De modo opuesto a la motivación que nos conduce a justificar por qué para bloguear escogemos el método simétrico o de reflejo, en cuanto a hacer blogs por otro método cabe señalar que estaremos, en cualquier caso, ante una metodología distinta a lo que supone un proceder en red. Esto nos debiera reafirmar en la idoneidad del método simétrico o de reflejo en un eminente medio en red como el que Internet configura.
Si acaso se pudiera asimilar al hecho de bloguear por método asimétrico cierta noción de proyecto, ésta redundaría en que, en verdad, estaríamos prácticamente, si no del todo, elaborando proyectos distintos o, por lo menos, bastante distintos entre sí en vez de uno con auténtica coherencia global. Con tal proceder, el proyecto en su conjunto se disgrega y difícilmente cohesionará un estilo y sello propios en las distintas plataformas que hay en la blogosfera.
Únicamente una muy elaborada segmentación de los públicos a los que se tendría que llegar en cada una de esas mismas plataformas garantizará que el desarrollo del proyecto fructifique. Pero eso suele conllevar al usuario corriente una aparatosidad a la que con el método simétrico o de reflejo se le da solución.
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