aun así tanto en la forma como en el fondo cabe procurar verter la originalidad suficiente.
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La combinación de razonamiento crítico y formalismo abierto
Si hubiese que describir qué mejor modo existe para elaborar contenidos comunicacionales original y genuinamente customizados, una buena forma de hacerlo sería la que a la combinación de razonamiento crítico y formalismo abierto hiciese referencia. Que luego tal combinación quiera ejecutarse con finalidades más personales o artísticas o más impersonales o técnicas queda ya a elección de la autoría responsable que sea.
Mientras el razonamiento crítico atañe al plano del fondo de aquel contenido que elaboremos, atañe el formalismo abierto al plano de la forma por la que expresemos ese fondo o tema. Combinar a partir de ahí el plano del fondo o del significado, o propiamente del contenido, y el de la forma o plano del significante, o del continente, nos proporciona una base óptima sobre la que desarrollar un weblog que provoque atracción del público o los públicos de que se trate porque es una base que nos dota del mejor potencial para que lo que ofrezcamos cause el debido efecto sorpresa dentro de unos márgenes de coherencia compartida con los usuarios receptores de lo que publiquemos.
Una vez dispones del potencial para atraer público en el blog, o por extensión un proyecto similar, que elabores, el reto está en mantener la atracción de público a lo largo del tiempo, y esto con un blog estático o sin una actualización periódica suele ser poco factible. Razonamiento crítico y formalismo abierto tratados debidamente en un blog dinamizado con constancia te conducirá al estilo propio y diferenciado con el que el interés de público se mantendrá.
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Mientras el razonamiento crítico atañe al plano del fondo de aquel contenido que elaboremos, atañe el formalismo abierto al plano de la forma por la que expresemos ese fondo o tema. Combinar a partir de ahí el plano del fondo o del significado, o propiamente del contenido, y el de la forma o plano del significante, o del continente, nos proporciona una base óptima sobre la que desarrollar un weblog que provoque atracción del público o los públicos de que se trate porque es una base que nos dota del mejor potencial para que lo que ofrezcamos cause el debido efecto sorpresa dentro de unos márgenes de coherencia compartida con los usuarios receptores de lo que publiquemos.
Una vez dispones del potencial para atraer público en el blog, o por extensión un proyecto similar, que elabores, el reto está en mantener la atracción de público a lo largo del tiempo, y esto con un blog estático o sin una actualización periódica suele ser poco factible. Razonamiento crítico y formalismo abierto tratados debidamente en un blog dinamizado con constancia te conducirá al estilo propio y diferenciado con el que el interés de público se mantendrá.
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Customización temática
El rasgo distintivo que en cuanto a cánones hace destacar a la blogosfera respecto a casi cualquier otra forma de amplia y abierta comunicación anterior es justo el de amplia y abiertamente no haber, en principio, canon temático alguno. Se trata de una muestra sin par de libertad de expresión que, tal y como ha quedado patente, ha atraído a todo el mundo en los últimos lustros.
Las redes sociales, o microblogs, parece que de entre toda la blogosfera constituyen el ámbito en el que, con toda probabilidad por ya conllevar cierta poca customización formal, se produce asimismo cierta customización temática menor que acaba derivando en lo que suelen denominarse tendencias. No es, ni mucho menos, una baja customización obligada como la que sí representa la formal, porque al fin y al cabo cualquiera puede bloguear de lo que quiera en sus perfiles de redes sociales, customizando su temática y sin seguir, pues, necesariamente cualquier tendencia que en su correspondiente momento produzca un mayor número de posts por parte de los usuarios de tales redes.
Concebir tus redes sociales como reflejo de lo que en tu blog al uso o macroblog publiques facilitará que, por la customización temática que suele caracterizar a la macroblogosfera, también sean tus redes sociales original y genuinamente customizadas en lo temático, si bien seguirán sin serlo en el aspecto formal. Siendo como son desde sus inicios los blogs al uso una derivación de los tradicionales diarios personales, la customización temática les resulta inherente.
