Técnicamente, cualquier cosa que editemos en la Web, aun sin hacerlo codificando con HTML propiamente, comporta que justo estemos editando el HTML. Esto ocurre incluso al bloguear en redes sociales o microblogs, donde la edición directa del código HTML puede considerarse nula.
Si como usuarios nos proponemos qué editar de modo directo con el código HTML, tenemos que recurrir, asimismo en el marco de la Web y más concretamente en el de la blogosfera, a los blogs típicos o macroblogs. De ahí, en buena parte, que tales blogs estén caracterizados por sus opciones de customización.
Aquello que cabe editar con el HTML, por lo tanto, sería por lo menos aquello que convenga cuando las habituales herramientas intuitivas no tengan capacidad a tales efectos. Siempre con el objetivo de incidir en una imagen con sello propio ante nuestro público.
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