Tras el nuevo recrudecimiento del conflicto entre Israel y Palestina desde hace justo una semana, y ante la reconfiguración del orden mundial que en la posmodernidad parece estar dándose, cabría preguntarse: ¿supone otra fractura civilizacional el conflicto palestinoisraelí? Intentemos dar respuesta a esta cuestión.
Propiamente, atendiendo a lo que en sentido más estricto serían los conflictos de línea de fractura, debería tratarse de un conflicto surgido, en particular, después de la Guerra Fría y consiguiente disolución de la URSS, además de responder a un territorio fronterizo entre países como tal. El conflicto palestinoisraelí, según esto, más bien obedece todavía a otros parámetros.
La evolución que siga este lamentable rebrote de violencia armada, sin embargo, podría de algún modo derivar hacia una lógica de auténtico choque de civilizaciones. Pero de momento, y a diferencia de lo que ocurre en Ucrania, esto queda aparentemente bastante lejos aún.
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