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Las redes sociales, o microblogs, parece que de entre toda la blogosfera constituyen el ámbito en el que, con toda probabilidad por ya conllevar cierta poca customización formal, se produce asimismo cierta customización temática menor que acaba derivando en lo que suelen denominarse tendencias. No es, ni mucho menos, una baja customización obligada como la que sí representa la formal, porque al fin y al cabo cualquiera puede bloguear de lo que quiera en sus perfiles de redes sociales, customizando su temática y sin seguir, pues, necesariamente cualquier tendencia que en su correspondiente momento produzca un mayor número de posts por parte de los usuarios de tales redes.
Concebir tus redes sociales como reflejo de lo que en tu blog al uso o macroblog publiques facilitará que, por la customización temática que suele caracterizar a la macroblogosfera, también sean tus redes sociales original y genuinamente customizadas en lo temático, si bien seguirán sin serlo en el aspecto formal. Siendo como son desde sus inicios los blogs al uso una derivación de los tradicionales diarios personales, la customización temática les resulta inherente.
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Los cánones formales de blogs
El formalismo comunicacional estricto se produce cuando, al igual que ha ocurrido en muchos episodios a lo largo de la historia, se produce el establecimiento de los cánones dentro de los cuales se supone que las autorías no pueden o no deben salirse. Cada weblog tiene en las plataformas genéricas un cierto grado de inevitable ceñimiento al canon formal de blog que las plantillas puede considerarse que son.
¿Qué nos permite determinar en qué medida ese grado de ceñimiento al canon de plantilla es mayor o menor? La customización. De manera inversamente proporcional, un blog al uso o macroblog, por su parte y por su mayor customización posible, goza de menor ceñimiento al canon que la plantilla que empleemos suponga, mientras que un microblog o perfil de red social, a su vez por su parte y, en cambio, por su menor customización posible, implica un mayor ceñimiento al canon que el diseño genérico de la plataforma da al conjunto de sus usuarios a cambio de ofrecer, por eso mismo, bastantes más opciones de interactividad bidireccional y una consiguiente mayor sensación de comunidad.
Montar tu macroblog en una plataforma del todo particular va a resultarte lo máximo que puede permitirte no ceñirte a los cánones formales de blogs que puede entenderse que las plantillas, tanto las más customizables de la macroblogosfera como las menos customizables de la microblogosfera, son. Quedas, en todo caso, bajo la sujeción al canon que, si bien estrictamente en el segundo plano digital, el HTML conlleva.
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¿Qué nos permite determinar en qué medida ese grado de ceñimiento al canon de plantilla es mayor o menor? La customización. De manera inversamente proporcional, un blog al uso o macroblog, por su parte y por su mayor customización posible, goza de menor ceñimiento al canon que la plantilla que empleemos suponga, mientras que un microblog o perfil de red social, a su vez por su parte y, en cambio, por su menor customización posible, implica un mayor ceñimiento al canon que el diseño genérico de la plataforma da al conjunto de sus usuarios a cambio de ofrecer, por eso mismo, bastantes más opciones de interactividad bidireccional y una consiguiente mayor sensación de comunidad.
Montar tu macroblog en una plataforma del todo particular va a resultarte lo máximo que puede permitirte no ceñirte a los cánones formales de blogs que puede entenderse que las plantillas, tanto las más customizables de la macroblogosfera como las menos customizables de la microblogosfera, son. Quedas, en todo caso, bajo la sujeción al canon que, si bien estrictamente en el segundo plano digital, el HTML conlleva.
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El formalismo abierto
Si bien cualquiera puede aplicar el grado de informalismo que quiera en lo que bloguee, lograr una cierta incidencia relevante entre un público generalista merece que en vez de puro informalismo se aplique un tipo abierto de formalismo. Este formalismo abierto tiene que dar lugar, cuando una nueva idea esté lo suficientemente madurada, al nuevo concepto concreto, sea en el formato que sea.
Llegar incluso a la completa y manifiesta incorrección formal es una posibilidad que la blogosfera nos brinda, pues en los blogs no hay prácticamente más filtro que el que nosotros mismos queramos aplicarnos al bloguear aquello de lo que se trate. Mayor valía aún tenemos que darle entonces a procurar ser formalmente correctos pero en el marco de lo que el formalismo abierto supone, esto es que, según las propias reflexiones que desarrollemos respecto a aquella temática que abordemos, expongamos nuevos conceptos para una reflexionada, y por eso mismo necesaria, superación formal del código comunicacional que empleemos. El abreviadismo, por más que resulta cómodo y hasta conveniente en multitud de ocasiones, no responde a tal clase de superación.
