El supuesto centinela de la paz en el denominado mundo libre aparenta acusar una notoria tendencia social hacia preocupaciones muy centradas en las vicisitudes internas del país, lo cual, y sin quitarle la importancia que ello pueda tener, quizá haga correr el riesgo de que Estados Unidos desatienda su tradicional rol en el panorama internacional. Ante una eventual materialización de un riesgo tal, el desarrollo de conflictos como el de Ucrania puede ser uno u otro.
La ciudadanía estadounidense conviene que tenga en alta consideración el mundo globalizado en el que vivimos y la necesidad de que Occidente haga valer su posición ante amenazas como la rusa. Es de esperar que, así, voten en conciencia sobre la candidatura política que mejor represente esta circunstancia en la que el contexto global está sumido.
Que un país como Estados Unidos desviase su atención del drama que la masacre en Ucrania está representando derivaría en consecuencias nada favorables para la civilización occidental y, en general, para el conjunto del mundo. Mantener y seguir estrechando vínculos entre Estados Unidos y Unión Europea continuará, en este sentido, siendo esencial.
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