Cuando se encuentra la plena inspiración se está en el punto medio de la fase de anteblogueo, o en general de antepublicación; sin embargo, hasta ser plena, la inspiración puede venir de golpe o por partes, por lo que no siempre se la puede identificar con un instante claro, nítido y definido. Aunque por delante quede una labor en menor o mayor grado intenso de exospección, la inspiración da de resultado un material de base que, como por ejemplo en el caso de lo común hablado, no tiene por qué ser propiamente algo palpable.
Probablemente la mayoría desearía que, al bloguear o en definitiva al comunicarnos de cualquier modo, la inspiración viniera siempre de golpe, además de en el momento que interesase, y que la exospección necesaria fuese mínima. El deseo puede hasta ser más fuerte, y quizá frustrante al no conseguirlo con la supuesta facilidad que debería conllevar, cuando se tiene noticia de casos, en menor o mayor grado ciertos, de que por lo que parece alguien tuvo un éxito rotundo tras haberse inspirado de tal guisa. Lo bueno es que, salvo en tales casos que si siendo ciertos se corresponden además con gente que en apariencia no goza de una sólida experiencia que le pudiera permitir tener tal clase de inspiración tendrán seguramente en verdad más de engañoso o de fortuito que de influjo divino, la inspiración casi, si no del todo, de golpe y al deseado instante puede resultarnos factible en bastantes e incluso muchas ocasiones siempre que en efecto nos encontremos en ciclos más bien de veteranía respecto a aquello de lo que nos ocupemos. Un blóguer, u otra clase de emprendedor, que haya madurado convenientemente en su trayectoria debiera disponer, por un lado, de notable bagaje propio y, por otro lado, de remarcable agilidad para asimilar lo nuevo, y con todo ello inspirarse con cierta facilidad; tendría incluso que ser capaz de combinar la inspiración de golpe, le llegue en menor o mayor medida habiéndola buscado, y toda eventual inspiración que le vaya llegando por partes a lo largo de un determinado ciclo o de varios ciclos.
Aunque formalmente, y por una cuestión práctica, en la fase de antebloguear te convenga distinguir claramente entre las etapas de abstracción y concreción separadas por la inspiración, bien puede que, al haber concretado y por tanto haber pasado a cuando debes proceder a la exospección, retorne a ti la inspiración sea más de golpe sea más por partes. Según el eventual margen establecido de tiempo con el que cuentes para la publicación, podrás considerar hasta cierto punto seguir amoldando tu elaboración final con lo que en su caso te siga causando inspiración.
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