Crear nuevas formas de expresar conceptos en aquel código que emplees para bloguear, o expresarte por otras vías, debe acogerse, por lo menos de entrada, a unos principios bien sustentados en la formalidad preexistente y, a partir de esto, superarla. Nuevos conceptos o nuevas formas de expresar conceptos vienen a ser en esencia lo mismo, pues, aunque una nueva forma describa un concepto ya conocido y devenga, en este sentido, un sinónimo o similar, siempre suele haber un matiz que da a cada ítem su carácter único y específico, incluso respecto a su mayor sinónimo.
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Llegar incluso a la completa y manifiesta incorrección formal es una posibilidad que la blogosfera nos brinda, pues en los blogs no hay prácticamente más filtro que el que nosotros mismos queramos aplicarnos al bloguear aquello de lo que se trate. Mayor valía aún tenemos que darle entonces a procurar ser formalmente correctos pero en el marco de lo que el formalismo abierto supone, esto es que, según las propias reflexiones que desarrollemos respecto a aquella temática que abordemos, expongamos nuevos conceptos para una reflexionada, y por eso mismo necesaria, superación formal del código comunicacional que empleemos. El abreviadismo, por más que resulta cómodo y hasta conveniente en multitud de ocasiones, no responde a tal clase de superación.
Crear nuevas formas de expresar conceptos en aquel código que emplees para bloguear, o expresarte por otras vías, debe acogerse, por lo menos de entrada, a unos principios bien sustentados en la formalidad preexistente y, a partir de esto, superarla. Nuevos conceptos o nuevas formas de expresar conceptos vienen a ser en esencia lo mismo, pues, aunque una nueva forma describa un concepto ya conocido y devenga, en este sentido, un sinónimo o similar, siempre suele haber un matiz que da a cada ítem su carácter único y específico, incluso respecto a su mayor sinónimo.
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Los poco recomendables abreviadismo en la forma e improvisación en el fondo
Las redes sociales, en particular las generalistas, pueden parecer que son el ámbito que por antonomasia tenga que estar dedicado a los poco recomendables abreviadismo en la forma e improvisación en el fondo refiriéndose especialmente lo que a abreviadismo concierne a la expresión escrita, que tanto acostumbra a ser la forma de expresión eminente de tales redes sociales. Por extensión, el abreviadismo se traduciría, en otros formatos multimedia, en el simple informalismo.
Tan sólo con que a las redes sociales generalistas les demos la tan conveniente función de ser reflejo, no completo necesariamente sino por hipervínculo sin ir más lejos, de lo que en el correspondiente weblog al uso o macroweblog publiquemos, ya estaremos dando a nuestros perfiles de redes sociales generalistas el respectivo nivel apropiado de razonar crítico, de reflexión. El macroblog que elaboremos tiene que ser, de hecho, donde en mayor grado mostremos el razonar crítico que en su justa medida deba caracterizar a nuestro proyecto en general porque, por más que luego lo reflejemos adaptado a cada perfil de red social generalista, es en la macroblogosfera donde, sobre todo en la expresión escrita, más podremos explayarnos a la vez que mostrar la máxima customización de diseño general.
Forma y fondo de lo blogueado y de otras vías comunicacionales tienes que practicarlos desde la elaboración ágil superando, en su caso, convenciones precisamente de la forma o del fondo pero siempre dentro de una coherencia que permita, a cuanto más público mejor, comprender cómo y por qué acometes la eventual superación comunicativa. Si ciñes permanentemente forma y fondo a lo ya establecido, no dotarás demasiado o en absoluto de carácter genuino a tu proyecto.
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Tan sólo con que a las redes sociales generalistas les demos la tan conveniente función de ser reflejo, no completo necesariamente sino por hipervínculo sin ir más lejos, de lo que en el correspondiente weblog al uso o macroweblog publiquemos, ya estaremos dando a nuestros perfiles de redes sociales generalistas el respectivo nivel apropiado de razonar crítico, de reflexión. El macroblog que elaboremos tiene que ser, de hecho, donde en mayor grado mostremos el razonar crítico que en su justa medida deba caracterizar a nuestro proyecto en general porque, por más que luego lo reflejemos adaptado a cada perfil de red social generalista, es en la macroblogosfera donde, sobre todo en la expresión escrita, más podremos explayarnos a la vez que mostrar la máxima customización de diseño general.
