Autenticidad ante todo

Con o sin firma y mientras no se caiga en el plagio, que se asimile una determinada pieza a lo que hace o ha hecho alguien de reconocido prestigio es algo que puede estar marcando el buen camino para quien realice tal pieza, pues así está muy probablemente fijando sus referentes. Cuando en cambio, asimilando muy bien un determinado estilo, se pretenda jugar al despiste o incluso falsear la identidad respecto a cierta autoría, se estará cometiendo cuando menos un error grave.

Mediante las capacidades de elevada interactividad bidireccional que, de hecho a través de la unidireccional con los dispositivos informáticos, nos permite Internet en general y la blogosfera en particular, tenemos ocasión como jamás anteriormente de entablar contacto directo con quienes de los que estén activos en el ciberespacio sean nuestros referentes en el ámbito que sea. Poco lograremos de positivo al pretender, como a veces puede costar evitar, emular casi hasta la copia lo que en particular hagan tales referentes, incluso y por el volcado de todo lo previo que permite Internet aquellos referentes del pasado que ya no estén entre nosotros. Hasta siendo fruto de la mejor de las intencionalidades, en un entorno donde tan fácil es replicar cualquier cosa, lo que exceda de la imitación reconocida, legal y abierta, más allá de posibles finalidades humorísticas o de aprendizaje, es susceptible de que cause sospecha de pretender usurpar el talento de otro. Así pues, autenticidad ante todo sin por ello renunciar a en su caso manifestar o dejar que se intuyan los referentes que tengamos.

Tanto si se trata de algo más bien artístico o personal, como si es más bien técnico o impersonal, si eres capaz de realizar lo que sea con un notable nivel de lo que pueda calificarse de autenticidad, todo público agradecerá que firmes y muestres una identidad corroborable. Con esto evitas que, aun no siendo lo que hagas identificable en modo alguno con la obra de otro, se puedan generar pese a todo dudas al respecto y, en según qué casos, incluso que lleguen a circular, con mayor o menor carácter contundente, atribuciones que no tengan nada de cierto.

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Legitimidad de publicar en un blog

Dependiendo de qué modo se contemple la blogosfera, para mediante ella expresarse es tan innecesaria la acreditación de legitimidad que en efecto cualquiera, desde el anonimato o la plena identificación, puede limitarse a emplear para simples banalidades este ámbito comunicativo. No obstante, si algo de auténtica valía tiene, y que es cierto que tiene, disponer de una vía tan accesible como nunca antes para la libertad de expresión, es una pena que no se use más que para lo banal.

En su sentido más básico, la legitimidad por la que nos expresemos en la blogosfera no tiene por qué ser más que la que tenemos por la propia condición de internautas. Para bloguear no hay que tener un título académico, ni disponer de ciertas credenciales o méritos profesionales, ni recurrir a determinados contactos: todo el mundo tiene accesibilidad fácil, rápida, gratis y de alcance mundial. En ello, por una parte, reside un potente factor positivo del ámbito de los blogs y es que el propio mensaje a transmitir, si es en sí una buena elaboración, tiene las mismas opciones de éxito de publicación incluso optándose por hacerlo desde el anonimato o la apersonalidad que las que pueda tener el mensaje de alguien conocido y que goce de alto reconocimiento y categoría; pero por otra parte, para destacar entre el acceso por lo menos potencial de tantas personas, unas con y otras sin reputación, cabe valorar que mediante un ejercicio de transparencia lo que expresemos lo hagamos con el máximo grado pertinente de identificación nuestra y que así no se nos pueda confundir ni con la tan fácil autoría anónima o apersonal que a cierta gente le puede resultar por múltiples razones la mejor opción con la que publicar, ni con quien aun plenamente identificándose no dé importancia a publicar con meticulosidad.

Sobre todo en uno personal, salvo que lo dediques a otra persona, en particular un personaje célebre, la legitimidad de publicar en un blog no es más que la que cualquiera tendría de escribir su propio y tradicional diario personal: se trata de tu propia experiencia y de tu propia vida, así que mientras lo hagas a sabiendas de que en el caso de un blog abierto es accesible a cualquiera, tienes plena legitimidad de publicar. De tratarse de un blog impersonal, más de carácter técnico aunque puedas volcar, como en este mismo blog, una importante carga valorativa, es muy pertinente una legitimidad fundamentada en cierta trayectoria manifiesta.

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Garantizando el factor empático

Pese a que entre procesado puramente algorítmico y pensamiento eminentemente laberíntico hay una por lo menos considerable distancia que separa respectivamente todo a lo que la robótica pueda alcanzar y aquello que de la mente humana pueda surgir, el avance de lo robótico en la elaboración prácticamente o en según qué casos del todo hasta la indistinción de cada vez más obras creativas hace que la identificación de autoría devenga un asunto fundamental. En esto el factor empático es clave.

Ante una clara tendencia a la robotización de todo lo robotizable y cuando ya en el marco de ese proceso es además en las áreas creativas la indistinción cada vez más patente respecto, en particular a determinados tipos de obras, a si algo lo ha realizado un humano o una máquina, la clara identificación de la firma de lo que alguien hace va a ser determinante para que cualquier integrante de un público pueda, en virtud de poder continuar sintiéndose identificado con lo que otro humano haya hecho, seguir sintiendo empatía ante la pieza que aprecie. Sea en artes más tradicionales, sea en prensa, en radio o en televisión en tanto que medios más recientes o ya en blogosfera y en general en Internet, lo que sea acreditable como obra de alguien va a permitir seguir garantizando el factor empático ante eventuales dudas en cuanto a si tal obra ha podido ser, en cambio, obra de algo, o sea, de un robot. Quien aun así, poniéndose en plan muy cartesiano quiera, en base a lo que conlleva la robotización, dudar de todo, mantendrá por descontado siempre su incertidumbre ante si esto o aquello lo ha hecho otro humano o una máquina, pero hasta donde resulte factible y recomendable dar fe sincera y abierta de toda autoría humana, para lo que la presencia en la blogosfera es ineludible, convendrá que lo hagamos al máximo.

Según algún precedente ya efectivo, no parece descartable que el estatus y trato de ciudadano se generalice a por lo menos cierta clase de robots, por lo que la convivencia con todo el potencial de la máquina vas a tener que asumirlo en tanto que una realidad mucho más presente de lo que ya es, y mucho más allá de la máquina como simple utensilio: podrá ser hasta prácticamente un igual a todos los efectos. Aunque ciertas clases de obras y más aún considerables legados completos puedan seguir siendo irreproducibles por máquinas, tu firma e identidad manifiestas contribuirán a confirmar, incluso para quien más pueda dudar, tu autoría.

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Por más atractivos que la apersonalidad y el anonimato sean

Al firmar lo que en los blogs se transmite, el conjunto del blogolegado que se construya tendrá una valía que, por parte del público que sea podrá identificarse con claridad respecto a la autoría, y por parte de la propia autoría permitirá dar fe de aquello que se ha ido publicando. Sin una firma, un blogolegado no podrá sino en el mejor de los casos atribuirse, mediante apersonalidad, al propio título que sin dar muestra alguna de identificarse con la denominación de alguien tenga el blog.

Un público presente o futuro que aprecie el blogolegado, o la obra en otro formato, de alguien que no firmó directamente o que no reconoció su autoría dando unas mínimas pruebas al respecto, estará carente de conectar a un nivel más profundo desde lo empático con los textos en cuestión, entendiendo aquí texto incluso más allá de lo alfanumérico y por tanto abarcando otros formatos mediáticos. Ya de entrada, no obstante, por más atractivos que la apersonalidad y el anonimato sean por la cierta protección que conllevan al no poder identificarse quién o quiénes hay detrás, lo cual en según qué situaciones, en particular de dificultades respecto a la libertad de expresión, puede que no quede más alternativa que practicar, es con toda probabilidad el deseo de cualquiera que todo lo que desde su más meticulosa dedicación haga, y en particular haciéndolo a largo plazo, quede en efecto identificado por su firma concreta y de ahí que se le pueda reconocer el conjunto de la obra permanentemente.

