Cuando entre abstracción y concreción hay óptimo equilibrio

De una abstracción no demasiado buena puede, no obstante, acabar resultando una mínimamente bien sintetizada, que no necesariamente breve ni resumida, publicación si se ha exospeccionado de la debida manera. Asimismo, una abstracción convenientemente llevada a cabo es factible que acabe compensando una concreción en la que por la razón que sea no se haya aplicado la exospección pertinente.

Para toda publicación, aun por más informal que, como en particular suele darse en las redes sociales, nuestro estilo sea, lo ideal es cuando entre abstracción y concreción hay óptimo equilibrio, de modo que no obtengamos imprecisión alguna siquiera, o por lo menos no obtengamos más que una cantidad mínima apreciable, si no prácticamente irreconocible. Saltarnos una u otra de las fases de anteblogueo, o en general de antepublicación, con la idea de que así ganamos en informalidad es, desde nuestra perspectiva, una importante equivocación, pues conseguir un buen estilo informal no deja de ser tan, o a veces incluso más, complicado que conseguir un adecuado estilo estándar o erudito. En efecto la costumbre que cualquiera a la práctica suele tener más en relación con lo coloquial contribuye a que podamos tener, en su caso, una buena base con la que desarrollar en cualquier formato mediático un buen estilo informal, pero para conseguirlo del todo no debemos saltarnos en mayor o en menor grado la fase de reflexión o la de revisión: al contrario, tenemos que cultivarlas, como debe hacerse también respecto a lo estándar y lo erudito, con su debida orientación a la positividad comunicativa y, en este sentido, procurar que abstracción y concreción estén siempre entre sí óptimamente equilibradas.

Aunque vayas a publicar, en un blog o en prácticamente cualquier otra vía comunicativa, a base de realizar abstracción con mayor práctica de introspección, puesto que la originalidad, como se aprecia más claramente cuando se trata de selección, tiene su origen en la colectividad, tu tarea para llegar a la inspiración, y después a la exospección, siempre tendrá un mínimo componente de tomar de referencia, en especial, tus niveles contextuales indirectos. La introspección deviene así un transitar en abstracto por aquello que en todos los aspectos forme parte de tu propio ser.

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