Forma y fondo de lo blogueado y de otras vías comunicacionales tienes que practicarlos desde la elaboración ágil superando, en su caso, convenciones precisamente de la forma o del fondo pero siempre dentro de una coherencia que permita, a cuanto más público mejor, comprender cómo y por qué acometes la eventual superación comunicativa. Si ciñes permanentemente forma y fondo a lo ya establecido, no dotarás demasiado o en absoluto de carácter genuino a tu proyecto.
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Razonamiento crítico en lo blogueado
Un pensamiento crítico no tiene por qué estar únicamente circunscrito a piezas comunicativas eminentemente técnicas o científicas, por lo que hacer de la blogosfera una vía de exponer tal clase de pensamiento no hace que sea desaconsejable hacer otras clases de contenidos multimedia en el ámbito de los weblogs. Tan sólo cabe que ese razonar crítico sea expresado convenientemente según el género y estilo que se practiquen.
Todo contenido más bien personal o artístico tiene que asimismo procurar, en pro de hacer de nuestro blog o proyecto similar uno de cierta repercusión en cuanto a público, exponer un cierto nivel de razonar crítico, de reflexión, sin perjuicio de que, en función de cómo queramos orientar lo que ofrezcamos, pueda no ser lo que convenga que resulte destacable y definitorio en lo que hayamos creado y publicado. Aunque vayamos a ocuparnos de una iniciativa de la menor intencionalidad reflexiva posible, nos convendrá reservar, por mínima que sea, alguna porción de razonamiento crítico en lo blogueado o, por extensión, lo que expresemos por otros medios distintos a los blogs.
En especial cuando no se trate de publicaciones más bien técnicas o científicas, a veces la reflexión a base del tan conveniente razonamiento crítico sólo podrás, y de hecho deberás, aportarla con serialidad temática, no tanto con lo que una sola, única, y breve o poco densa pieza comunicativa pueda por sí misma transmitir. Practicar, pues, un modo de bloguear con periodicidad constante te resultará lo mejor en tal sentido.
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Todo contenido más bien personal o artístico tiene que asimismo procurar, en pro de hacer de nuestro blog o proyecto similar uno de cierta repercusión en cuanto a público, exponer un cierto nivel de razonar crítico, de reflexión, sin perjuicio de que, en función de cómo queramos orientar lo que ofrezcamos, pueda no ser lo que convenga que resulte destacable y definitorio en lo que hayamos creado y publicado. Aunque vayamos a ocuparnos de una iniciativa de la menor intencionalidad reflexiva posible, nos convendrá reservar, por mínima que sea, alguna porción de razonamiento crítico en lo blogueado o, por extensión, lo que expresemos por otros medios distintos a los blogs.
En especial cuando no se trate de publicaciones más bien técnicas o científicas, a veces la reflexión a base del tan conveniente razonamiento crítico sólo podrás, y de hecho deberás, aportarla con serialidad temática, no tanto con lo que una sola, única, y breve o poco densa pieza comunicativa pueda por sí misma transmitir. Practicar, pues, un modo de bloguear con periodicidad constante te resultará lo mejor en tal sentido.
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Exponer aportaciones críticas genuinas
La constante obtención de bagaje que un proyecto conlleva a medida que va llevándose a cabo hace prácticamente inevitable la superación de la normativa más o menos establecida del formato que se cultive. Esto se debe a que cuanta mayor perspectiva de conjunto puede tomarse respecto a algo, justo por esa acumulación de bagaje, más puede, y debe, desde un pensamiento crítico haber aportaciones de nuevos ítems a tal conjunto.
Aun queriendo limitarnos a hacer una iniciativa meramente intermediaria y descriptiva, está claro que abordar constantemente un tema hace que, afortunadamente, no podamos evitar discurrir nuestras propias ideas y reflexiones en cuanto al tema en cuestión, así que, llegado tal punto, bien merecen ser expuestas tales ideas y reflexiones, con toda la imprecisión que quizá puedan entrañar, mientras las planteemos basándonos en el pensamiento crítico, pues en cualquier caso contribuiremos, estemos menos o más en lo cierto, al sano debate. Pretender ceñirnos a una intermediación sin aportación genuina alguna no hará que nuestro weblog u otro tipo de proyecto parecido goce de demasiado interés.