De evitar indefinidamente que se te identifique en lo que aportas en particular en blogosfera pero también en otros eventuales ámbitos estarás de hecho renunciando a que, con tus aciertos y errores, públicos presentes y futuros aprecien en mayor profundidad, con sus diversos grados valorativos, lo que fue fruto de tu obra y que por ello mismo merece llevar tu firma. Si lo que te aleja de firmar es que se te puedan atribuir, y en este sentido incluso reprochar, los errores que en efecto puedas cometer, ten presente que igualmente renuncias a que en su caso te pueda caer alguna que otra felicitación.

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Una mayor responsabilidad

En base a que hay que elaborar la iniciativa que sea según el mayor grado de exigencia que cualquier público, efectivo o potencial dependiendo del caso, pueda manifestar, ni un proyecto individual debe excusarse en una eventual ausencia de suficientes apoyos, ni un proyecto grupal en una mala interpretada comodidad que emane de la responsabilidad compartida inherente en tal caso. Todo ello teniendo en cuenta que el grado de exigencia crece, o debe crecer, al avanzar la trayectoria.

Particularmente en la blogosfera, no tiene por qué ser, de entrada por lo menos y tal y como se podría tener fácil tendencia a creer por asimilación a otras iniciativas, mejor el progreso de un proyecto grupal que uno individual; es más, el enriquecimiento particular y de equipo que con toda probabilidad aporte mayores satisfacciones en el cada vez más popularizado entorno bloguero es el que no se restringe sin más a que tengamos que escoger entre obtenerlo por una vía o por la otra, la individual o la de grupo. Si nos ofuscásemos en lo individual, con toda seguridad acabaríamos por caer en el extremo de las banalidades y de la exacerbación del yo; mientras que si damos poca importancia al potencial del ciberespacio en general y la blogosfera en particular para el despliegue de las habilidades personales y la firma específica de cada cual, es bastante probable que, estemos de hecho o no en un grupo, nos encasillemos tras la apersonalidad o el anonimato. Siendo, pues, positivo tanto lo individual, lo grupal y lo combinado, cabe que en ningún caso busquemos la excusa fácil para eludir responsabilidades respecto a aquello en lo que, desde una simple imprecisión a un grave error, hayamos podido transgredir de manera poco o nada justificable.

Firmar lo que haces, en un blog y en general por otras vías también, supone que asumes directa y abiertamente una mayor responsabilidad en cuanto a justo aquello que transmites, ya que tanto siendo un proyecto individual como grupal el mérito, de haberlo, en efecto se te deberá atribuir por ser quien firma, pero también, si es el caso, se te podrán atribuir, a veces con carácter optativo a veces de manera más exigible, explicaciones a dar respecto a según qué hayas manifestado. Ahora bien, y en pro de la libertad de expresión, mientras hayas procurado actuar con mesura no tiene que suponerte esto preocupación alguna en absoluto.

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Mérito

Con el reconocimiento pleno y abierto de la identidad de autoría, además de ofrecer elementos en base a los que determinar la legitimidad de lo que, en un blog y por extensión en otras iniciativas parecidas, es expresado, se permite valorar mejor el mérito de la tarea de quien haga o quienes hagan precisamente tal iniciativa. La transparencia deviene en este sentido un elemento no sólo de reconocimiento y familiaridad sino valorativo de mérito en mayor o menor grado.

Al tener la certeza, por transparencia, de que un proyecto es individual o grupal, la valoración del mérito que hay tras el mismo nos resultará más rica y acertada. Tanto en una iniciativa poco elaborada como en una muy trabajada, no es lo mismo que sea obra unipersonal o de equipo, por lo que conocer que tras la iniciativa referida ha habido una o varias personas, y en el caso de varias cuántas aunque sea de manera aproximada, permite que en todo público del que dispongamos se estime mejor la valía de lo que hayamos transmitido, sin dejar de lado que en efecto dentro de un público, cuanto más generalista sea, mayor variedad de grados valorativos encontraremos y por tanto, como de eso en buena medida se trata, más diversidad de pareceres hallaremos respecto a lo que hagamos. Quedarse en la apersonalidad o el anonimato no hará demasiado viable que cualquiera, incluso sin conocer personalmente y al detalle a la persona o grupo que esté tras un proyecto, establezca el nivel de mérito que en su caso le merezca el proyecto en cuestión.

Facilitar que se te identifique en tanto que ostentas la autoría de algo, en especial un blog, debiera demostrar por tu parte la voluntad de que, sea lo que transmitas de carácter más sencillo o más complejo, se te valore mejor en la justa medida. Por más simple o, en cambio, por más complejo que, según qué grados valorativos y quién los aplique, se pueda determinar que es lo que elaboras, en caso de dirigirte a un público generalista no debe extrañarte encontrar pareceres diversos de un extremo a otro, pero mientras en tal caso de público procures mantenerte en un nivel estándar y, al igual en este aspecto que si tu público fuese especializado, perseguir la constante mejora, muy probablemente un mínimo mérito te será, de manera menos o más manifiesta, reconocido siempre.

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Perspectiva largoplacista y transparencia

Que la fiabilidad y la confianza que un blog desprenda se logren a base de perspectiva largoplacista y transparencia no debe hacer que se caiga respectivamente en el absoluto estatismo ni en la manifestación abierta y porque sí de lo que no sean sino banalidades. Ambos extremos son contraproducentes para la trayectoria de todo blog, e incluso de otros proyectos parecidos, por su más que probable efecto negativo en la generación de interactividad.

El estatismo, que bien merece ser abordado primero porque constituye en sí una condición muy vinculada a la tan importante interactividad, en este caso por un nivel más bien reducido de la misma, nos lleva a que no porque nuestro blog tenga que estar igual durante por lo menos bastante tiempo nos confiemos en que ello ya implica perspectiva a largo plazo, sino que tal perspectiva debemos, en particular y precisamente en blogs, y más en concreto macroblogs, estáticos, de los cuales pueden haber muy buenos, sustentarla en motivar la interactividad por la microblogosfera, pues en las redes sociales es donde en la iniciativa bloguera que sea, incluso estática en lo que al blog al uso o macroblog se refiere, no tenemos que descuidar la interactividad. La perspectiva a largo plazo hay que, si bien en su caso con determinado grado de estatismo recomendablemente vehiculado por la macroblogosfera, basarla en una interactividad habitual y dinámica como mínimo en las redes sociales generalistas y, en la medida en que nuestro proyecto esté especializado en un formato mediático determinado, en las pertinentes redes sociales especializadas.

Resguárdate de, en lo que concierne a la transparencia, querer transmitir así como así hasta el más mínimo detalle banal respecto a ti o tu equipo, pues en el público o los públicos que tengas puede acabar por causar sensación de frivolidad, incluso, si no lo haces de manera bien pensada, en aquella iniciativa que quieras enfocar por la vertiente humorística. Es mejor que muestres una transparencia, en particular de identidad y firma, que sea sincera y abierta pero discreta.

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Una publicación acreditada

En la credibilidad en cuanto a una identidad que respecto a una firma pretenda confirmarse, tiene mucha relevancia la credibilidad adquirida por la propia publicación en la que tal firma y sus piezas aparezcan y se proceda a tal confirmación. Si una publicación dispone de buena reputación, nadie tiene en principio por qué dudar de que alguien de quien se confirme que en ella firma bajo cierta denominación es en efecto ese alguien.

Conseguir que un blog, y en general todo proyecto blóguer en su conjunto, alcance un estatus de publicación acreditada y que desprenda en este sentido credibilidad y fiabilidad en lo que publica y respecto a quien lo publica, debe concebirse en tanto que una tarea que no se completa, a lo menos por defecto, de un día para otro, en especial si no se trata de una iniciativa anexa o complementaria de otra que, telemática o no, ya goce de una sólida reputación. Un aspecto relevante de tal tarea es precisamente mostrar el adecuado nivel de transparencia, dotando al público o a los públicos de elementos que permitan tener certeza respecto a lo que se manifiesta en el blog en cuestión. Evitando, así pues, la perspectiva cortoplacista y siendo un blog transparente, estaremos en la senda adecuada para que el blog que sea adquiera la condición de una publicación acreditada en todo aquello que transmita y en quien lo transmita, ya que de este modo se logra tener muchas opciones de suscitar familiaridad, cercanía y, en definitiva, confianza.

