Si hubiera que definir la sentencia científica del siglo XX que ha quedado más grabada en lo que se entiende por cultura general, sin duda ésta sería como mínimo una firme candidata: el tiempo es relativo. Tratemos, aunque sea a grandes rasgos, sobre qué nos legó Einstein a través de esta deducción que cualquiera conoce.
Lo que podría establecerse que fundamentalmente la relatividad de Einstein nos enseña, no haciendo falta ser expertos en la materia, es que aquello de la universal y firme linealidad del tiempo tal y como lo solemos percibir a escala humana parece que no sería exactamente así, por lo menos no siempre. Cuestionando, así pues, el principio del tiempo lineal que la Edad Moderna forjó alterando el antiguo modelo circular, ¿estamos ante otro cambio de paradigma como fue aquél? No sería descabellado pensar que sí.
Valgan también los planteamientos de la teoría de la relatividad como signos de que, en efecto, el conjunto de lo que la modernidad supuso deviene, por lo menos en buena medida, cuestionable. Según vayamos despejando los interrogantes que el paso de tiempos modernos a tiempos posmodernos implica, resolveremos mejor los retos que justo la posmodernidad plantea.
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