Bloguear es una manera de exponer aportaciones críticas genuinas que está al alcance de todo el mundo, a diferencia de lo que era posible en la etapa analógica e incluso en una primera etapa digital que no era aún telemática. Es una oportunidad sin igual que tienes hoy para que, tenga o no repercusión, quede constancia de aquello que de tus ideas y reflexiones propias puedas elaborar.
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Aun queriendo limitarnos a hacer una iniciativa meramente intermediaria y descriptiva, está claro que abordar constantemente un tema hace que, afortunadamente, no podamos evitar discurrir nuestras propias ideas y reflexiones en cuanto al tema en cuestión, así que, llegado tal punto, bien merecen ser expuestas tales ideas y reflexiones, con toda la imprecisión que quizá puedan entrañar, mientras las planteemos basándonos en el pensamiento crítico, pues en cualquier caso contribuiremos, estemos menos o más en lo cierto, al sano debate. Pretender ceñirnos a una intermediación sin aportación genuina alguna no hará que nuestro weblog u otro tipo de proyecto parecido goce de demasiado interés.
Bloguear es una manera de exponer aportaciones críticas genuinas que está al alcance de todo el mundo, a diferencia de lo que era posible en la etapa analógica e incluso en una primera etapa digital que no era aún telemática. Es una oportunidad sin igual que tienes hoy para que, tenga o no repercusión, quede constancia de aquello que de tus ideas y reflexiones propias puedas elaborar.
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El tiempo de post a post
Con o sin una periodicidad concreta, el dinamismo en la publicación es lo que da lugar a que a la larga se desarrolle, por parte de la autoría que sea, un bagaje lo suficientemente denso como para plantear sus creaciones en el formato comunicacional que practique. La periodicidad, sin embargo, pese a lo complicado que pueda resultar adaptarse a ella, es un modo de agilizar la obtención del mencionado bagaje.
Respecto a la esencia que en la blogosfera suele emanar, de en concreto las redes sociales o microblogs, y que conduce a un conveniente ritmo de publicación diario cabe que, ante la eventual dificultad de seguir tal ritmo diario, consideremos optar por una periodicidad mayor pero de la que tengamos más seguridad en cuanto a poder mantenerla; mejor esto, en cualquier caso, que asimismo no publicar con clara periodicidad diaria y hacerlo esporádicamente, sin un ritmo que permita al público o a los públicos tener la certeza de cuándo ofreceremos el siguiente contenido actualizado. Valoremos, pues, la periodicidad semanal, mensual o aún mayor antes que lo esporádico, y más aún que lo improvisado e impulsivo.
No es razón para preferir lo esporádico a lo de periodicidad semanal, mensual o aún mayor el supuesto temor a que el tiempo de post a post en tales periodicidades haga que decaiga el interés del público o los públicos que tengas. Para mantener ese interés, en lo que ese tiempo entre post y post pasa será una buena práctica que incidas, precisamente en las redes sociales, en las comparticiones, incluso, si lo prefieres, con cierta improvisación y espontaneidad.
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Respecto a la esencia que en la blogosfera suele emanar, de en concreto las redes sociales o microblogs, y que conduce a un conveniente ritmo de publicación diario cabe que, ante la eventual dificultad de seguir tal ritmo diario, consideremos optar por una periodicidad mayor pero de la que tengamos más seguridad en cuanto a poder mantenerla; mejor esto, en cualquier caso, que asimismo no publicar con clara periodicidad diaria y hacerlo esporádicamente, sin un ritmo que permita al público o a los públicos tener la certeza de cuándo ofreceremos el siguiente contenido actualizado. Valoremos, pues, la periodicidad semanal, mensual o aún mayor antes que lo esporádico, y más aún que lo improvisado e impulsivo.