La pretensión de este blog es justo que percibas confianza en él y de ahí una plena fiabilidad, en efecto fundamentada en una fiabilidad auténtica, respecto a lo que aquí manifiesto en todo lo publicado, incluida la identidad a la que remite la recién incorporada firma de estos artículos. Tras cómo ha quedado el blog al acometer su reciente cambio de ciclo y tras cómo se está desarrollando la presencia telemática particular de quien ostenta la autoría, la transparencia pertinente me parece que se sitúa en el nivel adecuado. Asimismo, contribuye a que este blog pueda calificarse de publicación acreditada la constancia, y por tanto ausencia de perspectiva cortoplacista, en las referidas firma y presencia telemática del autor.

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El semialias

Que un alias suscite un determinado género y número, y de ahí la voz con la que se tienda a imaginar determinado texto, en este caso centrándonos en lo alfanumérico, no conlleva necesariamente que haya detrás alguien que, aun con otra denominación que sería en efecto su denominación verídica, se corresponda con tal género y número. En esto tiene su quid de hecho un alias: puede ser masculino, femenino, neutro, individual o grupal pero a quien o quienes corresponda quizá no se ajusta en todo o parte.

El alias con el que estos artículos han pasado a ser firmados correspondería a lo que bien podríamos denominar un semialias, una categoría que tal y como se desprende estaría a medio camino entre la denominación auténtica de quien ostente la autoría y un nombre ficticio, de todo lo cual se facilita a cualquiera que lea el texto en cuestión tener la certeza de que el alias se corresponde con bastantes elementos característicos de la persona o el colectivo que esté detrás, en especial, el género, el número y cierta parte de la auténtica denominación. En el semialias que en concreto se aprecia al pie de estos artículos, se toma, en su primera parte, el nombre auténtico del autor y, en su segunda parte, un nombre grupal referente a esta misma clase de sitios web. Más allá de la manifestación hecha aquí respecto a que se trata de un semialias, cabe para cualquiera que se mantenga en la duda dirigirse a la recién estrenada presencia telemática concreta del autor en cuestión y se apreciará, ahora pero más todavía con lo que aún queda por completar de tal presencia telemática, que este alias tiene una condición de semialias a todos los efectos.

Al no conocer en persona y en profundidad a un autor, quizá te mantengas en la duda constante de si en verdad detrás de tal o cual alias o semialias está una cierta persona o un determinado grupo. Es tarea del propio autor, tal y como en este caso intento hacer desde y fuera de este blog, dar fe al considerarlo oportuno y proporcionar cuantos elementos sean precisos para que todo público tenga clara la identidad de quien aquello de lo que se trate firma.

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Nombre y alias

Partiendo del género de un nombre auténtico o del que en este caso suscite un alias, si es singular o, al igual que el que pueda ser del tipo de Blogueando a tope, indefinido, será respectivamente fácil atribuirle a la lectura de sus textos, en este caso textos alfanuméricos, una voz masculina o femenina, o la misma de quien lea. De coincidir el género del nombre o alias singular con el del género de quien lee, masculino o femenino, también resultará sencillo que quien lea imagine su propia voz en lo leído.

Muy probablemente nadie asimila los nombres y alias plurales leyendo los textos correspondientes imaginando una multitud de voces, sino que, en la línea de lo que debiera ser lo pertinente, la tendencia sea con toda seguridad asimismo a atribuir a tales textos una voz única del mismo género que quien lee, incluso la misma voz de quien lee, claro que teniendo en cuenta entonces que se trate de un plural de género indefinido, pues de tratarse de un plural restringido en concreto al género masculino o al femenino, quien lea asimilará seguramente, e independientemente de su propio género, una voz que, si bien única, sea acorde a la del género que suscite el nombre o alias plural y, si además el género es el mismo que el de quien lee, entonces puede también ser sencillo que quien lea imagine su propia voz en lo leído. Todos los alias, singulares o plurales, de género neutro contribuyen a que, al ser muy probable que quien lea ponga su misma voz a lo leído, el texto en cuestión se interiorice más y eso es lo que por lo menos esperaba que ocurriese con estos artículos al empezar a publicarlos sin firmar y en todo caso siendo atribuibles a un alias sobreentendido que, precisamente ante la ausencia de una firma concreta, tuviese que hacerse coincidir con el título del blog; no obstante, la profunda carga valorativa a la vez que intentando que sea también profundamente honesta y analítica que en este blog me parece haber volcado contribuye a la convicción de que lo mejor pasa por un reconocimiento abierto de la autoría.

De las opciones de nombre y alias que permitan a quien lea identificarse consigo en general y con su género en particular, al imaginar la lectura con voz propia, harán bastante factible, y en especial en textos literarios y publicitarios, la interiorización plena de aquello que el supuesto relator o personaje que sea transmita. En los textos de este blog, que aunque con trasfondo valorativo son esencialmente impersonales en el sentido de, más bien, técnicos, la idea es que mi destreza al elaborarlos pase por independientemente de tu género y del mío, y por tanto aunque le pongas a estos artículos, como supuestamente deberías hacer en principio, una voz masculina y ajena, te supongan una lectura atractiva de interiorizar.

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Género neutro

Aun habiendo recurrido al género neutro que se desprende de la apersonalidad, se ha procurado realizar los artículos de este mismo blog con el suficiente buen nivel de elaboración como para que justo no puedan calificarse de divagaciones en modo alguno. No obstante, en lo que han devenido estos textos, bien merece que acabe habiendo constancia de quién ostenta la autoría y cuál es, en virtud de su trayectoria, la legitimidad con la que se expresa.

La principal razón por la que aquí no hubo desde un principio una firma y de ahí una constancia mínima de quién hace este blog es que, siendo muy a menudo lo que ocurre en la línea de lo caótico que puede ser el ciclo inicial de lo que sea y que no obstante no debe demorar en exceso el impulso de un proyecto, no estaba demasiado claro del todo en qué debía consistir esta iniciativa; no lo estaba, por lo menos entonces, más allá del fácil formato linklog, formato que por su eminente carácter centrado en lo externo y ajeno no requería demasiado de que hubiese una firma; al contrario, firmar entonces hubiese tal vez llevado a confusión en el sentido de que este autor podía tener alguna relación, en verdad inexistente, con lo enlazado. Incluso habiendo empezado a publicar estos artículos, no eran descartables diferentes opciones por las que acabar consolidando la esencia de lo que aquí escribo y que tal vez tampoco requerirían de la firma, en particular si este blog hubiese terminado siendo de textos puramente esquemáticos, breves y de todos modos sin aporte genuino y propio alguno, por lo que se mantuvo el género neutro, sin especificar en quién o quiénes recaía la responsabilidad de elaborar todo esto.

Si en el título de un blog apersonal encuentras que se desprende una significación de género, puedes de entrada hacerte a la idea de que, de haber una voz detrás, ésta sea según el caso masculina o femenina, pero necesitarás tener en efecto la constancia del género de quien ostente la autoría para tener la convicción de que se trata de un caso u otro. La particularidad, y en cierto modo ventaja, del género neutro es que, ante la ambigüedad, a quien lee le puede resultar más fácil imaginar con su propia voz el texto.

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En primera persona

Nótese que el alias elegido para firmar estos artículos y definir fuera de este blog la identidad particular de quien los firma se ha creado con tal forma que en efecto y de entrada, en especial por el nombre que conforma la primera parte de tal alias, dé a entender que se trata de una única persona. Dependiendo de según qué forma tenga, un alias, sobre todo si es de nueva creación y de ahí prácticamente desconocido, puede no dejar claro si es de persona o de grupo.

Al estar recién estrenada la presencia bloguera particular del firmante de estos artículos y elaborador del conjunto del blog, todavía hay otros detalles al respecto por acabar de mostrar, más allá de lo que, en particular respecto a condición individual o grupal y de género, ya suscita de por sí el mismo alias y la foto asociada que quien precisamente rastree tal alias podrá apreciar. Pero además de que se trate de una única persona autora, de que sea hombre y, a partir de lo demás por mostrar, de que tenga tal o cual edad, lo cual por la fotografía quizá ya se intuye también, lo relevante de poder pasar, en lo que todavía es un cambio de ciclo de este mismo blog, a la expresión en primera persona es que justo con mi bagaje específico, lo cual pertenece a lo que aún queda por mostrar, la pretensión es que sirva de motivo para aumentar la convicción entre cualquier público de que lo que aquí se expresa tiene un fundamento sustentado en alguien que en efecto por su trayectoria concreta tiene cierta legitimidad especializada para abordar los temas que aquí van apareciendo y no se trata de, tal y como el anonimato o la apersonalidad pueden hacer sospechar, unas simples divagaciones de alguien cualquiera.

