La eventual situación en la que se combinan problemas técnicos y emociones es lo que con toda probabilidad constituya la más adversa de las circunstancias para terminar garantizando la continuidad rutinaria que en el blog en cuestión se debiera seguir. Es en cualquier caso esto encuadrable en lo que a interactividad respecta.
Queda bastante claro que lo relacionado con los problemas técnicos lo englobamos en las cuestiones de interactividad unidireccional. Aquello que, en cambio, guarda relación con las emociones representa un asunto de interactividad bidireccional, lo cual significa entre personas o, extrapolando, entre seres vivos de prácticamente la especie que sean. Se pueden manifestar emociones también hacia cosas, pero puesto que las cosas, por su condición inerte, no asumen un rol consciente para pasar con propiedad de receptor a emisor de emociones, no deja de consistir en interactividad unidireccional de todos modos.
La realidad perceptible, dentro de la cual incluimos pese a su intangibilidad la virtualidad típica de la blogosfera e Internet en su conjunto, es interactiva. Uni o bidireccionalmente, los seres se relacionan; el ciberespacio, y más en concreto la blogosfera, se han convertido en las nuevas formas de interactividad llamadas a caracterizar la etapa posmoderna de la historia.
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