No es razón para preferir lo esporádico a lo de periodicidad semanal, mensual o aún mayor el supuesto temor a que el tiempo de post a post en tales periodicidades haga que decaiga el interés del público o los públicos que tengas. Para mantener ese interés, en lo que ese tiempo entre post y post pasa será una buena práctica que incidas, precisamente en las redes sociales, en las comparticiones, incluso, si lo prefieres, con cierta improvisación y espontaneidad.
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Formatos comunicacionales altamente normativizados
En su vertiente escrita y oral, el formato comunicacional alfanumérico es uno de los más normativizados, y quizá o muy seguramente el que más: de ahí que en su propia dimensión metalingüística, o autoanalítica, sea capaz de dotarse de múltiples áreas normativas para que a partir de sí mismo sea factible aprender y pulir su uso. Por lo contrario, los formatos de imagen, sea imagen fija o en movimiento, tienen alta normativización en la medida que ésta se abarca desde lo alfanumérico.
Pese a que una gramática multimedia sería deseable que respecto a cada uno de los formatos comunicacionales desplegase la correspondiente gramática específica en tal formato mismo, difícil es que, en pro de la claridad y el sentido práctico, esto no tenga que terminar yendo acompañado de un cierto predominio de lo alfanumérico, en el idioma que sea. Hasta a lo audiovisual, especialmente en la parte específica del audiovisual cinematográfico y televisivo si consideramos también audiovisual aquello sólo sonoro, le conviene recurrir a lo alfanumérico no únicamente sonoro, que ya forma parte de él, sino a lo escrito en pro asimismo de esa claridad y ese sentido práctico de aprendizaje y perfeccionamiento.
La cuestión que, en definitiva, conviene que tomes en consideración a raíz de todo esto es que en formatos comunicacionales altamente normativizados, que no normativizables que son todos, es por descontado más fácil establecer, de entrada, lo que es o no impreciso o erróneo. Ello no quita que, a fin de cultivar un estilo propio, debas con el tiempo superar coherentemente tal normativización a base de creaciones que justo puedan tal vez, por su carácter nuevo, parecer imprecisiones o errores.
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Pese a que una gramática multimedia sería deseable que respecto a cada uno de los formatos comunicacionales desplegase la correspondiente gramática específica en tal formato mismo, difícil es que, en pro de la claridad y el sentido práctico, esto no tenga que terminar yendo acompañado de un cierto predominio de lo alfanumérico, en el idioma que sea. Hasta a lo audiovisual, especialmente en la parte específica del audiovisual cinematográfico y televisivo si consideramos también audiovisual aquello sólo sonoro, le conviene recurrir a lo alfanumérico no únicamente sonoro, que ya forma parte de él, sino a lo escrito en pro asimismo de esa claridad y ese sentido práctico de aprendizaje y perfeccionamiento.
La cuestión que, en definitiva, conviene que tomes en consideración a raíz de todo esto es que en formatos comunicacionales altamente normativizados, que no normativizables que son todos, es por descontado más fácil establecer, de entrada, lo que es o no impreciso o erróneo. Ello no quita que, a fin de cultivar un estilo propio, debas con el tiempo superar coherentemente tal normativización a base de creaciones que justo puedan tal vez, por su carácter nuevo, parecer imprecisiones o errores.
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La periodicidad manda
Tanto la fidelidad como la superación respecto a la gramática de la que se trate van a estar muy sujetas al conveniente período estable en el que se base la actualización de contenidos en un weblog o proyecto parecido. Esto es que no siempre se estará en disposición de dedicar el deseado tiempo a respetar lo suficiente o, en cambio, a superar lo suficiente esa gramática en cuestión.
La ventaja es que, a partir de la propia idiosincrasia de una iniciativa dinámica y periódica, una actualización siguiente va a permitir que terminemos de aclarar nuestro mantenimiento o nuestra alternativa en lo que a determinado aspecto gramático del formato que sea concierne, sobre todo en lo que a la esencia o el fondo respecta. Aquello que publiquemos dentro del plazo que nuestra periodicidad habitual marque tenemos que darlo, por norma general, por versión única y definitiva en especial respecto al fondo o contexto de lo publicado. Sólo si en la forma encontramos algún aspecto deficiente o erróneo que ni siquiera por una pretendida superación formal podemos justificar, convendría que considerásemos retroactualizar.