Lo peor con diferencia en lo que puedes caer al emplear la sin embargo muy legítima e incluso necesaria y conveniente primera persona para expresarte, y en especial en el ámbito de los blogs, donde tan fácil es precisamente la accesibilidad de cualquiera, es, y aunque parezca que según de qué manera y según para quién tenga que ser lo normal, hacer exacerbación del yo, y en especial a modo de pura improvisación y a modo de simple desahogo. Mejor cultiva el plural de modestia y las formas reflexivas.

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La hora de firmar

Cada paso con el que se avanza en un cambio de ciclo no deja de ser una mezcla entre oportunidad, que es de lo que se trata, y riesgo, que cabe evitarse. Ya la readaptación del apartado de los recursos supuso sus inevitables dudas previas respecto a si en efecto merecía llevarse a cabo ante una eventual e indeseada mala impresión que cualquier público pudiera llevarse, pero el resultado ha acabado siendo positivo por todo lo expuesto y asimismo debiera serlo el nuevo avance en cuanto a transparencia.

En lo que pudiéramos expresar en la forma mantenida de artículos apersonales, por no denominarlos anónimos pues al fin y al cabo siempre se han podido considerar firmados por Blogueando a tope, hubiera resultado muy simple expresar tal cual que éste es un blog individual, como en verdad es, y ya está; pero ¿qué aportaría eso realmente de seguir con la apersonalidad y no dar una muestra más sólida? Podría tratarse de algo que manifestásemos por pura conveniencia pero que lo verídico fuese que este blog es grupal. Así pues, y en pro del mejor de los aportes que desde este blog puede hacerse, ha parecido lo más conveniente acometer la hora de firmar estos artículos y que ello se refleje en el correspondiente volcado en la microblogosfera, y así no quepa duda de la autoría ni haya posible confusión o especulación respecto a otros perfiles blogueros tanto de macro como de microblogosfera. Para ello, la firma de quien en particular elabora estos artículos y el conjunto de esta iniciativa bloguera va vinculada a su propio y recién creado macroblog y a sus perfiles en redes sociales, también recién creados entre por lo menos las redes, tanto generalistas como especializadas, de carácter más esencial.

De la referida firma que ya puedes encontrar al pie de este mismo artículo, podrás apreciar que he considerado apropiado una forma de alias en consonancia con lo habitual de la blogosfera, si bien hay quien prefiere su nombre tal cual. Me permito, por cierto y en base al reconocimiento y demostración de que éste es un blog individual, el uso, en cuanto resulte oportuno, de la primera persona del singular.

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Hacia la transparencia

Todo buen nivel de transparencia del que un blog u otro proyecto parecido goce debe contribuir a una mejor impresión ante cualquier público potencial o ya conseguido y de lo contrario poco o nada aporta mostrar y demostrar lo que hay detrás de la elaboración concreta de la iniciativa que se trate. Hay que asegurar, así pues, que se procede a un aporte de aumento de incidencia positiva, en el sentido de incidencia efectiva.

En prácticamente cualquier proyecto pero en especial en un blog como éste mismo y en consonancia con el pertinente énfasis en el contenido propio, la deriva hacia la transparencia debemos acometerla más tarde o más temprano. Con la esencia y el sello propio más definidos, a estas alturas y tras ya haber emprendido una redefinición notoria que muy en concreto ha aplicado al apartado de los recursos, nos parece que al cambio de ciclo que justo con tal redefinición hemos realizado le conviene dar todavía y por lo menos un avance más, en este caso en lo que a transparencia en general y autoría en particular concierne a esta iniciativa bloguera e incluso un tanto más allá de la misma. De esta manera, independientemente de lo que pudiéramos manifestar en la forma actual anónima o, por denominarla de alguna otra manera, apersonal de estos mismos artículos, daremos a conocer otros elementos con los que cualquiera pueda valorar más acertadamente, tanto en sus aspectos positivos como negativos, la tarea que hay tras este blog y los perfiles que le dan presencia en la microblogosfera, o sea en las redes sociales.

Si bien de todos los elementos que se te han ido proporcionando en estos mismos textos para analizar y evaluar la condición de prácticamente todo blog puedes aplicar a este blog mismo buena parte, en precisamente la parte restante que te faltaría para tal análisis y evaluación de este blog estarían muy en particular los elementos que te permitan diferenciar el carácter individual o grupal del blog. A esta falta de una cierta y, en concreto en este punto de la trayectoria del blog, más que conveniente transparencia vamos a dar respuesta en adelante.

Fin de semana

Respecto a la etapa de los anteriores recursos, la reciente readaptación acometida en este mismo blog ha repercutido en otra dinámica a nivel semanal, en especial en lo que al fin de semana se refiere. Puesto que entonces en sábado y domingo no podía haber actualización de los recursos dedicados al idioma inglés debido al habitual paréntesis que en tal actualización acontecía en la web de origen, sólo los otros apartados se seguían dinamizando.

Bien es cierto que el apartado de enlaces de enciclopedia wiki tenía su particularidad a nivel de dinámica semanal por lo que respecta a la temática de filosofía, en concreto en lunes, pero la particularidad de fin de semana correspondiente a los enlaces de palabras en inglés es calificable de más notoria porque precisamente abarcaba dos días, aun representando en cambio una reducción de la tarea en sí de actualización. A partir de la readaptación que ya está en marcha, texto y vídeo mantienen de hecho su misma dinámica a la cual la del apartado de imagen ha quedado asimilada desde un principio, dando lugar con todo ello a una dinamización homogeneizada en cada día de la semana. Puesto que se trata de que el sello definitorio de este blog y del conjunto de la iniciativa bloguera que representa recaiga en el contenido propio, y por ende y por ahora en estos artículos, un trato diferenciado en algún aspecto puramente de mayor dinamización del blog deberíamos aplicarlo precisamente en estos artículos o, en cualquier caso, en algún otro contenido propio, fuese texto u otro formático mediático, lo cual es por nuestra parte, de momento a lo menos, carente de toda intención y necesidad.

La ventaja de la homogeneización de la dinámica actualizadora diaria a nivel de toda la semana es que tanto y en especial en los contenidos que dejaban de actualizarse en fin de semana, como en el que sólo se actualizaba en lunes, no dejan de ser abordables los respectivos asuntos por la voluntad de continuidad estrictamente temática y lo son ahora potencialmente en cualquier día. Ahora bien, tal actualización, de darse el día que sea, la encontrarás vehiculada con preferencia y más que probablemente por nuestro apartado de vídeo en los recursos.

Asentamiento microbloguero gradual

Ya que, en la línea de lo que se ha ido exponiendo, la readaptación de los recursos de este blog tenía sentido haberla emprendido desde el mismo momento en que se empezaron estos artículos, bien pudiera haberse acometido la presencia en Reddit, Patreon e Instagram al mismo tiempo. El proceso ha sido, en cambio, gradual, en lo que han influido diferentes factores entre los cuales merecen comentarse los que por lo menos y por ahora no precisan de una mayor transparencia del blog.

Lo importante, al emprender estos artículos, fue que ya entonces el énfasis de este blog pasase en efecto de una dinámica eminentemente de linklog a una de contenido propio; que ampliásemos nuestra presencia en la microblogosfera resultaba, pues, secundario aunque considerado algo en lo que tener que incidir también, por lo que para aprovechar y empezar asimismo en aquel instante por algún lado, Reddit nos pareció la dirección pertinente por su carácter, dentro de las redes sociales, generalista y por tanto el carácter de aquellas redes sociales en las que básicamente a todo proyecto le conviene tener presencia. Más recientemente, con estos artículos habiendo asentado suficientemente su función y con la presencia en Reddit compaginada sin problema con las anteriores presencias nuestras en Facebook y Twitter, pareció un buen momento para seguir con la ampliación de la presencia microbloguera, ahora en el plano de las redes especializadas; y aprovechando precisamente estos artículos que son contenido de creación propia al tiempo que aún no nos planteábamos el tema de incluir imagen, Patreon resultó lo conveniente. Instagram ha sido el último, pero no por ello menos importante, paso en una presencia en redes sociales que, por ahora, nos parece ya más cercana a lo completo que a lo básico y habiendo asimismo aprovechado para una más que conveniente readaptación del apartado de los recursos que además ha redundado en una revaloración de la finalidad de nuestro apartado de historial.

