Weblogs y podcasts

La extensión que es igualmente practicable en macro y microblogosfera hace especial referencia a la extensión a lo largo del tiempo, esto es a los sucesivos posts que se vayan publicando, y no tanto a la extensión que un mismo post tenga. A lo largo del tiempo la extensión es igual de practicable por el inherente espacio ilimitado que las plataformas, a lo menos las genéricas, ofrecen.

Si bien según el estilo de cada plataforma de microblogs, tales plataformas facilitan o parece que tienden a facilitar extensiones de un mismo post asimismo al igual que las que puedan facilitar blogs al uso o macroblogs, todo lo cual es remarcable en el caso de texto porque en contenidos audiovisuales y de audio suele ser ya de por sí más habitual que las extensiones de los contenidos permitan, en todos o casi todos los casos, largas duraciones. Esto viene a derivar en una distinción cada vez más difusa entre lo que tradicionalmente han sido, por una parte, las redes sociales, y por otra, los podcasts, todo ello bajo la tendencia a que el conjunto de estas clases de contenidos queden aglutinadas en la primera de ellas y, en consecuencia, bajo el concepto de blog.

Que weblogs y podcasts puedas quizá considerarlos aún diferentes va a deberse, en todo caso, a que ciertos podcasts no apliquen seguramente las mismas capacidades de interactividad bidireccional que tan propias resultan en un weblog y en especial en redes sociales. En comparación a un blog al uso o macroblog, la diferencia respecto a un podcast es más obvia porque el podcast responde a un único formato mediático, es, pues, muy o por completo unimedia, mientras que un macroblog es, por definición, multimedia.

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Los microblogs de indistinguible gestión humana o robótica

Por la comparativamente superior customización que la macroblogosfera tiene respecto a las redes sociales o la microblogosfera, es mejor el de los blogs al uso el entorno para el desarrollo de la distinguibilidad humana. Las redes sociales representan, pues, una herramienta más propicia para que la IA se introduzca de lleno creando perfiles y contenidos que parezcan indistinguibles.

Aunque la vertiente de la extensión es igual de practicable en macro y microblogosfera, a la segunda no le es tan propia la densidad de contenidos, densidad que merece recalcarse que no necesariamente debe justo implicar extensión, pues dentro de la literatura y la oratoria hay sobrados géneros breves que demuestran, sin embargo, aportar conveniente y rica densidad en el mensaje que transmiten. Cuando, no obstante, la típica coherencia humana puede simularse con extrema facilidad justo por la IA al tratarse de contenidos de poca densidad a la vez que, a menudo, de extensión breve, no resulta sorprendente que en las redes sociales puedan proliferar microblogs tras los que no hay sino una total gestión automatizada.

Muchos pueden ser los microblogs de indistinguible gestión humana o robótica que haya en redes sociales, por lo que dotar a tus redes sociales de contenidos concienzudamente elaborados es un reto al que no puedes renunciar en pro de que no te confundan con lo que una máquina puede fácilmente hacer. Que logres ser distinguible te lo facilitará que, en lo que bloguees, tomes tu blog al uso o macroblog como base y a partir de ahí viertas lo blogueado adaptándolo debidamente a cada red social.

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Abstracciones

La dificultad de que en literatura y oratoria la IA mantenga al completo la indistinguibilidad respecto a lo humano y que justo lo humano, en este sentido, sea mejor radica, en buena parte si no del todo, en la inherente incapacidad de abstracción que a la IA se le puede atribuir. Elaborar un discurso extenso y denso requiere un tal nivel de abstracción mantenida coherentemente que hasta al algoritmo más complejo se le escapa.

Es convenientemente recalcable que seguimos refiriéndonos a literatura y oratoria porque, en cambio, en cuestiones matemáticas, la extensión y densidad sí estarían a favor de la IA. Cierto que, al fin y al cabo, no dejan de ser también abstracciones los números, pero de ellos derivan por defecto discursos extremadamente sujetos a la férrea lógica que el cálculo requiere. Las abstracciones que, por su parte, a literatura y oratoria les resultan propias deben recurrir tanto y, de hecho, tan afortunadamente a la imaginación que trascienden los límites de lo que la pura simulación restringe. La abstracción por imaginación siempre quedará como patrimonio, si no exclusivo, sí característico y genuino del género humano, mientras que en simulación lo algorítmico no dejará de ser superior.

Pese a que la indistinguibilidad entre imaginación y simulación llegue a ser muy elevada, seguirá a toda luz siendo recomendable no caer en tan poco útiles postulados como los del sustitutivismo prorrobótico, que no hacen sino coartar el auténtico gran potencial intelectual humano que, lejos de aminorarse, seguro que todavía puede, y debe, mejorar. El devenir ante el que estás es uno que va a poder redundar en una liberación de procesos mentales para orientarlos a nuevos y óptimos destinos.

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Simulación

A mayor extensión de una pieza comunicativa, en lo que en particular concierne a literatura y oratoria, más complicado va a resultar que una simulación robótica de, respectivamente, texto o audio sea indistinguible de una elaboración humana. Cabe referirse, en este sentido, a una elaboración humana concienzuda, densa, porque de lo contrario, en algo que es más bien caótico, poco podrá diferenciarse una pobre elaboración humana y otra pobre elaboración pero robótica.

En elaboraciones comunicacionales de extensión corta o compacta, lo humano poco elaborado y lo robótico pueden pasar con cierta facilidad por algunas clases de elaboraciones humanas tradicionalmente concienzudas, tales como poemas, refranes, pinturas, esculturas y melodías: se trata de obras que, de no suscitar de por sí el contexto y el fondo de lo que expresan, lo pueden dejar casi o del todo a la libre interpretación de quien consuma tales piezas y de ahí que, ante el eventual desconocimiento de si la autoría es de naturaleza humana o robótica, bien puede tal naturaleza ser indistinguible y hasta causar total indiferencia. Las elaboraciones extensas y densas, para las cuales es habitual y recomendable la periodicidad, dificultan al algoritmo más complejo hacer creíble la pretendida simulación humana, máxime si justo se trata de plasmar contenidos que, si bien deben guardar coherencia, no se restrinjan a la lógica pura.

