De lo que al fin y al cabo se trata al rutinizar el proceso de abstracción es de aplicar un ritmo o periodicidad a algo que por lo común cualquiera hace. Todo el mundo, en mayor o en menor medida, suele abstraerse como mínimo en algún momento del día, sea de manera más introspectiva, sea más en base a la compartición dentro de una cierta intimidad, pero lo propio de un blóguer y, por extensión, de todo comunicador es hacerlo de manera rutinaria para así rutinizar también la inspiración y todo lo siguiente en el proceso comunicativo dirigido a cualquier público.
Cuando rutinizamos todo el proceso de abstracción y, más aún, el de exospección y, todavía más, el de publicación, estamos ya haciendo algo que va bastante más allá de lo común que cualquiera, por la propia condición humana, y sin perjuicio de que por lo menos los animales también lo hagan a su modo, hace al abstraerse de la manera natural en que es habitual por el simple hecho de pensar dando menos o más rienda suelta a lo que se esté pensando. A todo proceso de antepublicación, que es en lo que en esencia nos estamos centrando, debemos hacer lo posible por aplicarle una rutina sólida porque así dará resultado una publicación también rutinizada a la vez que sólida y, en este sentido, bien sintetizada refiriéndonos a bien expresada; y asimismo positiva en el sentido de que consigue el buen efecto pertinente en todo público al que nos dirijamos y hasta genera a partir de ahí interactividad bidireccional por lo menos mayoritariamente favorable. Un aspecto precisamente básico en la rutinización de todo lo que nos lleva a poder publicar de la manera que, bajo nuestra perspectiva, es la idónea es el de la naturaleza individual o grupal del blog, o proyecto similar, que estemos llevando a cabo: una iniciativa individual nos permite un absoluto control de todo el proceso pero también conlleva que no podemos bajar la guardia en ningún momento respecto a la ejecución del conjunto de tareas que nos lleven a publicar, mientras que una iniciativa grupal comporta para cada miembro la comodidad de poder centrarse en aquello que le corresponda pero la publicación final acabará dependiendo de que en efecto el conjunto de los miembros estén suficientemente coordinados como para asegurar el cumplimiento de la garantía de aportar lo que se espera de la iniciativa en cuestión.
Es justamente para garantizar la publicación en base a la rutina con la que el público esté familiarizado, o se quiera que se familiarice, que según el caso que se dé te puede resultar preciso, aun llevando a cabo un proyecto individual, recurrir aunque sea puntualmente a alguien para que forme parte de tu iniciativa siendo entonces temporalmente grupal tu proyecto, o bien, aun siendo propiamente grupal el proyecto del que se trate asumir tú en algún momento ciertas competencias dentro del mismo más allá de la que, o las que, tengas o incluso asumirlas todas. De las múltiples maneras en las que se puede gestionar la combinación de jerarquización y especialización dependerá que en un proyecto grupal se dé con cierta facilidad el caso de que más allá de tus preferencias puedan variar tus responsabilidades en el marco de tal iniciativa.
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