Que en el fútbol, un deporte tan asociado, aún hoy, casi exclusivamente a los hombres, se haya vivido un interés y un seguimiento más que notable del Mundial Femenino merece reconocerse como un importante signo del avance en igualdad de género a escala global. Esto debe contribuir a que ocurra igual en otras disciplinas deportivas.
Como ganadoras de la competición mundialista, cabe sentir la máxima admiración, y orgullo en quienes además somos sus compatriotas, por las jugadoras de España, cuyo ejemplo para niñas y mujeres es de esperar que cale en pro de esa tan necesaria igualdad de género en todos los ámbitos y en todo el planeta. Asimismo, merecen ser un ejemplo para los propios hombres, para que tengamos así referentes de éxito en los que inspirarnos y que, particularmente en casos como el del fútbol, no tengan que ser sólo o casi sólo otros hombres.
Así pues, desde aquí, y en la medida en que quizá pueda de esta forma contribuirse a consolidar por mucho tiempo este equipo femenino de fútbol como uno de referencia para mujeres y para hombres, doy toda mi enhorabuena a la Selección Española. ¡Bravo, chicas! Felicitaciones, seguid así y que vengan muchos más triunfos.
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