La indistinguibilidad de lo que puede comunicar un humano y un robot va a seguir acrecentándose a medida que los algoritmos de simulación sigan perfeccionándose. Aquello que quede como claramente de elaboración distinguible humana requerirá que sea una elaboración cuantitativamente extensa y cualitativamente densa, con especial minuciosidad en rehuir la lógica extrema y guardar coherencia general de contexto.

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Literatura y oratoria

En el hecho de, a fin de elaborar una pieza comunicativa, decantarse hacia lo imaginativo o hacia lo observacional está el quid para que esa pieza termine derivando, respectivamente, en una más bien personal o artística o más bien impersonal o técnica. Prácticamente todo lo observacional es asumible mejor por la IA, pero buena parte de lo artístico también o, por lo menos, igual.

Lo artístico y técnico que en mayor grado puede hacer mejor o igual un robot que un humano se circunscribe de manera bastante clara a lo graficoplástico y a lo musical, que son ámbitos que de manera respectiva pertenecen a lo visual y al audio. Cuando contemplamos la literatura y la oratoria, también de manera respectiva pertenecientes a lo visual y al audio, parece que vamos identificando formas comunicacionales algo más complicadas de que un robot pueda aunque sólo sea igualar la obra humana. Esto no responde sino a que, en efecto, en comparación a lo graficoplástico y lo musical, son literatura y oratoria de un carácter un tanto más laberíntico.

Se distingue aquello que se aleja de lo algorítmico, además de por una esencia laberíntica, por su notoria contextualidad, mientras que aquello definido a partir de un diagrama de flujo resulta sólo o casi sólo textual. Lo algorítmico es, en definitiva, identificable con un circuito claro y definido, en el que los elementos textuales están, pues, bien establecidos; en cambio, de lo laberíntico pueden surgir interpretaciones y reinterpretaciones según el momento y el lugar.

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Lo observacional

Si bien para el pensamiento lógico del que emana aquello más bien impersonal o técnico cobra relevancia la observación, se requiere de como mínimo cierta imaginación también a fin de, haciendo las pertinentes suposiciones, empezar a dar forma a aquello que de la observación pueda o no derivarse. Igual que, de hecho, en lo personal o artístico, poco suele dar de sí la imaginación sin la observación, tiene la pura observación que dotarse de lo que imaginar aporta.

Aquello que de lo observacional emana de eminente carácter impersonal o técnico se encuentra ante una época muy propicia, lejos asimismo de que el avance tecnológico, en particular en lo que concierne a tecnología artificial y automatización, tenga que derivar en que el ser humano abandone su capacidad de pensar. Bien es cierto, no obstante, que si en algún ámbito la IA, lo automático y, en general, toda la robótica van a favorecer que devenga prescindible la intervención humana va a ser en lo observacional y no tanto en lo más personal o artístico por sus eminentes índoles imaginativas. Mientras lo observacional es más procesable algorítmicamente, lo imaginativo es más laberíntico y tiende a escapar, pues, de lo estrictamente lógico.

El intelecto humano tiene todavía mucho recorrido ante sí tanto en su vertiente observacional como imaginativa. Cierto es que en la primera los robots van a poder sustituir multitud de funciones, lo cual, sin embargo, hará que tal intelecto quede liberado para desarrollar otros interesantes campos por descubrir; y pese a su esencia más escurridiza respecto a lo algorítmico, también parece que lo artístico va a poder resultar en gran medida reemplazable mediante robots, aunque en efecto la laberíntica imaginación queda fuera del alcance de todo algoritmo.

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Imaginación

La IoT y, con ella, lo multimedia, por mucho que progresen, poco van a cundir si no hay la suficiente creatividad a partir de la que confeccionar todo tipo de contenidos. Lejos, pues, de que el avance tecnológico, en particular en lo que concierne a tecnología artificial y automatización, tenga que derivar en que el ser humano abandone su capacidad de pensar, se abre una época muy propicia para que la imaginación cobre relevancia.

Tenemos a nuestro alcance una tecnología tan multimedia, tan multidispositivo y tan interconectable, pero ¿para qué? Pues para aprovechar como nunca antes para que, en un sentido amplio, no sólo restringiéndonos a lo personal o artístico, desarrollemos la imaginación y compartamos nuestras piezas resultantes de un modo tan abierto, inmediato y de alcance global que jamás la humanidad había tenido oportunidad de practicar anteriormente. El uso individualizado que de lo multimedia y toda la tecnología IoT puede hacerse hoy día favorece que, en contraposición a las limitadas oportunidades que comparativamente los medios de comunicación tradicionales ofrecen, todo usuario pueda en la actualidad asumir la posición comunicacional de emisor y no tener que conformarse con sólo, o casi sólo, poder ser receptor.

Lo que define al típico concepto de público al que un emisor se dirige experimenta con lo telemático una necesaria reformulación por la que lo surgido de la debidamente elaborada y meditada imaginación ya no queda limitado a que para tener gran difusión y repercusión tenga que proceder de unos pocos considerados en mayor o menor grado élite cultural. La accesibilidad e interactividad de los canales telemáticos obligan a replantear la esencia de la profesionalización mediática.

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En el marco del concepto red

A diferencia de lo tan multimedia que la IoT es, lo analógico era multidispositivo porque en efecto dio lugar a dispositivos múltiples pero muy unimedia cada uno de ellos. Bajo la directriz del diseño aglutinador que la tableta representa, cada dispositivo telemático actual tiene, si no efectivamente, sí potencialmente, mucha más capacidad multimedia.

