La necesidad de trascender los límites de aquella comunicación humana que esté limitada al puro alcance circundante del sujeto que sea hace que la propia humanidad tienda a ir telecomunicándose desde prácticamente los principios de la existencia. Pongamos, así pues, en valor cómo esto no sólo es propio de nuestros días.
Entre los tan numerosos recursos para las telecomunicaciones que hoy tenemos a nuestro alcance gracias a la tecnología telemática, bien puede parecer que lo de telecomunicarnos es cosa del presente o de tiempos escasamente remotos. Lo cierto, en cambio, es que apreciando desde una perspectiva amplia los avances en telecomunicaciones estaríamos en disposición de aseverar que telecomunicarse forma parte de ese largo camino evolutivo que el ser humano ha ido recorriendo.
Cada vez, las comunicaciones a distancia han logrado llegar más lejos y hacerlo más rápido. Esto ahora ya alcanza, además, justo a través de Internet y particularmente de recursos como la blogosfera, un grado igual de ubicuidad e inmediatez para la difusión de cualquier formato comunicativo.
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