Máxime cuando ya has pasado a publicar, o incluso sólo a preparar, el próximo post que según tu constante periodicidad corresponda, precisamente la periodicidad manda de tal manera que todo error esencial o contextual de lo expresado antes merece que intentes optar por dejarlo tal cual quedó publicado y, en su caso, procedas en cambio a retomar el asunto en otro post nuevo matizando lo que convenga. Con mayor razón todavía si además ha quedado propiamente reflejo de lo publicado en las poco customizables y, en este sentido, poco retroactualizables redes sociales generalistas.
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La ventaja es que, a partir de la propia idiosincrasia de una iniciativa dinámica y periódica, una actualización siguiente va a permitir que terminemos de aclarar nuestro mantenimiento o nuestra alternativa en lo que a determinado aspecto gramático del formato que sea concierne, sobre todo en lo que a la esencia o el fondo respecta. Aquello que publiquemos dentro del plazo que nuestra periodicidad habitual marque tenemos que darlo, por norma general, por versión única y definitiva en especial respecto al fondo o contexto de lo publicado. Sólo si en la forma encontramos algún aspecto deficiente o erróneo que ni siquiera por una pretendida superación formal podemos justificar, convendría que considerásemos retroactualizar.
Máxime cuando ya has pasado a publicar, o incluso sólo a preparar, el próximo post que según tu constante periodicidad corresponda, precisamente la periodicidad manda de tal manera que todo error esencial o contextual de lo expresado antes merece que intentes optar por dejarlo tal cual quedó publicado y, en su caso, procedas en cambio a retomar el asunto en otro post nuevo matizando lo que convenga. Con mayor razón todavía si además ha quedado propiamente reflejo de lo publicado en las poco customizables y, en este sentido, poco retroactualizables redes sociales generalistas.
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Normativizar
Según esté el formato comunicativo, el texto en un sentido amplio, en menor o mayor grado normativizado, será respectivamente menos o más sencillo, que no necesariamente obligado, establecer qué es y qué no una imprecisión o un error. Dependiendo del propio proyecto que se esté llevando a cabo y de la respectiva autoría, se optará por aplicar o no una norma y hacer o no que tal norma siga la que en su caso esté preestablecida.
La norma que un texto, o formato comunicativo, sigue responde a la noción de gramática. Sea en poca o gran medida, de todo formato encontraremos una gramática o, en su defecto, aquello que se asemeje; pero también tenemos opción de valorar si nos mantenemos o no menos o más fieles a ese normativizar que una gramática es, creando o adaptando lo que sería una gramática un tanto o muy propia y particular. Dirigir tu weblog, y por extensión cualquier otra iniciativa, a un público lo más general posible, te llevará a optar por, a lo menos de entrada, el empleo de una gramática preestablecida, la cual a medida que tu proyecto avance podrás e incluso deberás superar.
Mientras superes o transgredas la normativa que sigas dentro de unos márgenes que se mantengan entendibles y coherentes dentro de esa misma normativa, el alcance de tu iniciativa a un público general se mantendrá firme a la vez que hasta crecerá porque estarás, por todo esto mismo, renovando el interés que suscites. Un estilo que no evolucione formal o esencialmente, esto es textual o contextualmente, poco más podrá aportar que un blog estático o proyecto similar.
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La norma que un texto, o formato comunicativo, sigue responde a la noción de gramática. Sea en poca o gran medida, de todo formato encontraremos una gramática o, en su defecto, aquello que se asemeje; pero también tenemos opción de valorar si nos mantenemos o no menos o más fieles a ese normativizar que una gramática es, creando o adaptando lo que sería una gramática un tanto o muy propia y particular. Dirigir tu weblog, y por extensión cualquier otra iniciativa, a un público lo más general posible, te llevará a optar por, a lo menos de entrada, el empleo de una gramática preestablecida, la cual a medida que tu proyecto avance podrás e incluso deberás superar.
Mientras superes o transgredas la normativa que sigas dentro de unos márgenes que se mantengan entendibles y coherentes dentro de esa misma normativa, el alcance de tu iniciativa a un público general se mantendrá firme a la vez que hasta crecerá porque estarás, por todo esto mismo, renovando el interés que suscites. Un estilo que no evolucione formal o esencialmente, esto es textual o contextualmente, poco más podrá aportar que un blog estático o proyecto similar.
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