Al entender la virtualidad en su sentido más amplio, de evocación de aquello que no está presente, consistiría en una cualidad de varias tipologías de experiencias comunicacionales no necesariamente tan tecnológicas como parece que se suele concebir. Ahora bien, con las más tecnológicas se desarrolla el concepto de inmersividad.
Típicamente, las experiencias virtuales como especialmente puedan ser las de cualquier soporte comunicacional analógico se consumían por parte del individuo receptor con la evidencia de tratarse, en efecto, de una virtualidad. Cuando pasamos a concebir realidad y virtualidad a la vez, con conceptos como el de realidad virtual, significa que la evidencia de que esa virtualidad es tal se difumina confundiéndose más con lo verdaderamente material y físico.
He aquí, pues, la noción a partir de la que distinguiríamos las nuevas virtualidades como, precisamente, son las realidades virtual, aumentada y mixta. Mientras que éstas son inmersivas, las demás virtualidades serían de experiencia introspectiva o de experiencia envolvente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario