La irrupción de Internet marca una etapa distinta en las telecomunicaciones que se utilizaban hasta aquel momento. Se componía, así, un escenario social en el que se dejaba atrás el típico de actores y espectadores.
Con las capacidades comunicativas que la red de redes empezaba a proporcionar, quienes han pasado a denominarse usuarios pueden crear, y no sólo consumir, contenidos difundiéndolos con suma facilidad y amplio alcance. Un alcance, de hecho, de dimensiones planetarias.
Puesto que aquel panorama característico de la modernidad o Edad Moderna y que constaba de la división social entre actores y espectadores va dando lugar a otro, bien puede hablarse de posmodernidad. En este novedoso marco de telecomunicaciones posmodernas, la blogosfera parece apuntar a resultar clave.
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