De haberse producido al mismo tiempo que en Reddit la presencia en Patreon e Instagram, readaptando con la mayor sencillez que ha acabado teniendo el apartado de los recursos, pudiéramos haberte transmitido fácilmente una impresión de que el objetivo aquí estaba en deshacerse así como así de los contenidos ahora ya suprimidos de los recursos y en ampliar sólo porque sí nuestra presencia en redes sociales. Este asentamiento microbloguero gradual y sin perjuicio de que en según qué otro proyecto se opte por hacerlo más de golpe creemos que con todo ha dado fe de que nuestra prioridad ha sido acabar dando, con sus pros y sus contras, el merecido papel relevante a estos artículos en tanto que contenidos propios.

En Instagram

Las novedades que el reciente cambio de ciclo emprendido en este mismo blog ha comportado para el macroblog en sí, han derivado en sus respectivas adaptaciones a las correspondientes redes sociales, siguiendo con el modelo recomendable de publicación bloguera con el que aquí se procura predicar con el ejemplo. De un lado, en las generalistas y en las que en concreto se genera mayor interactividad, la imagen se asimila a lo común del vídeo; de otro, se sigue afinando más en las especializadas.

Para la conveniente adaptación interbloguera que dentro de nuestro mismo proyecto hacemos en cuanto a lo que vamos publicando, tanto propio como ajeno, nuestra dinámica, y nos parece que es extrapolable a lo recomendable para prácticamente cualquier blog, pasa por volcar todo lo actualizado en el macroblog en las redes sociales generalistas, las tres en las que en concreto estamos: Facebook, Twitter y Reddit, si bien la notable interactividad bidireccional la practicamos en dos, Facebook y Twitter, en tanto que habitud acorde a nuestro ritmo de publicación; en las redes sociales especializadas, nos limitamos a volcar aquel formático mediático que vaya acorde con la red en cuestión: texto, o sea estos mismos artículos y en especial por el hecho de ser contenido propio, en Patreon, donde de hecho tenemos presencia desde hace unos meses, e imagen en Instagram, donde precisamente aprovechando la creación del apartado para imagen hemos creado también nuestro correspondiente perfil, respecto al cual por cierto, y ya de paso, animamos por descontando a que se nos siga. El uso que hacemos de la red especializada YouTube sigue manteniendo a efectos nuestros la dinámica de fuente nutridora de contenidos ajenos para el macroblog y no la que sería la inversa y en todo caso entonces enfocada, preferentemente por lo menos, a contenidos propios, si bien, cabría dado el caso valorar que tales contenidos propios pasasen también en exclusiva por YouTube y de ahí compartirlos en el macroblog.

Al estar en Instagram, el microblog especializado que nuestro perfil en cuestión representa, está en su ciclo inicial, si bien su comienzo parte de incluirse en el cambio de ciclo de un proyecto bloguero mayor, ya en marcha, y en el cual se incluye. Nos parece más remarcable que el caso de Patreon hacerte referencia especial a nuestra reciente presencia en Instagram por corresponderse con el momento de un cambio de ciclo relevante en cuanto a nuestra trayectoria, tal y como de hecho en su momento hicimos con Reddit, mientras que nuestro salto a Patreon no ha dejado de encuadrarse en un momento en el que ha dominado la estabilidad.

Los formáticos mediáticos

Que la comunicación dirigida a públicos vaya tomando una firme deriva hacia los formatos telemáticos mediáticos no conlleva necesariamente que tenga que producirse una, ni mucho menos absoluta, desaparición de los soportes físicos. Tan sólo habrá cada vez más, con toda probabilidad, una decidida tendencia hacia los soportes físicos destinados casi, o por completo, en exclusiva a la preservación archivística y documental y, en el plano eminentemente económico, a la distribución bajo demanda.

Hemos dejado caer ya en alguna ocasión la denominación de formático, y en particular de formático mediático, para abreviar la expresión de formato telemático, propuesta que al igual que las correspondientes a las demás nuevas denominaciones que nos han ido pareciendo apropiadas plantear, y que en algún momento convendrá seguramente que repasemos, animamos a que se emplee por parte de quien lo considere oportuno, incluso si es, en pro del sano debate, para cuestionar la conveniencia al respecto de tal propuesta. El quid ahora es que los formatos telemáticos, o formáticos, y concretamente los formáticos mediáticos, van a contribuir, como lo llevan ya haciendo desde su misma generalización entre el gran público, a que las tradicionales tiradas vayan teniendo cada vez menos sentido, máxime cuando están generalizados ya también unos dispositivos móviles como los teléfonos inteligentes que proporcionan una experiencia de consumo, sea de pago o gratuito, de alta calidad para el formático mediático del que se trate.

En el uso de los respectivos formáticos de texto, imagen y vídeo, y con la blogosfera en tanto que una vía primordial, vas a tener la capacidad de vehicular cada vez en mayor grado la incidencia exclusiva de lo que transmitas, sin tener que recurrir a la distribución en soporte físico al modo de las tiradas clásicas. Además de responder así a una conveniencia tuya de mayor comodidad combinada con alta difusión, respondes también a lo que parece que es, y que seguirá siendo aún más, una clara demanda de todo tipo de públicos.

El esbozo permanente y el final de las tiradas

De la alta provisionalidad que en esencia tiene un blog, y muy en particular un macroblog, se deriva que lo que por la blogosfera circula es susceptible de ser tratado en todo caso en tanto que algo que a la práctica se encuentra en permanente estado de borrador. Si bien esto, por la propia naturaleza de la tecnología telemática y opuesta a las clásicas tiradas, no puede ni debe ser de otro modo, hay que procurar elaborar piezas blogueras estables.

Las redes sociales, o microblogs, y sin perjuicio de que permiten suprimir y republicar, tienen la virtud de, por sus limitadas opciones de customización, contribuir a habituarnos a que en lo que publiquemos en estos entornos de la blogosfera lo hagamos con intencionalidad de no otra modificación que no sea la indirecta o la referencia, manteniendo en todo momento el original que en efecto hayamos transmitido, con un diseño, y en particular una datación, de tipo inmodificable, más allá del referido suprimir y republicar que sin embargo serían, en general por lo menos, encuadrables precisamente en la modificación indirecta, hacia adelante, a título similar de las también referidas tiradas propias de lo analógico y de una primera etapa, en la que en buena medida aún estamos, digital. Por lo que nos parece, vamos hacia una clase de comunicación en general que, por su carácter virtual, digital y telemático, está basada en el esbozo permanente y el final de las tiradas pero ello, que de por sí es positivo en el sentido de ahorro en materiales y logística, conviene que vaya acompañado justo de la tendencia a que lo publicado esté suficientemente bien concebido como para, en todo caso, no tener que valorar al respecto y por lo común otra alteración que no sea indirecta, hacia adelante.

A fin de hacer uso de la alteración o actualización hacia atrás, allá donde tecnológicamente la plataforma telemática en cuestión te lo permita, los motivos no tienen por qué ser en definitiva distintos o muy distintos a los que había y hay para en su caso hacer, como hasta cierto momento no podía realizarse de otro modo, una alteración o actualización hacia adelante mediante una nueva tirada, o según el caso incluso un único ejemplar, de lo que sea. Aun no teniendo, dada la circunstancia, que hacer frente a la de por sí más compleja tarea que una tirada comporta, harás bien en, por respeto a todo público que puedas tener, procurar que lo que telemáticamente publiques permanezca estable y que para eso haya surgido de una notable meticulosidad que evite tener que aplicar modificación hacia atrás alguna.

Unos elementos prefijados inelegibles

Mediante la concepción de toda iniciativa bloguera en tanto que combinación de macroblogosfera y redes sociales, justo se contribuye a que toda impresión de alta provisionalidad que pudiera suscitar lo bloguero quede, a lo menos bastante, disipada. Entroncando en particular en buena parte, si no toda, la interactividad tal y como es en general lo pertinente mediante las redes generalistas, se aumenta la condición y la percepción de inmodificabilidad en cuanto a lo publicado.