Tanto en la potencial como en la efectiva capacidad multimedia de los dispositivos integrables en la IoT, yace la interconectividad que tanto cobra sentido en el marco del concepto red con que el propio ciberespacio toma forma. Los nodos que en definitiva son cada uno de los actuales dispositivos digitales dentro de la red general de Internet suelen ser interconectables a tal escala que la transferencia de datos justo es multimedia, además de rápida y ágil. Puesto que la dimensión multitarea no deja de estar presente y consolidarse en los dispositivos telemáticos que manejamos, por lo menos en buena medida es, en cada uno de tales dispositivos, lo multimedia no sólo transferible, sino editable.

La explotación de espacios físicos fijos va acrecentando irremediablemente su condición innecesaria en ese marco que el concepto red va afianzando y que puede tildarse de revolución digital. De esta revolución resulta indispensable que asimiles la magnitud de su alcance porque, por su mismo carácter revolucionario, se trata de una magnitud notable, alcanzando, pues, no pocos ámbitos diferentes.

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La interactividad uni y bidireccional de la IoT

Con la implementación de la IoT, las posibilidades de interactividad uni y bidireccional se multiplican exponencialmente en comparación a la teleofimática. De mayores proporciones son, por tanto, los cambios que en este sentido se han producido desde las últimas etapas de la sola existencia de lo analógico: la, sin embargo, innegable dimensión multidispositivo que ya lo analógico alcanzó queda muy lejos de la enorme interactividad que la actual IoT aporta.

El material analógico general, y el de oficina en particular, ya permitía por supuesto emplearlo para funciones distintas a las de los entornos privados tanto de negocio como domésticos, pero no permitían tales funciones el alcance abierto, global, permanente e inmediato de aquello que cualquier individuo desease elaborar. De ahí que el salto que la interactividad uni y bidireccional de la IoT implica deriva en unas capacidades comunicacionales que abren un abanico de posibilidades cuasi infinitas y ubicuas con mínimos o nulos intermediarios pero ante lo cual, por descontado, deviene de suma importancia que la ciberseguridad se mantenga situada como elemento clave para que la red de redes nos aporte lo mejor de su potencial.

Mientras que lo analógico era hasta cierto punto calificable de tan multidispositivo como lo que en la actualidad es la IoT, era comparativamente muy deficiente en cuanto a interconectividad, además de en cuanto a interactividad sobre todo bidireccional, esto es, interactividad entre personas que, de manera respectiva pero intercambiable, asuman la posición de emisor y receptor. Cuantitativamente, pues, lo analógico puede que igualase a la IoT, pero la IoT vence en calidad.

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La sintética herramienta teleofimática que la blogosfera es

A raíz de la teleofimática y la derivación que de ella supone en buena parte la propia blogosfera, es justo cualquier blog un recurso que conlleva una trascendencia de la teleofimática misma a mucho más que lo que propiamente atañe a la ofimática orientada a la pura gestión de las tareas de oficina y similares. La convencional distinción entre blogs personales e impersonales deviene prueba de ello.

Empezando por la tan habitual como característica dimensión pública y abierta que un blog de por sí tiene, ya se pone de manifiesto que la sintética herramienta teleofimática que la blogosfera es supera el tradicional ámbito privado de la gestión de oficina y las propias que a ésta se asemejan en el hogar. Con el mismo tipo de herramientas digitales que la primigenia ofimática, dan respuesta la teleofimática y la ya hoy IoT a lo que a todas luces parece haber sido y seguir siendo una necesidad para todo usuario el hecho de poder comunicar cuanto quiera publicándolo con acceso abierto y mundial. Esto lleva a concluir que lo propio de teleofimática e IoT nos vale para elaborar contenidos que, publicados de tal guisa, bien pueden ser de índole personal o artística y no sólo impersonal o técnica como le es propio a aquello que en entornos de oficina se desarrolla.

Cronológicamente, esta evolución de herramientas puramente ofimáticas a herramientas ofimáticas con las que hacer en weblogs todo tipo de contenidos, tanto personales como impersonales, y difundirlos abierta y mundialmente, empezó con los blogs al uso y mantiene continuidad hoy con tales blogs, o macroblogs, y las redes sociales o microblogs. Aunque el material analógico de oficina ya permitía por supuesto emplearlo para funciones distintas a las de los entornos privados de negocio y domésticos, no permitían el alcance abierto, global, permanente e inmediato de aquello que cualquier individuo desee elaborar.

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Un weblog de estricta finalidad impersonal

Los blogs técnicos, por ser de eminente carácter de servicio, tienen el reto de no convertir en defecto devenir de sólo puro servicio técnico. Elaborar un weblog de estricta finalidad impersonal o técnica hace por lo común al blog en cuestión carecer de interés que suscite una atracción constante en el público que sea; se consultará el blog, o por extensión el proyecto del que se trate, cuando haga falta pero no, o no mucho, más allá.

¿Cómo hacer que un blog más bien técnico atraiga público no sólo por interés puntual según las puras necesidades ocasionales que tal público tenga? Desde las respectivas perspectivas de autoría y público puede hallarse la también respectiva solución que, según consideremos, aplicaremos combinándolas o, en cambio, escogeremos una u otra. En función de la autoría, se trataría de añadir un enfoque más personal, que no llegue a predominar porque entonces perdería el blog su esencia técnica, pero que destacase dándole una dimensión genuina. En función del público, lo que tendríamos que hacer es acotarlo a un público específico del que sepamos que, justo por ese carácter específico, tiene una constante necesidad de recurrir a aquello técnico que expongamos.

Hacer que tu blog técnico devenga más personal puede a su vez estar enfocado, por una parte, a ser personal centrándolo en ti o, por otra, a serlo centrándose en alguien distinto y que recomendablemente sea un personaje de referencia en el ámbito abordado. Si optas por delimitar el tipo de público y consigues identificarlo y llegar bien a él, cuentas ya de entrada con la garantía de éxito que una audiencia bastante entusiasta suele proporcionar.

