Eurovisión celebra el 50 aniversario del memorable hito que marcó Abba en 1974 con su 'Waterloo': una buena ocasión para comparar el ayer y el hoy en las tendencias eurovisivas y, así, entender cómo se gestan y evolucionan. Se ha dado, en este tiempo, la aparición de un elemento determinante, que son, en efecto, las plataformas de Internet, entre ellas las de la blogosfera.
Con el recuerdo del 'Waterloo' de Abba, parece que debe reafirmarse la lógica de que un festival como el de Eurovisión tendría que suponer una catapulta a la fama o a todavía una mayor fama que la que, si fuese el caso, se tuviese antes. El auge o declive que previamente al evento eurovisivo pueden producir las plataformas de Internet juegan ahora, en cambio, un rol decisivo que no puede dejarse pasar por alto y creo que sería basándonos en esto cómo habría que explicarse y valorarse un caso tan especial como el del auténtico himno que ha sido y que apunta a continuar siendo la canción de Nebulossa, 'Zorra'.
Sin, por descontado, negar la merecida victoria de 'The Code' que Nemo ha logrado para Suiza, lo incontestable es que la canción de España había sido antes tal megatop mundial en las plataformas que, pese a poder parecer esto una ventaja a priori, su atractivo como novedad llegó lo suficientemente consumido a la final como para que el público se decantase, en el momento, por opciones con una novedad más intacta por no haber tenido tal impacto global previo. A Nebulossa, en un contexto como el del 74, pues, le podría haber ocurrido lo que a Abba; y a Abba, en 2024, lo que a Nebulossa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario