Parece que, respecto a los contenidos impersonales o más bien científicos o técnicos, resulta de por sí menos cuestionable la necesidad de aplicar un sistema o un método. Justo a eso puede considerarse que contribuyen los preceptos especialmente desarrollados con el inicio de la modernidad.
Contrariamente a lo que en ciencia se ha consolidado como fundamental, aplicar sistemas o métodos en lo artístico denotaría para no poca gente una forma de limitar o encorsetar lo personal o más bien artístico. Tendría probablemente cierto sentido, puesto que en algo lo científico y lo artístico se tienen que diferenciar, pero más que en una cuestión de aplicar o no un sistema o método, seguramente cabe apuntar a qué sistema o método debemos aplicar en concreto en cada caso.
Los momentos en que, tanto ciencia como arte, apenas eran más que áreas dentro del saber de la filosofía son distinguibles por poderse apreciar, en cambio, que en una y otra sí son identificables sistemas o métodos, tal vez semejantes o no, para cada una. A efectos de hacer contenidos para blogs o para otros proyectos similares, quizá convenga actualmente recuperar, o cuando menos inspirarse en, aquellos sistemas eminentemente de ciencia que luego en lo personal o artístico habrían ido quedando erosionados.
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