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Libertad artística

Puede que cuando lo que se plantea es un blog personal, resulte especialmente complicado concebirlo como servicio. Desde el momento en que alguien se plantea tal manera personal de enfocar sus contenidos y la forma de expresarlos, quizá es fácil que ese alguien tenga la sensación de que, intentando prestar un servicio, de algún modo se está traicionado a sí mismo por no mantenerse fiel a sus pensamientos y sentimientos, pero bien merece desdramatizarse esta sensación para que el weblog personal en cuestión sea óptimo.

Hasta el más ferviente amante del arte más puro convendrá en que, hasta hoy, todo lo artístico no se concibe sino bajo las dinámicas de la industria y es por ello que, en definitiva, son las denominadas industrias culturales las que por lo menos durante las últimas generaciones han vehiculado la producción artística y cultural. Si ahora pasamos lo artístico y cultural a desarrollarlos bajo la lógica de los servicios, simplemente estamos siguiendo el devenir natural que la propia historia apunta a que se dé en ese marco de tránsito desde la preponderancia del sector secundario al terciario. Cierto que, sin embargo y justo en favor de quien por la libertad artística más acérrima apueste, en la blogosfera contamos con prácticamente nulos intermediarios en comparación a lo que suele ser propio del sector industrial.

La propia falta de intermediarios que en la blogosfera, por un lado, tan positiva es en pro de la libertad artística que permita hacer un weblog personal plantea, por otro, los típicos riesgos referentes al plagio en particular y, en general, a atentar contra los derechos de autoría. Cabe que, en un entorno como la blogosfera que tanto nos aporta una jamás antes accesible capacidad mundial de publicación, aproveches la ausencia de intermediarios para ahondar en la mayor originalidad que concibas.

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Cristalizar la fidelidad hacia el weblog

En la medida en que, en efecto, los blogs emergen del sector servicios, plantearse cómo hacer un buen weblog pasa por valorar su enfoque como servicio precisamente. Sea de manera lucrativa o desinteresada, todo blog con vocación de servicio gozará de mayor potencial en cuanto a lograr fidelidad entre el público o los públicos de que se trate.

Aunque sólo se manifieste a largo plazo, y es con toda probabilidad lo más común entre la mayoría de blogs, es la fidelidad potencial hacia cualquier weblog aquello que lo hace ser un buen, también potencial, servicio. Hacer que fidelidad y calidad de servicio cristalicen es el reto que nos toca asumir en pro de alcanzar cierto éxito en nuestro blog; si a algo debemos procurar responder, entonces, es a satisfacer alguna necesidad detectada entre el público o los públicos en cuestión, lo cual es ya, de hecho, muy propio del sector secundario, pero mantiene su vigencia en el terciario, máxime cuando uno da lugar al otro y estamos en un momento de eminente tránsito de la preponderancia de también uno a otro.

Al valorar la fidelidad potencial hacia cualquier weblog del que te ocupes, cabe que a la concreción de la necesidad pública que identifiques no dejes de sumarle la pertinente dosis de originalidad y constante efecto sorpresa para que la fidelidad pase por completo de potencial a habitual. Si además incides en los de por sí aspectos característicos de la blogosfera que son la interactividad y lo multimedia, hacer cristalizar la fidelidad hacia el weblog estará prácticamente asegurado.

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Proveedores y usuarios

Socialmente, el sector terciario es o tiende a ser el más interactivo de los sectores económicos: es el sector en que de manera más directa se encuentran productores y clientes o, justo en palabras propias del sector servicios, proveedores y usuarios. El cambio de ciclo que se está llevando a cabo a nivel global contribuye a que, por lo digital y telemático que le es propio a tal cambio, se simplifique lo que a los intermediarios concierne.

Un sector secundario o industrial en su máximo despliegue, ya que se fundamenta en la explotación de espacios físicos fijos o bastante fijos, deriva en una prácticamente inevitable dependencia de numerosos intermediarios para cubrir toda la tan deseada como extensa área territorial a la que este sector aspira por defecto. Con un sector servicios en el que digitalización y telematicación absorben las tradicionales dinámicas industriales, cobran fuerza una ubicuidad y una intangibilidad que hacen necesarios mucho menos intermediarios, lo que deviene en una relación que, pese a las distancias, establecemos proveedores y usuarios interactuando en mayor modo directo.

¿Estarán cada vez más presentes los robots también como proveedores y usuarios al completo? La automatización y la inteligencia artificial que están en la esencia de la IoT pueden hacer que esto sea viable. Ya ciertos servicios puedes adquirirlos recurriendo a un proveedor casi o del todo automatizado, y puede que a su vez haya robots programados para operar parcial o totalmente como usuarios.

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Auge del sector servicios

Queda muy bien ejemplificado en el paso de cadena a red aquél que da la sensación que está produciéndose en el modelo productivo a todos los niveles. El sector industrial encarna a la perfección la idea de cadena, por la cadena de montaje en la que sustenta su filosofía de funcionamiento; la idea de red, debe, por el mismo sentido cronológico, estar más asociada al sector servicios.

La informática acomete una transformación bastante notoria al sin duda haber transitado de un eminente carácter de nueva industria a uno de aglutinación de servicios, todo lo cual encaja respectivamente con la teleofimática y la IoT. La ofimática y la teleofimática representan una vertiente todavía muy industrial de la informática, mientras que el tránsito a la IoT consiste en un preponderante rol de lo informático en tanto que ofertante de servicios. Más allá de la IoT, en lo que constituya la siguiente fase de la historia de Internet, bien puede que, si bien lejos de la desaparición absoluta de los sectores primario y secundario, tales sectores dejen de concebirse bajo cualquier otra clase de dinámicas que no sean las del sector terciario.

