Que la comunicación dirigida a públicos vaya tomando una firme deriva hacia los formatos telemáticos mediáticos no conlleva necesariamente que tenga que producirse una, ni mucho menos absoluta, desaparición de los soportes físicos. Tan sólo habrá cada vez más, con toda probabilidad, una decidida tendencia hacia los soportes físicos destinados casi, o por completo, en exclusiva a la preservación archivística y documental y, en el plano eminentemente económico, a la distribución bajo demanda.
Hemos dejado caer ya en alguna ocasión la denominación de formático, y en particular de formático mediático, para abreviar la expresión de formato telemático, propuesta que al igual que las correspondientes a las demás nuevas denominaciones que nos han ido pareciendo apropiadas plantear, y que en algún momento convendrá seguramente que repasemos, animamos a que se emplee por parte de quien lo considere oportuno, incluso si es, en pro del sano debate, para cuestionar la conveniencia al respecto de tal propuesta. El quid ahora es que los formatos telemáticos, o formáticos, y concretamente los formáticos mediáticos, van a contribuir, como lo llevan ya haciendo desde su misma generalización entre el gran público, a que las tradicionales tiradas vayan teniendo cada vez menos sentido, máxime cuando están generalizados ya también unos dispositivos móviles como los teléfonos inteligentes que proporcionan una experiencia de consumo, sea de pago o gratuito, de alta calidad para el formático mediático del que se trate.
En el uso de los respectivos formáticos de texto, imagen y vídeo, y con la blogosfera en tanto que una vía primordial, vas a tener la capacidad de vehicular cada vez en mayor grado la incidencia exclusiva de lo que transmitas, sin tener que recurrir a la distribución en soporte físico al modo de las tiradas clásicas. Además de responder así a una conveniencia tuya de mayor comodidad combinada con alta difusión, respondes también a lo que parece que es, y que seguirá siendo aún más, una clara demanda de todo tipo de públicos.
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