Por la más bien baja customización que la microblogosfera generalista proporciona, lo que en ella se publica debe asumir unos elementos prefijados inelegibles que en esencia pasan, o suelen pasar, por en especial aspectos de diseño, entre los cuales y de modo destacado son incluibles los de datación, todo lo cual una vez publicado lo que sea no acostumbra a ser modificable más allá de en todo caso suprimir y republicar de nuevo, cosa que si no del todo, de alguna manera, sería lo más identificable con la alteración o actualización directa o hacia atrás en esta clase de redes sociales. Así pues, si en la línea de la que es la orientación que solemos recomendar y que predicando con el ejemplo ponemos en práctica desde este mismo blog, lo publicado en un macroblog lo trasladamos a continuación a sus perfiles en redes sociales generalistas, poco sentido tendrá, aun pudiendo, que alteremos en pospublicación, si no todo buena parte, lo del macroblog si precisamente lo hemos reflejado en nuestros perfiles de microblogs generalistas de plataformas genéricas, como son las redes sociales más populares.

Al igual que respecto a lo que en redes generalistas plasmes, en cuanto a lo que vehicules hacia las redes sociales especializadas debieras procurar hacerlo en base a una coherencia respecto a lo que cualquiera en macro y microblogosfera pueda encontrar de lo que sería una publicación específica que hagas. Si un post, o parte del mismo, sea en el formático mediático que sea, lo haces aparecer de diferentes maneras en macro y en microblogosfera acabarás pudiendo crear una considerable confusión en cualquier público y si además, y en particular en la macroblogosfera, alteras así como así lo ya publicado, aumentarás todavía más la inconveniente falta de fiabilidad.

Provisionalidad

Siendo de esencia fácilmente modificable todo aquello publicado en Internet, el tratamiento que la tecnología telemática da a piezas tanto de texto, como de imagen y audiovisual choca bastante con la publicación fundamentalmente sin marcha atrás y propia de las copias que caracterizan la difusión de las industrias culturales en la sociedad denominada de masas. El mayor grado de provisionalidad que conlleva la alteración o actualización hacia atrás es, no obstante, bueno o malo según se use.

Además de no ser modificables sino en todo caso hacia adelante, las copias mediante las que al margen de un eventual original las piezas comunicativas no telemáticas en general se difunden son de esencia tangible y todo ello ha constituido en buena medida la base de la fiabilidad respecto a lo comunicado de tal guisa. Si se ha requerido una actualización, ha tenido que ser mediante redistribución de otra tirada de copias con los importantes gastos materiales que por cierto ello de por sí supone. Con la provisionalidad propia de los blogs y de otras clases de iniciativas telemáticas como en especial son los proyectos wiki o de hasta los mismos correos electrónicos, pudiera parecer, según una perspectiva estricta de la sociedad y la cultura industriales y de masas, que nada de lo que circula por el ciberespacio es de fiar, pero usada convenientemente, la alta provisionalidad telemática resulta una no sólo útil sino necesaria capacidad para que muy especialmente hayan podido surgir proyectos colaborativos muy dinámicos a escala planetaria y que con las dinámicas e infraestructuras industriales hubieran sido inconcebibles del todo.

En tanto que herederos directos de los clásicos diarios personales, en los que tan común o por lo menos posible es el reescribir sobre lo ya reflejado, es natural que los blogs se hayan caracterizado por ciertas capacidades de provisionalidad, tal cual se mantiene mucho en los macroblogs y bastante en las redes sociales especializadas. Sin embargo, en la medida en que los blogs tienen su quid en que sean o puedan ser abiertos y accesibles y atraer público, harás bien en procurar publicar todo post tras la suficiente buena elaboración como para no tener que valorar alteración alguna hacia atrás, lo cual es propio de redes sociales generalistas.

Grados valorativos

Cuanto más generalista sea el público al que se dirija un blog y por extensión cualquier iniciativa similar, más podrá haber disparidad de baremos a aplicar en cuanto a lo que precisión e imprecisión implican. Si por su parte la imprecisión puede enmarcarse en el mejor de los casos dentro de lo tolerable, la precisión, o sea lo correcto, lo bien sintetizado en el sentido de bien elaborado, se encontraría dentro de lo tolerado.

Por más que, tal y como cabe hacerse, nos impliquemos en la realización de la mejor calidad en lo que publiquemos, sea en un blog o en otra clase de soporte, nunca publicaremos lo que sea a gusto de todo el mundo. Desde cada pequeña parte hasta el conjunto de lo que transmitamos y del modo en que lo hagamos, según el parecer de diferentes sujetos todo ello podrá ser considerado desde pésimo a excelente, pasando por un sinfín de grados valorativos intermedios y más cuando a mayor número y diversidad de gente nos dirijamos. Cabe añadir que incluso la misma autoría de algo, se trate de autoría individual o grupal, puede tener impresiones diferentes de sus mismas publicaciones en diferentes momentos no necesariamente alejados entre sí en el tiempo. Todo esto sumado a la fácil, rápida y accesible capacidad telemática en general y bloguera en particular de alterar, cambiar o modificar cualquier pieza ya publicada, podría llevarnos según de qué modo, y erróneamente a nuestro parecer, a nunca terminar de dejar ante el público o los públicos una publicación que pueda considerarse acabada, con sus virtudes y sus defectos, y a ir o pudiendo ir cambiándola permanentemente y no haciendo de lo que ofrecemos sino algo altamente provisional.

El agrado absoluto te resultará por lo común, y en el fondo así conviene que sea, complicado si no imposible de alcanzar, pues merece que recuerdes que la perfección conlleva, si no del todo en buena medida, el fin de recorrido de aquello de lo que se trate, así que la imprecisión es pertinente en su justa medida. Mientras lo que en una sustancial cantidad de posibles grados valorativos se pueda considerar que siendo impreciso queda siempre por debajo de lo que se consideraría meticulosidad y es en la mayor medida posible tolerable, estarás en la buena senda.

Justificar

Debido a los diferentes baremos con los que, por parte de la autoría de algo y por parte de cualquier público, se puede determinar lo que es o no impreciso o hasta erróneo y, más en concreto, lo que es impreciso, o incluso también erróneo, pero tolerable, resulta útil y necesario disponer de una guía al respecto. Lo que en este sentido deviene adecuado en un grado por lo menos bastante notorio es basarse en que aquello que se puede justificar es lo tolerable.

En ocasiones nos hará falta justo hacer una referencia para precisar aquello que ha resultado impreciso al bloguear, o al publicar en general, y en otras creeremos que incluso tal referencia no hace ni falta, dependiendo de manera respectiva de si consideramos la imprecisión, o el error, más o menos grave y por ende más o menos intolerable. Si dentro de todo lo que abarca lo impreciso, desde lo propiamente impreciso hasta lo erróneo, hay algo que en lo publicado consideremos inasumible, y en particular en tanto que autoría, es cuando no encontraremos justificación que en su caso poder dar al respecto, si bien puede que esto se dé a veces por desconocimiento y no porque en verdad no haya justificación, pero la cuestión es que, dado algo inasumible, o sea injustificable, convendrá valorar especialmente el recurrir ya no a la referencia sino a la alteración, modificación o cambio. Ante lo injustificable y que, por tanto, convenga según el caso desde matizar a reformular, el modo de emprender la modificación correspondiente estará condicionado en esencia por la capacidad o no de hacerla hacia atrás o hacia adelante, esto es, sobre el original o con una pieza nueva, o lo que respectivamente es lo mismo, de modo directo o indirecto.

Si bien la alteración directa, hacia atrás, de prácticamente todo lo de cualquier pieza publicada en especial en un macroblog es general, y por ello asimismo novedosa y característica en el ciberespacio respecto a texto, imagen y vídeo, estarás en lo certero si la concibes en tanto que el último recurso a emplear. Valora, así pues, antes la referencia y la alteración indirecta pero ante todo que tus publicaciones partan de entrada de una imprecisión en un grado asumible por cuanta más gente mejor, en especial de entre aquel público o aquellos públicos que tengas.