Vas a poder apreciar cómo en los próximos tiempos cobra forma el auge del sector servicios en una modalidad que, a diferencia del todavía hoy vigente sector terciario, va a resultar digital y telemática de manera muy predominante. Si la propia dinámica histórica se mantiene, esto no deja de obedecer a la misma preponderancia que, en sus respectivos momentos, el sector primario y secundario tuvieron.

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Lo próximo tras la Internet de las cosas

Después de las respectivas etapas de la teleofimática y la IoT, bien puede atisbarse la siguiente fase siempre que se tienda, tal y como de hecho parece que es lo apropiado, hacia procederes diferentes, o hasta opuestos, a las tradicionales dinámicas industriales en general y fabriles en particular. Esto debiera como mínimo hacer prever una nueva etapa no sólo de Internet, sino del conjunto de la historia.

Explotando menos los espacios físicos e imprimiendo también menos, nos encontraremos con que lo próximo tras la Internet de las cosas será con total probabilidad una Internet mucho más empleada en función de la movilidad, a lo cual ya contribuyen muy en particular los dispositivos de telefonía inteligente. Precisaremos, en este sentido, poder hacer prácticamente cualquier cosa desde cualquier lugar, sin una concentrada propiedad de los mecanismos productivos tanto en lo que respecta a la titularidad misma de la respectiva posesión, como en lo que respecta a la ubicación fija e inamovible de tales mecanismos. Estaremos, así, en disposición de crear una economía mucho más sostenible al ser mucho más ágil y adaptable.

Proceder en las dinámicas productivas de una manera desligada, en su máxima expresión, de la propiedad concentrada de los espacios y las herramientas garantizará esa sostenibilidad de la que tan convenientemente debiera dotarse a la economía. Claro que esto va a tener que ir ligado a un extremo sentido de la responsabilidad y el compromiso por parte de todos los agentes económicos en los diferentes estratos y ámbitos profesionales.

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De nuevas tecnologías a IoT

Con razón la etiqueta de nuevas tecnologías queda superada en el presente cuando ya, desde que más o menos tal expresión apareciese, han pasado unas cuantas décadas en que Internet ha experimentado un par de fases determinantes. La primera fase sería aquélla en la que se funde con la ofimática y que bajo nuestra perspectiva conforma la teleofimática; después de ésta, aconteció la actual denominable IoT.

Hay mucho sentido en pasar de nuevas tecnologías a IoT en cuanto a la denominación de las herramientas informáticas que empleamos, pues de lo contrario estamos todavía considerando nuevo algo que, tras el tiempo que lleva implantado, si bien en constante cambio, no es nuevo en absoluto. Otra cuestión sería si, pese a esto, hemos en verdad tomado conciencia del potencial que la IoT nos aporta para que una nueva orientación productiva global cristalice y podamos prescindir de la explotación de espacios físicos tan propia del modelo industrial, modelo que antes de lo que podemos considerar presente histórico se extiende, de hecho, a los otros sectores económicos además del propiamente secundario.

Nacida como parte del, en efecto, sector industrial, es la informática un ámbito que en su actual fase de IoT adquiere tintes que parecen alejarse de las dinámicas tradicionalmente industriales. En caso de que en verdad resulte factible transformar lo industrial en, cuando menos, una anulación del imprimir más y en una decreciente explotación de entornos físicos, estarás ante un modelo que apunta a ser mucho más sostenible.

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Adaptabilidad es la tendencia

Las apps orientadas a su completo funcionamiento telemático representan un ahorro en varios sentidos. Añadido a su ya habitual condición gratuita y abierta, se hallan el ahorro de espacio en los discos duros de los usuarios, el ahorro de otras unidades de almacenaje y el, en definitiva, ahorro general en material físico, si bien tal material es mínimo en lo digital en comparación a lo analógico.

Si la tendencia a imprimir más resultaba contradictoria y era bueno que se revirtiera, que esta reversión la vayamos encontrando extrapolada a todo tipo de materiales que, al fin y al cabo, también se imprimen debiera redundar en una muy conveniente disminución de la intensidad en cuanto a la explotación de espacios físicos, pues una menor explotación de tal índole encaja mejor en las posibilidades que la ubicuidad y la movilidad derivadas de Internet suponen. Estamos ante unas opciones de nueva orientación productiva global en la que la adaptabilidad es la tendencia porque abre camino a unos entornos físicos mucho más despejados y no fijos.

Los weblogs juegan una función determinante en la nueva orientación productiva que emerge, máxime al encontrarnos en una fase de Internet en que ésta es IoT y, por ende, tienes una amplia variedad de dispositivos de comunicación con los que bloguear en cualquier instante. Si, habiendo superado de largo al ordenador de sobremesa, es ubicua la propia elaboración de los blogs, aprovéchalo para que tu presencia en la blogosfera sea lo más rica que puedas.

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La ciberseguridad telemática

La ciberseguridad propia de la eminente etapa teleofimática iba ligada a los típicos antivirus a instalar en local, generalmente con CD, si bien luego, y generalmente también, actualizables casi o del todo telemáticamente. Todo ello, que acostumbra a tomar forma de modalidad de pago, parece que va, o merece ir, quedando disuelto al pasar a una Internet que, por ser ya IoT, está mucho más allá de la simple ofimática o teleofimática.

A raíz de la constante aparición de apps puramente telemáticas que complementan o incluso sustituyen las típicamente instaladas en local, es natural que la ciberseguridad se vuelva o tienda a volverse plenamente telemática, sin necesidad alguna de instalar el típico CD ni las subsiguientes actualizaciones si es que éstas, aun siendo quizá telemáticas, son asimismo de pago por parte directa del usuario. Todo apunta, pues, a que la ciberseguridad vaya quedando bajo la plena responsabilidad de los propios portales cibernáuticos y de los desarrolladores de toda clase de software y dispositivos. De esta manera, es normal tener la sensación de que sin el típico antivirus de CD nos es igualmente factible navegar con a lo menos cierta seguridad por Internet.

