Aquella cultura, o persona perteneciente a la misma, que dé valor al razonamiento científico para llegar a conclusiones y a toma de decisiones casa bastante bien con la afinidad por la tecnología y, de ahí, por Internet, y por supuesto la blogosfera. Cualquier civilización precisa tal razonamiento pero bien cierto es que no todas le otorgan máxima importancia.
Lo que conocemos como Occidente otorga esa máxima importancia al razonamiento científico y ello ha redundado en el tan inevitable como beneficioso surgimiento de Internet en tal civilización. Es curioso que, sin embargo, una sobrevaloración de lo espontáneo e impulsivo haya tendido a proliferar respecto al uso común de Internet, la blogosfera y, en especial, las redes sociales dentro de la propia civilización occidental. Claro que por más racional que una civilización sea, no puede ni debe por ello pretender prescindir de la asimismo natural y respetable condición pasional de cualquier marco civilizacional, y no es Occidente una excepción.
Quizá Occidente pueda considerarse hasta demasiado racional en según qué circunstancias, pero lo mismo cabría tal vez que te plantees respecto a lo no racional en otras civilizaciones. No será, en cualquier caso, entre lo espontáneo, impulsivo, y pasional en general, donde identificarás las carencias no racionales de Occidente, tal y como en las redes sociales queda de manifiesto.
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