Hacia atrás y hacia adelante

Por mucho que en su caso se trate de simples matizaciones o de pequeños ajustes, toda pieza comunicativa debe aspirar a no tener que estar recurriendo, si no en absoluto, por lo menos constantemente, a la alteración o cambio de lo transmitido, se trate de alteración directa o indirecta, o sea, sobre el mismo original o por vía de una nueva pieza. Lo ideal es procurar mantenerse en a lo sumo un nivel tolerable de imprecisión que, si acaso, no requiera sino alguna referencia al respecto.

Desde la perspectiva de lo respectivamente característico en la macro y microblogosfera, la tan siempre buena elaboración con la que debemos procurar acometer todo lo que publiquemos tiene que en las redes sociales generalistas, a pesar de la informalidad con la que a menudo se las concibe, gozar de una particular atención, pues éstas brindan por lo común unas opciones de pospublicación limitadas a suprimir y volver a publicar de nuevo, todo ello por cierto acorde a su inherente bajo, que no por ello inapropiado, nivel de customización. Descuidar, o atender menos, sea o no por eso mismo expuesto, lo que, y gracias a su mayor nivel de customización, la macroblogosfera permite en su conjunto, y las redes sociales especializadas un poco menos, permanentemente modificar de más maneras, conlleva a nuestro juicio un grave error, pues que, allá donde justo podemos desprender todo nuestro potencial bloguero más particular y a todos o casi todos los niveles, nos confiemos en publicar de cualquier modo, sin un adecuado proceso de intro y exospección, no hará sino que malgastemos el gran potencial que podríamos desplegar y hará también, y en esta misma línea, que en vez de soler publicar de por sí piezas que no merezcan más que, según el caso, alguna referencia por alguna imprecisión que de todos modos sea asumible, acabemos transmitiendo de manera habitual contenidos que en la forma, en el fondo o en ambos resulten más imprecisos que meticulosos.

Estarás en lo correcto siempre que procures no abusar de las capacidades de alteración o cambio de la blogosfera. Y ya de entrada lo estarás mientras evites el simple hecho de publicar por defecto contenidos que las puedan requerir, sean sólo la de suprimir y en su caso republicar o referenciar, las cuales constituyen la vía propia, e indirecta, de cambio en redes sociales generalistas, sean las mayores opciones directas e indirectas, o sea sobre el original o no, o lo que también podrías denominar respectivamente hacia atrás y hacia adelante y que proporcionan los macroblogs y, por lo común también, toda red social especializada.

En directo y en diferido

Aunque a su modo son también publicaciones, las emisiones audiovisuales en directo no responden a lo que suele denominarse, tal cual, una publicación. Lo publicado, por defecto, consiste en algo que ya esté hecho, independientemente de que pueda considerarse copia, como en especial es característico de lo analógico, o más bien, y directamente, original, como es propio de lo digital telemático.

Las representaciones de artes escénicas y, por su lado, la arquitectura y la ingeniería ya especialmente constituían procesos respectivamente más creativos y más técnicos que se producían en lo que bien podríamos considerar el equivalente al directo de la televisión, de la radio y más recientemente del ciberespacio también. No eran, ni son, en sí mismas consideradas, por lo menos normalmente, publicaciones, pues se hacen al tiempo que hay público que las pueden contemplar, lo cual quizá daría en cambio más motivo para denominarlas publicaciones, pero al hacer el ejercicio de esforzarnos en buscar las respectivas similitudes respecto a lo que propiamente son publicaciones, estarían las artes escénicas más próximas al procedimiento de distribución de copias, mientras que en especial la arquitectura se asemejaría a, y de hecho eso es al acabar el proceso, la publicación del original, por mucho que unos inmuebles se construyan siendo idénticos o casi idénticos a otros. En este sentido, en cuanto a lo que se consideran propiamente publicaciones y en particular las que se hacen mediante los procedimientos característicos de las industrias culturales, revalidamos que tecnológicamente, texto, imagen y audiovisual sólo se han podido tratar en la sociedad de masas a través de la distribución de copias.

Si tuvieras que asimilar en términos de en directo y en diferido lo que por lo común se entiende por publicación, entonces toda publicación, al considerarse que en el formato que sea es una pieza terminada, es por defecto una obra en diferido, al margen de que sea original o copia. En caso de que consideres oportuno ampliar al directo el habitual concepto de publicación, cabría distinguir entre publicación en directo y en diferido, o directa y diferida.

El original y la copia

Que en lo digital telemático se conciba que lo publicado es o puede ser copia sería lo propio de quien le parezca que cabe atribuir la calificación de original a lo que, en su caso, sea un archivo elaborado y después subido. El inconveniente que entre el original y la copia esto supone es que, si bien la existencia de un archivo subido puede a veces intuirse con bastante facilidad de acierto, cualquier público no podría siempre tener así la certeza absoluta de si decididamente definir o no lo ciberpublicado como original.

Algunas piezas ciberpublicadas, y quizá sean la mayoría, parten en efecto de un archivo informático que se sube pero también es cierto que las propias capacidades telemáticas permiten hacer, y cada vez más, ciertas elaboraciones directamente desde la misma nube y publicarlas al instante, sin que por tanto haya un original en un sentido más tradicional. Ya que el público no tiene por qué saber si una determinada publicación parte o no de un archivo subido que pueda considerarse el original auténtico, nos parece que aunque sea a simples efectos prácticos y convencionales merece considerarse que lo ciberpublicado es, por defecto, un original en sí mismo y, en comparación a lo que sería lo equivalente a las copias características de la era eminentemente analógica e incluso de una primera etapa digital, sería copia lo que el público se quede a partir de tal original a modo plenamente bajo demanda. Aun habiendo la posibilidad de que desde la autoría de lo ciberpublicado se especifique, y se dé fe de, que ha habido o no un archivo previo a partir del cual, al subirlo, se ha hecho la publicación, nos parece que sigue siendo apropiado considerar original lo accesible vía telemática abierta.

De considerar por defecto lo ciberpublicado lo original, te ahorras, navegando por la blogosfera o por toda Internet, el tener que estar en la duda permanente de si en verdad estás siendo preciso al considerar o no original algo de lo que encuentres en el formato que sea. Si lo hay, un archivo informático, y hasta dado como mínimo según qué caso una versión física, a partir de lo cual se ciberpublique algo, debiera pasar a considerarse no el original auténtico, sino más bien, la versión preliminar o incluso sencillamente el borrador o esbozo de lo finalmente ciberpublicado.

La ciberpublicación

Comprender, tanto en el ámbito específicamente bloguero como en todo el internáutico, lo referente a alteración o cambio de pieza original conlleva considerar que lo publicado, esto es lo subido y accesible, es en efecto lo original, si bien, dependiendo de qué contenido sea, partirá de un archivo informático previo que a efectos de quien lo conserve, en especial en tanto que autor, pudiera ser considerado el original auténtico. Pero en verdad, lo ciberpublicado no es la copia sino el original.

Entre lo analógico y lo digital, limitándonos en lo analógico a lo propio de los formatos eminentemente vehiculados por la industria cultural y que han caracterizado la denominada sociedad de masas, y en lo digital refiriéndonos en particular a lo que se publica abiertamente en Internet y en especial en la blogosfera, existe en cuanto al concepto de publicación la gran diferencia de que en lo analógico se publican copias, dejando lo que pudiera considerarse original fuera del alcance del público, y en lo digital, en cambio, lo que se publica es el original, del que en su caso se pueden hacer copias pero es el público quien directamente se las hace si quiere, imprimiendo o grabando aquello de lo que se trate en función del formato que sea. Hoy, pero también antes que lo digital telemático y que incluso lo analógico de la sociedad de masas, es resaltable en particular en la arquitectura la inherente y característica alteración directa, o sea sobre el original ya ante el público. Así pues y aun pudiendo parecer inconcebible, la ciberpublicación tiene, en este sentido, más en común con las artes más tradicionales, caracterizadas en general por, dado el caso, la modificación directa y pública del original, que con las formas industriales, y más recientes, de difusión.