Cabe que, pese a la ciberseguridad telemática que está implementada, no dejes de prestar atención a que los portales que visites en Internet sean sitios fiables y seguros; esto va aparejado a que, en lo que te descargues, vigiles que asimismo se trate de archivos no peligrosos. De lo contrario, por más ciberseguridad que la nube ya ofrezca, el riesgo ante un virus informático se acrecentará.

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En la nube todo

De la conjunción entre la ofimática y la telemática, de la cual los weblogs son un ejemplo representativo, deriva una genuina conjunción entre las respectivas condiciones distintivas de multitarea y multiusuario. Cada dispositivo informático y toda Internet pueden desempeñar múltiples tareas a la vez que pueden responder al manejo por parte de múltiples usuarios.

En sí, un solo dispositivo informático es ya multiusuario además de eminentemente multitarea pero, si tal condición de multiusuario es superada por alguna otra, ésta es sin lugar a duda la de la propia Internet, cuyos usuarios somos todos los millones que nos vamos conectando a ella. Cada vez, en este sentido, es apreciable que se ha producido una constante aparición de apps puramente telemáticas que complementan o incluso sustituyen las típicamente instaladas en local. Esto nos da una perspectiva de lo que ha evolucionado la teleofimática, desde casi limitarse en su parte telemática a ir intercambiando adjuntos por correo electrónico a hacerlo en la nube todo prácticamente.

La nube permite que, a nivel de equipo informático local, puedas ir prescindiendo de cada vez más las unidades de almacenaje tales como CD, DVD, USB y similares, y hasta del HDD o disco duro. Sin embargo, nunca está de más recalcar la importancia de tales unidades para, en general, hacer copias de seguridad y, en especial, por motivos de conservación documental.

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Infraestructura nodal de la IoT

La Internet que en el presente manejamos, pero quitándole lo que hace que represente una IoT, es la que puede considerarse primera y, durante por lo menos una década desde su despliegue, única forma de Internet, a la cual caracterizaba una casi total identificación con la teleofimática vinculada al espacio fijo de oficina u hogar. A tal espacio fijo, además, lo caracterizaba la computadora de sobremesa.

Ya con la completa popularización de los ordenadores portátiles, pero todavía más con la de los teléfonos móviles inteligentes, estaríamos en condición de considerar que hay, si bien quizá incipientemente, una IoT. A medida que vamos encontrando el modelo de infraestructura por nodos interconectados o infraestructura en red aplicado cada vez más a varios tipos de dispositivos y a conjuntos enteros de oficinas, hogares y demás entornos, queda claro que, en definitiva, Internet es casi, si no del todo, lo mismo que IoT. Un ciberespacio en el que los nodos de IoT queden limitados a las computadoras tradicionales, ya sean de sobremesa o portátiles, resulta insuficiente para lo que todas las clases de dispositivos de una revolución digital y telemática deben implicar e implican.

Tener varias clases de dispositivos interconectados en red es el definitivo y decisivo logro que la telemática está alcanzando para que el funcionamiento de la necesaria IoT sea una realidad y que el concepto mismo de infraestructura nodal de la IoT cobre sentido. De nuevo, la ciberseguridad vuelve a presentarse con todo esto como un campo decisivo, en pro de un modelo nodal que te garantice utilizar una segura y eficiente infraestructura de comunicaciones.

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La revolución digital

Unos dispositivos informáticos tan portables como los que actualmente se utilizan en multitud de operaciones dentro y fuera de la teleofimática son la muestra de que el espacio fijo de oficina o de tareas en el hogar estaba destinado a diluirse para que, a partir de la misma esencia de Internet, fuese factible realizar ubicuamente casi cualquier acción digital. Es ésta una comodidad que da forma a la IoT, por lo menos en buena parte.

La teleofimática hecha más practicable por los dispositivos móviles inteligentes de los que hoy disponemos representa la esencia de la transformación que se vislumbra en el devenir próximo y que ya es en gran medida una realidad: un cambio revolucionario que da sentido a la tan habitualmente mencionada revolución digital en la que estamos inmersos. De la revolución digital es esperable que, si no el culminante, uno de sus puntos decisivos resulte el de la conformación de la Internet de las cosas, la IoT. Es éste el modo en que con toda probabilidad convenga que, además, justo bajo la etiqueta de IoT, superemos definitivamente la ya trasnochada denominación de nuevas tecnologías.

Para que puedas en verdad considerar que hay una revolución digital, ésta debe ser concebida en base a Internet en general y la IoT en particular, en la línea de lo que puede establecerse que supuso la teleofimática en su momento. Si lo digital se hubiese quedado en lo no telemático y no hubiese habido, por ende, más que ofimática y no teleofimática, hubiese lo digital experimentado en cualquier caso un papel decisivo en la historia de la comunicación, pero lejos del que tiene en la actualidad.

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Adjuntar fichero

La práctica más básica que a la teleofimática puede considerarse que definió fue, y aún sigue siendo, la típica de adjuntar fichero en un mensaje de correo electrónico. Hasta ser de pleno uso generalizado la nube, parece que la tendencia era la de hacer los documentos en local para luego darles la dimensión telemática al enviarlos como adjunto y, en su caso, ir intercambiando así correos electrónicos modificando de una y otra parte cuanto se considerase del fichero en cuestión.

