Dependiendo de qué modo se contemple la blogosfera, para mediante ella expresarse es tan innecesaria la acreditación de legitimidad que en efecto cualquiera, desde el anonimato o la plena identificación, puede limitarse a emplear para simples banalidades este ámbito comunicativo. No obstante, si algo de auténtica valía tiene, y que es cierto que tiene, disponer de una vía tan accesible como nunca antes para la libertad de expresión, es una pena que no se use más que para lo banal.
En su sentido más básico, la legitimidad por la que nos expresemos en la blogosfera no tiene por qué ser más que la que tenemos por la propia condición de internautas. Para bloguear no hay que tener un título académico, ni disponer de ciertas credenciales o méritos profesionales, ni recurrir a determinados contactos: todo el mundo tiene accesibilidad fácil, rápida, gratis y de alcance mundial. En ello, por una parte, reside un potente factor positivo del ámbito de los blogs y es que el propio mensaje a transmitir, si es en sí una buena elaboración, tiene las mismas opciones de éxito de publicación incluso optándose por hacerlo desde el anonimato o la apersonalidad que las que pueda tener el mensaje de alguien conocido y que goce de alto reconocimiento y categoría; pero por otra parte, para destacar entre el acceso por lo menos potencial de tantas personas, unas con y otras sin reputación, cabe valorar que mediante un ejercicio de transparencia lo que expresemos lo hagamos con el máximo grado pertinente de identificación nuestra y que así no se nos pueda confundir ni con la tan fácil autoría anónima o apersonal que a cierta gente le puede resultar por múltiples razones la mejor opción con la que publicar, ni con quien aun plenamente identificándose no dé importancia a publicar con meticulosidad.
Sobre todo en uno personal, salvo que lo dediques a otra persona, en particular un personaje célebre, la legitimidad de publicar en un blog no es más que la que cualquiera tendría de escribir su propio y tradicional diario personal: se trata de tu propia experiencia y de tu propia vida, así que mientras lo hagas a sabiendas de que en el caso de un blog abierto es accesible a cualquiera, tienes plena legitimidad de publicar. De tratarse de un blog impersonal, más de carácter técnico aunque puedas volcar, como en este mismo blog, una importante carga valorativa, es muy pertinente una legitimidad fundamentada en cierta trayectoria manifiesta.
OscarWeblogs
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