Intensidad transgresora

Los tipos básicos de transgresión, o sea, de presencia, de ausencia y de secuencia, pueden manifestarse, según el caso, con diferente intensidad, de lo cual deriva otra clasificación factible respecto a lo transgresor. En función de la intensidad, toda transgresión bien es calificable, en esencia a lo menos, de leve, mediana o profunda; más allá de esto cabe retomar la diferencia entre lo erróneo y lo innovador.

Sin perjuicio de que, acorde con nuestra perspectiva, el error devenga innovación y viceversa, dándose que lo que sea lo consideremos un error, tal error puede ser, según de su menor a mayor intensidad, desde una simple imprecisión hasta una grave falta; mientras que dándose que lo que sea lo consideremos una innovación, tal innovación puede ser, también según de su menor a mayor intensidad, desde una sencilla aportación hasta una plena revolución. Entre los respectivos extremos de ambas categorías encontraremos un enorme abanico de grados de intensidad transgresora que, con toda probabilidad, nunca gozarán de parecer unánime por parte de cualquiera: lo que para uno puede ser una imprecisión, puede a otro parecerle una falta, y lo que para uno puede ser una aportación, puede para otro resultar un acto revolucionario. Aquello con lo que, en particular en un blog pero también en cualquier modo comunicativo en general y hasta en otros ámbitos, transgredamos tendrá si nos dirigimos a un público generalista una tendencia a la mayor diversidad de pareceres, si bien algún parecer acabará por resultar el mayoritario. En cambio, al dirigirnos a un público específico, y en particular si se trata del de un contexto muy estandarizado, la unanimidad será más fácil que se produzca, sin que ello deba implicar por fuerza, y en el peor de los casos, que carezca sentido nuestra iniciativa.

De la imprecisión a la revolución queda cubierto todo el espectro de la intensidad transgresora que puedes emprender en tu blog e incluso en otras áreas, en especial dentro del campo de la comunicación. En ambos extremos encontrarás respectivamente lo que harás, igual que prácticamente cualquiera, en mayor número a lo largo de tu trayectoria y de la de tu proyecto, en especial en ciclos primerizos, y lo que casi únicamente desde una plena madurez, que no necesariamente vejez, tendrás ocasión de llevar a cabo.

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