Sobre todo cuando ha ido en aumento la, de hecho, muy apropiada portabilidad del instrumental informático, ha sido imprescindible familiarizarnos con poder elaborar y modificar los documentos ofimáticos más allá de la típica ubicación fija de oficina u hogar, y poder así seguir adjuntando en todo momento y por correo electrónico o, en cambio, realizando por completo en la nube lo que nos convenga elaborar teleofimáticamente. Si bien adjuntar fichero resultó un recurso accesible desde prácticamente el mismo principio de la teleofimática, no es que, por venir después, tengamos que sustituir del todo tal práctica por el uso exclusivo de la elaboración y compartición en la nube, pues una y otra prácticas tienen sus ventajas que sin duda se complementan.

No deja de ser, en definitiva, el uso habitual y más reciente de lo que puedes conocer como la nube, si no lo mismo, algo muy parecido a la tradicional intranet. Así pues, podrías considerar que, desde esta perspectiva, sí tienen prácticamente el mismo recorrido por un lado el típico adjuntar fichero y por otro la elaboración y compartición completas en la nube.

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Teleofimática

Por desplegarse Internet, bien puede ya en tal momento determinarse que, al llevar entonces la ofimática cierto recorrido, emerge lo que puede denominarse teleofimática o fusión entre ofimática y telemática. Aquel despliegue, que comparado con la implantación de la propia ofimática devendría súbito, configuró la base de todo espacio fijo de oficina o estancia para tareas de usuario doméstico.

Sin embargo, no parece que haya hecho demasiada falta concebir un solo término como teleofimática para aglutinar las nociones de ofimática y telemática, pero desde aquí lo proponemos por la convicción de que aporta una mayor claridad al evidente y eminente cambio de etapa que la informática experimentó en los últimos decenios del siglo XX: cambio precisamente producido por añadírsele a la ya existente y paulatinamente popularizada ofimática el despliegue de la comparativamente súbita Internet. Experimentó, no obstante, también Internet su parte de, quizá no evidente, pero sí eminente desarrollo paulatino antes de su pleno despliegue; ahora bien, tal desarrollo no fue, o de hecho no podía ser, en modo abierto y comercializable como el que la ofimática tuvo.

A día de hoy, la teleofimática lleva ya alrededor de tres décadas de recorrido en que se le ha sumado el incremento de la portabilidad de los ordenadores en particular y de todo tipo de dispositivos digitales en general. De la condición digital de tales dispositivos, se deriva que asimismo puedes apreciar que a todo esto se le agrega la tan imprescindible interconectividad multimedia que en lo analógico era imposible.

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Weblogs, una síntesis entre ofimática y telemática

En la medida en que los weblogs, tanto al uso como redes sociales, en efecto son herramientas cibernáuticas en que para elaborar sus característicos posts proporcionan un entorno ofimático virtual, resulta toda plataforma de blogs una muy buena combinación de lo ofimático con lo telemático. No es de extrañarse que por eso mismo la blogosfera emergiese justo cuando ofimática y telemática dejaron sus previos caminos en paralelo para conformar una sola tendencia.

Dejando a un lado el que alguien con el debido conocimiento de arquitectura de blogs pueda hacer de otro modo su plataforma particular de blogs, es lo común que, sobre todo fijándonos en las plataformas genéricas, encontremos tales plataformas concebidas al modo de un procesador de texto y que de manera intuitiva nos permite elaborar nuestros posts a nivel multimedia. Las plataformas especializadas en función del formato multimedia pero que éste no sea texto, lo cual aplica en particular a determinadas redes sociales especializadas, tienen por normal que la noción de procesador de texto adquiera la apropiada adaptación al correspondiente tipo de programa de edición para el formato multimedia del que se trate.

A diferencia de lo que la ofimática propiamente abarca, la blogosfera es un entorno virtual en que, si bien ya la misma preparación de los contenidos es telemática, sirve para que orientes tales contenidos a la publicación abierta, ubicua y permanente que al ciberespacio tanto caracteriza. Son en cualquier caso los blogs, o weblogs, una síntesis entre ofimática y telemática porque también los entornos tradicionales de producción de contenidos comunicacionales asumen, si no del todo, en buena parte la esencia del concepto de oficina.

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Lo ofimático y lo telemático

En el desarrollo de la informática hasta que se despliega la actual Internet pueden identificarse dos vertientes que discurren en paralelo: lo ofimático y lo telemático. La primera de tales vertientes ha sido a su vez la primera en llegar, paulatinamente sin embargo, al uso entre el gran público, mientras que la segunda, por consiguiente, ha ido después al tiempo que, en comparación a aquélla, su aparición entre el gran público fue, en cambio, bastante súbita.

Con especial énfasis en el sector servicios por el eminente y definitorio vínculo del mismo al concepto de oficina, fue abarcando la informática orientada justo al entorno de oficina, u ofimática, cada vez mayor relevancia en el citado entorno. Con toda probabilidad, sea el clásico ordenador de sobremesa, aún sin conexión, o muy limitada, a red alguna, en lo que mejor encontraremos un elemento representativo de las incipientes digitalización e informatización de, en especial, oficinas además de, por extensión, hogares. Los ordenadores de sobremesa fueron un producto comercial bastante antes de que lo telemático como tal, o sea Internet, se desplegase. Y al desplegarse la red de redes, era cuestión de tiempo que ésta y la ofimática tuvieran que pasar de ir en paralelo a definitivamente fundirse.

Tratar de definir la aparentemente complicada idea de la Internet de las cosas o IoT deviene más simple aprovechando la, en la actualidad, tan familiar relación de Internet con los entornos de oficina y hogares. La ofimática unida a la posteriormente desplegada Internet devino un primigenio estadio del concepto hoy día tan común que suele ser la IoT, a la cual caracteriza un mucho mayor grado de capacidades referentes a la inteligencia artificial y a la automatización.

