En el sentido científico biológico, muchas son las definiciones eminentemente técnicas que pudiéramos hacer de los géneros sexuales humanos. Vamos, no obstante, hoy que es el Día del Orgullo, lo cual en la blogosfera seguro que va a cobrar notoriedad, a fijarnos en aquéllas que se plantean desde posturas esencialmente ideológicas.
Desde las posturas conservadoras, se aferran justo a una pura definición técnica biológica: sólo dos géneros, el masculino y el femenino. Las posturas progresistas parecen inclinarse por considerar que la definición de género va más allá de lo biológico y, por lo menos particularmente en el caso humano, atañe en este sentido a la legítima orientación sentimental y pasional que cada persona pueda tener.
Sea como sea, al debatir sobre esta cuestión de géneros y si verdaderamente se quiere llegar a acuerdos entre posiciones conservadoras y progresistas para el bien común, cabe que desde una y otra posición se acuerde desde qué perspectiva se parte: si la biológica o la sentimental. La que debiera ser una sana confrontación entre tales posiciones, si no, difícilmente va a devenir en entendimiento alguno.
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