Tecnológicamente, texto, imagen y audiovisual sólo se han podido tratar en la sociedad de masas a través de la distribución de copias y, en cuanto a cualquier modificación notable, se ha tenido que recurrir a la alteración indirecta o a la referencia. Estas vertientes comunicativas, en lo digital telemático, recuperan o adquieren la publicación directa del propio original y la posibilidad de alteración también directa, todo lo cual ya era en esencia característico de ciertas obras antiguas. Con la plena digitalización, además, la publicación directa y la alteración directa no excluyen la alteración indirecta ni la referencia.

Teoría de la alteración o del cambio

En el par de semanas desde la readaptación con la que se está acometiendo definitivamente un ciclo nuevo en este blog, han habido en pospublicación, en términos de transgresión por imprecisión y tomando el proyecto en su conjunto, casos identificados, y seguramente más que serían aún identificables, de imprecisión tanto por presencia, como por ausencia y por secuencia. De los identificados y considerados no asumibles, ha convenido en efecto aplicar la correspondiente alteración directa.

Del mismo modo que lo transgresor en sí, tanto lo que sea innovador como lo que, en el otro extremo, sea erróneo, lo pueden ser, a lo menos básicamente, por presencia, por ausencia o por secuencia respecto al contexto, y al propio texto entendido más allá de lo alfanumérico e incluso de lo mediático y de la comunicación, son las vías de mejora, en pre y en pospublicación, realizables también por presencia, por ausencia o por secuencia. Esto, y en especial yendo en el referido sentido de, si no más allá de lo mediático y la comunicación, sí más allá de lo alfanumérico, vale tanto para lo analógico como para lo digital. Asimismo, no sólo la mejora sino también el deterioro lo encontraremos, en su caso, manifestado como mínimo fundamentalmente y a título convencional por una o varias de tales vías. En lo que, ahora concretando un poco más, se refiere esta de algún modo teoría de la alteración o del cambio a las diferentes vertientes comunicativas, ha existido ya antes de la actual era digital la alteración directa, la indirecta y, por su parte, la referencia, de modo que y según la particularidad de cada formato, se ha podido, debido o querido, actuar o no sobre el original de la pieza que sea para, incluso publicada, alterarla y así, según qué baremo se aplique, mejorarla o empeorarla, o sea y respectivamente, hacerla más precisa o meticulosa, o bien, más imprecisa o incluso errónea.

Lo que la digitalización, y en concreto en la blogosfera puedes apreciarlo perfectamente, ha permitido en la línea de lo expuesto es generalizar la capacidad de alteración directa en pospublicación al conjunto de las vertientes comunicativas que, en especial, derivan de los formatos propios de la comunicación de masas y que precisamente son texto, imagen y audiovisual, incluyendo por lo común en lo audiovisual lo que sea estrictamente audio. Aun así, y para mayor comodidad tuya y en pro de una mejor impresión hacia tu público o tus públicos, siempre será mejor que te esfuerces para que en lo que publiques sólo trascienda a lo sumo lo impreciso asumido.

Reacciones de autoría en pospublicación ante imprecisión indeseada

Si bien en la alteración de lo blogueado, no necesariamente para peor sino, al contrario y más bien, para su reedición y en concreto para su precisión, hay diversidad de opciones disponibles en función de si se trata de macro o microblogosfera, en ambos niveles blogueros hay la funcionalidad básica de eliminar piezas enteras publicadas. En cambio, todo blog con vocación de consistencia y meticulosidad debiera evitar al máximo recurrir así como así a tales recursos de pospublicación.

Entre las reacciones de autoría en pospublicación ante imprecisión indeseada de cualquier pieza, sea del formato mediático que sea y ya la publiquemos en condición propiamente de autoría o de intermediación, tenemos que ante todo, si consideramos que tal imprecisión no puede pasar por imprecisión asumida e incluso, en ocasiones por lo menos, antes que lanzarnos a cualquier opción de alteración de lo ya publicado, identificar qué falló en nuestro proceso de elaboración para tenerlo en cuenta en una ocasión nueva. En mayores o menores grados de intensidad, y sin dejar de lado que en cambios de ciclo es habitual y hasta natural que la imprecisión crezca, el descontrol y la desidia suelen ser causas a nuestro juicio bastante, si no las que más, genéricas en las que, de hecho, bien nos resulta plausible incluir actitudes que van, en particular, desde la desorganización al desinterés. A partir de ahí, cabe valorar según el parecer de cada cual si lo publicado con perceptible y, dependiendo del baremo aplicado, intolerable transgresión por imprecisión e incluso error debe ser, en esencia, objeto de alteración directa o indirecta, o de referencia sencillamente. La alteración directa implicaría acción sobre el original en cuestión; la indirecta, en cambio, conlleva reelaboración al margen del original; y la referencia consiste en, también al margen del original, manifestar explícitamente en una pieza distinta el habernos dado cuenta de la transgresión en cuestión incluyendo, si procede, las disculpas pertinentes.

Con lo que llevamos publicado desde el inicio del actual cambio de ciclo emprendido en este blog, hemos reaccionado ante la imprecisión en pospublicación. La alteración directa, y como en su caso debe ser lo habitual, la hemos aplicado en alguna y muy puntual inapropiada transgresión identificable en pospublicación pero en ningún caso, como podrás apreciar, para suprimir un contenido completo y menos para haber dejado algún vacío en la serialidad diaria general de este proyecto tanto en el macroblog como en redes sociales; la indirecta, y si bien no necesariamente para alterar con motivo de enmendar algo inapropiado sino tan sólo para republicar tal cual o casi tal cual, nos la reservamos para aplicarla a su debido tiempo en otro punto, probablemente muy próximo, de la trayectoria de este proyecto; y la referencia la hemos practicado abiertamente al haber puesto ejemplos concretos de lo que, si bien no consideramos errores, serían imprecisiones fácilmente apreciables pero que están dentro de lo tolerable y por tanto quedan sin que se les aplique acción alguna de alteración, ni siquiera para precisión.

Imprecisión identificable en prepublicación

Al hacer referencia a la imprecisión, sin más, por lo común se trata de la imprecisión totalmente no deseada, dejando a un lado, así pues, la imprecisión asumida o adrede y que, mientras se encuentre en un grado lo suficiente compensado a favor de la meticulosidad, es tolerable por completo. En todo procedimiento de elaboración de contenidos blogueros o similares es labor esencial que la imprecisión no deseada no pase de la prepublicación y sólo trascienda, en su caso, la asumida.

Distinguir si algo que es o parece impreciso, o incluso erróneo, lo es o lo parece por deseo expreso de quien en efecto lo transmite en un determinado blog como pueda ser éste o en un proyecto similar, puede resultar a veces complicado. Se supone que todo comunicador debe velar por que toda imprecisión que no se encuadre en la asumida quede filtrada en la prepublicación y, por tanto, que no trascienda a la incidencia en el público o los públicos, pero si de la imprecisión identificable en prepublicación acabamos por no identificar algo impreciso o incluso calificable de erróneo y que, estando en este sentido fuera de la imprecisión asumida, cae en lo finalmente publicado no tenemos sino ante todo la importante tarea de en efecto identificarlo, ya en pospublicación, y extraer a partir de ahí distintas valoraciones, procurando seguir sin que en ningún momento seamos presa del descontrol, la desidia o la transformación sin más del proyecto en otro. Cabe considerar, en esta línea y en primer lugar, si la imprecisión o incluso el error que en principio debiera no haber pasado de la prepublicación puede pasar por justamente imprecisión asumida y tolerable; en segundo lugar, y si no consideramos aceptable lo anterior, evaluar la mejor opción de reaccionar al respecto de modo menos o más patente y explícito. Respecto a los casos concretos que hemos comentado en relación a nuestro reciente cambio de ciclo, y que en todo caso por nuestra parte no pasarían de imprecisión tolerable aunque en un principio indeseada, tendríamos muchos más que comentar en relación a todo lo que llevamos publicado pero valgan los expresamente expuestos de ejemplo a partir de los cuales debidamente extrapolar.

La blogosfera en particular y todo lo digital brindan de por sí muy fáciles y efectivos recursos como para que en concreto no haya prácticamente nada incorregible ni, más en general, nada inmodificable. En el caso específico de la blogosfera, sin embargo y por los diferentes grados de customización, esto es así del todo o casi del todo en la macroblogosfera, en buena medida en la microblogosfera especializada y, por lo general, en nivel mínimo en las redes sociales generalistas.