A diferencia de la libertad de movimiento que ha ido proporcionando al usuario la experiencia de pantalla con dispositivos manejables de dimensiones cada vez más reducidas, el hardware inmersivo para realidad virtual y mixta tiende a limitar más el espacio recomendable de uso. Evaluemos cómo.
Los dispositivos necesarios para VR o MR, es decir, los cascos o las gafas para estas modalidades inmersivas, pueden hacer perder al usuario una mayor noción de su espacio físico circundante. Así pues, utilizar estos dispositivos al aire libre o en espacios no convenientemente preparados puede llevar a cierto peligro para el propio usuario y para los demás, usuario también o no.
Resultan de esta forma la VR y la MR no demasiado ergonómicas para, por lo menos, un uso intensivo y continuado de éstas con el hardware específico mencionado de no tomarse las apropiadas precauciones. Unas precauciones que, siendo de mayores requisitos en comparación a las experiencias no inmersivas, pueden dificultar la normalización del consumo de estas nuevas virtualidades.
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