Si bien la fácil y prácticamente universal accesibilidad a una también fácil y prácticamente universal difusión hace de lo telemático, y por tanto de la blogosfera, un enorme avance al que merece serle reconocida la relevancia de dimensiones históricas, no tomarse cada cual a nivel particular con la debida importancia lo que concierne a la antepublicación puede conducir más bien a un pobre aprovechamiento de lo que la tecnología internáutica brinda. Cabe, sin embargo, encontrar el buen punto medio entre prepararse con antelación extrema y una casi, si no por completo, ausencia de preparación.
En ciclos primerizos e incipientes debido al ímpetu propio de los comienzos, y en ciclos de veteranía por la tendencia a manejarse bien la meticulosidad con la agilidad, nos puede dominar, en general pero en concreto en Internet y más aún en la blogosfera por sus fáciles accesibilidad y difusión características, el ansia de hacer más cada vez, expresándonos por compartición o por introspección y en cuanto más grado multimedia seamos capaces de desarrollar, todo lo cual no es en sí mismo malo en absoluto. Lo que siempre debemos procurar es que del ansia sana que estamos abordando no se derive una falta de debido equilibrio entre abstracción y concreción en la fase de prepublicación y ni una falta de orientarnos así en todo momento hacia una publicación bien sintetizada, en el sentido de expresada con la debida positividad para que cause el efecto preciso en cualquier público al que nos dirijamos. De hecho, la propia diversificación de la blogosfera no sólo habiendo ya los blogs al uso sino también redes sociales hace que sea una lástima que cualquiera no aproveche al máximo en toda iniciativa de la que en mayor o menor grado forme parte las amplísimas, accesibles, inmediatas e interactivas capacidades comunicativas del entorno blóguer, pero es bueno hacerlo sin que el ansia nuble las opciones de que por más breve y por más informal que vaya a ser una publicación resulte algo que no esté expresado, tanto en la forma como en el fondo, de la mejor manera que seamos capaces.
Mientras domines tu sana ansia de hacer, y dado el caso de hacer más, y tengas clara la importancia que tiene la dedicación que debas aplicar a la prepublicación de lo que sea que en especial en la blogosfera difundas, te quedará calibrar del mejor modo que te resulte factible la antelación, o bien, la inmediatez que, además de la publicación en sí, merezca tal prepublicación. La antelación siempre garantiza tener algo que como mínimo sirva de base para lo que publiques en un momento determinado, si bien una antelación extrema suele requerir que te asegures de no acabar por publicar un contenido desfasado; la inmediatez, por su parte, contribuye a reportar frescura en lo que difundas pero no olvides entonces confirmar que no estés precipitándote al hacer una publicación que no esté meditada suficientemente.
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