Símbolos

En los diferentes niveles semánticos y estructurales que todo mensaje mínimamente elaborado tiene, pueden más o menos intencionadamente darse los diferentes tipos fundamentales de transgresión y en diferente intensidad. Precisamente, y a lo menos por lo común, muy en base a su menor o mayor intensidad la transgresión comunicativa afectará respectivamente menos o más de manera conjunta al significado y al significante en aquello que sea expresado.

Bien la consideremos innovación, bien la consideremos error, la transgresión en lo que comuniquemos afectará directamente al significado si, estando todo formalmente plasmado acorde a los símbolos normativos, o sea a los elementos comunicativos normativos básicos apreciables a los sentidos, se desprende que lo que significa, según lo que en base a tales elementos debiéramos interpretar, tiene poco o ningún sentido; por su parte, y ya la consideremos también innovació o error, la transgresión en lo comunicado afectará de pleno al significante si, aun considerando que se puede entender el significado de lo que expresemos, lo estamos reflejando en mayor o en menor grado mediante unos símbolos o supuestos símbolos que, ya se basen más o menos en los símbolos normativos, desde la norma son propiamente poco o nada tolerables. En el último caso tenemos un ejemplo clarísimo en la tan común mecanografía de mensajería corta popularizada en la blogosfera, en particular en las redes sociales, así como en prácticamente todo lo alfanumérico que se acostumbra a comunicar sobre todo mediante dispositivos en los que usemos un teclado que por sus reducidas dimensiones induce a tal clase de mecanografía. Respecto a la transgresión de significado, y tomando también el ejemplo de lo esencialmente alfanumérico, la encontraremos en todo texto en el cual, sea por una cuestión de presencia, de ausencia, de secuencia o una combinación de algunas de ellas o de todas, no quede clara alguna idea en base a cómo la hayamos redactado, pese a que ortográfica y sintácticamente no haya la más mínima alteración normativa.

De igual modo que la idea de texto va bien que, en la concepción genérica del ámbito de la comunicación, la interpretes más allá de lo alfanumérico, la idea de símbolo también conviene que la extrapoles en este sentido. Aunque en el lenguaje común sigas refiriéndote al símbolo como a una forma de representación rara o excepcional, la denominación es generalizable a todo lo que constituya o pueda constituir una unidad mínima de significado efectivo en cualquier vertiente de comunicación.

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