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El papel reciclado

Si puede hallarse algo de, en cierto modo, positivo respecto a la que, con la perspectiva del tiempo, resulta la tan incomprensible como contradictoria orientación que fue la de pretender imprimir más, lo hallamos en que parece que se empezó asimismo a producir un auge del papel reciclado y de la concienciación en cuanto al uso preferente del mismo. Algo, no obstante, insuficiente para frenar el perjudicial impacto medioambiental de una supraproducción creciente no telemática.

La deforestación es a lo que, en términos ecológicos, irremediablemente nos lleva el abuso que aparejado a la informática surgía y podría haberse continuado al querer imprimir más. Recurrir a utilizar preferiblemente el papel reciclado se postulaba como una solución al problema o a cualquier riesgo de producirlo, pero lo que en verdad hacía falta, y parece que en la actualidad está ya cuando menos bastante asumido, es otorgar valía al formato digital en sí. Yace justo en el concepto de la nube la razón por la que decidida y afortunadamente va optándose cada vez más por prescindir de gastar papel; si bien, en caso de gastarlo, muy recomendable opción sigue siendo la de escoger el papel reciclado para imprimir.

De la insuficiencia del papel reciclado para siquiera mitigar la deforestación en particular y la contaminación en general, puedes extrapolar la insuficiencia del reciclaje de cualquier soporte comunicativo para como mínimo disminuir el impacto contaminante del ser humano sobre el planeta. Hay que practicar por supuesto el reciclaje, pero al valorar más la blogosfera y otros recursos cibernáuticos para la comunicación y custodia de información contribuyes mejor al bienestar del planeta.

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La etapa culminante de la tecnología analógica

Hasta el despliegue de la Internet que hoy conocemos, considérese que llega la etapa culminante de la tecnología analógica en todos los formatos comunicacionales. Por la extraordinaria capacidad que justo la tecnología analógica alcanzó para la producción, difusión y conservación de estos diferentes formatos, podía ya entonces concebirse la noción de era de la información pero lo digital y todavía más lo digital telemático daría verdadero sentido a una era tal.

En comparación a la interconectividad digital, la falta de interconectividad posible o fácil entre dispositivos analógicos a la vez que lo también comparativamente aparatoso de las unidades analógicas de almacenaje nos llevaban a una era de la información que en todo caso resultaba material y físicamente insostenible, pese a que desde el puro interés lucrativo de la producción económica podía resultar lo ideal porque a más unidades vendibles, fuesen del formato comunicativo que fuere, y a más público consumidor de productos culturales, más beneficio, por tanto, era esperable. Al ser todo condensable en datos no degradables gracias a lo digital, estamos ante un panorama más sostenible pero que, en cambio, facilitó el despunte de la práctica que conocemos como piratería informática.

Producir en, más o menos, modo multimedia a gran escala con tecnología analógica hubiese resultado de un mal impacto medioambiental tan enorme que lo genuinamente multimedia, que es digital, devenía de imperiosa necesidad para que transmitir el conocimiento fuese ligado a sostenibilidad ecológica. Cuando a lo multimedia se le añade el amplio alcance del uso de Internet, se disminuye aún más el ineludible gran uso de soportes físicos únicos.

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Lo digital no es degradable

Hacer realidad el comprensible deseo que cualquiera puede tener en cuanto a dejar un legado en el formato comunicacional que sea ha sido y es uno de los mayores aportes que Internet pero en particular la blogosfera representan. La conservación y custodia de los documentos analógicos representaba de por sí un relevante esfuerzo que, sin embargo, no evitaba el, de hecho, inherente desgaste material de las unidades de almacenaje.

Debido a su condición de virtualidad, lo digital no es degradable y se conserva, por ende, mucho mejor que los inevitablemente a lo largo del tiempo desgastados materiales físicos, a lo que se le añade que la no obstante ineludible parte física mínima que lo digital requiere para su conservación es de materiales por lo menos igual de resistentes y decididamente de menores dimensiones. Si a esto además le añadimos el colofón de que entre unidades de almacenaje es sumamente fácil transferir información en cualquier formato multimedia, estamos ante una forma de producción, difusión y conservación informacional que supera en todo a las ventajas que lo analógico pueda tener.

Aquello que puedas querer considerar que tiene de analógico lo digital, esto es la parte sólida que justo son los dispositivos digitales, no invalida que lo digital no es degradable porque precisamente la interconectividad entre tales dispositivos nos facilita que lo propiamente digital, o sea los datos, pasen sin problema de un eventual dispositivo degradado a otro nuevo. En términos termodinámicos, lo digital vendría en este sentido a ser poco entrópico.

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Intranet

La idea de Internet como la red de redes que es deriva de que, en efecto, tenía que haber ya redes parecidas a Internet antes de Internet. Cuando Internet se despliega, puede considerarse que es una suma de las intranets que aisladamente se desarrollaban con anterioridad y luego el funcionamiento de intranets ha seguido desarrollándose en multitud de organizaciones hasta ser de muy apropiado uso hoy.

Con el concepto de intranet nos encontramos con la dimensión de los proyectos grupales y que de ahí puede que adquieran además forma de algún tipo de organización más o menos institucionalizada, en un sentido no necesariamente limitado a los ámbitos gubernamentales. Del mismo modo que a nivel individual tenemos opción de hacer, no tiene por qué ser una intranet accesible en abierto por medio de Internet, pues de hecho perdería entonces su pleno sentido de intranet, pero puede serlo en la medida que nos parezca oportuno; de hecho, las webs y los blogs corporativos pueden considerarse la parte en abierto de la labor telemática realizada mediante intranet en la organización de la que se trate.

Usados en modo de acceso restringido, los blogs puedes hacerlos funcionar como intranets o partes de intranets, si bien lo que hace interesante a la capacidad de bloguear es la práctica en abierto, ya se trate de un proyecto grupal, ya se trate de uno individual. Que a estricto título individual transfieras telemáticamente información digital de manera privada entre tus dispositivos no puede considerarse intranet, se requeriría por lo menos otro usuario.

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