El dinamismo y la clase de temática que se aborde en un blog, o en prácticamente cualquier otro canal comunicativo más o menos similar, determinarán de entrada bastante la medida en que convenga, y se pueda, proceder con mayor o menor antelación o mayor o menor inmediatez en la prepublicación, publicación y pospublicación. Además de estos factores más bien de carácter estrictamente textual y contextual en sus dimensiones más directas, podrán haber, aunque sea de vez en cuando, condicionantes de tipo más indirecto.
Tomar, de modo análogo a lo contextual, el sentido de lo textual desde una perspectiva amplia, más allá por tanto de lo alfanumérico, nos ayuda a entender que, junto a los determinantes textuales, y contextuales, que de manera más directa según hayamos dado forma a nuestro proyecto condicionen en qué medida nos resulta viable y recomendable actuar por antelación o por inmediatez, hay factores textuales y contextuales que indirectamente van a poder tener incidencia a nivel de cierto, e incluso relevante, condicionamiento. A lo que nos lleva esto es en definitiva a que más allá de que establezcamos, como de hecho de eso se trata en cierta medida por lo menos, una rutina sólida a base de fundamentarla casi, si no del todo, en exclusiva según las características que nuestro proyecto, blóguer o de otro tipo, requiera, habrá más tarde o más temprano factores que a la iniciativa en cuestión le serán indirectos pero que pueden derivar en una alteración sustancial directa, dependiendo de cómo seamos capaces de manejar tales factores. Puesto que por mucho que sufra alteraciones directas incluso muy sustanciales un proyecto mínimamente consistente y a su vez emprendido y mantenido con dedicación y entusiasmo va a acabar por desarrollar una sólida rutina y ello se va a reflejar en lo percibido por el público o los públicos, una importante habilidad de toda veteranía en general y blóguer en particular es la de conseguir que toda perjudicial alteración de tal rutina, por más variación del ritmo interno que implique, no redunde, o lo haga lo mínimo posible, en lo que al público o a los públicos les debe seguir llegando debidamente sintetizado, en el sentido de debidamente elaborado, de nosotros en base a tal rutina.
Por más que tu blog sea de carácter estático, o incluso dándose también el caso de una vertiente de tal proyecto que ni siquiera sea en forma de blog pero que sea del todo o muy estática, las redes sociales siempre van a tener la conveniencia de un dinamismo casi, si no del todo, diario; de manera que la rutina sólida de toda iniciativa en que te involucres deberás desarrollarla por lo menos en este aspecto. Los dispositivos móviles ya tan popularizados y la inclinación a las publicaciones breves muy propia de las redes sociales te facilitan sin embargo la sencillez de garantizar el dinamismo en el que fundamentar la solidez rutinaria de todo el proceso desde antes hasta después de la publicación.
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