Por oposición a lo que cabe reorganizar de proyectos en desarrollo, aquello que sea susceptible de alterar o empeorar la metodología seguida tiene que evitarse. No así en proyectos todavía sin estar propiamente desarrollándose, pues el método se presupone entonces algo aún por definir.
De reorganizar elementos o aspectos de un proyecto que afecten a su metodología, cuando menos estaremos arriesgándonos a alterarlo tanto como para que pueda o deba considerarse que se trata de otro proyecto distinto al que en un principio era. No calibrar pertinentemente esto puede conllevar malas impresiones para el público.
Cuando pretendamos reorganizar la propia metodología del proyecto, como pueda ser la de reflejo o de simetría, resulta de gran importancia evaluar si, en efecto, ante el público causará un impacto positivo. Y es que, sea como fuere, a un cambio de esta magnitud habrá que procurar darle continuidad.
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