Teoría de la alteración o del cambio

En el par de semanas desde la readaptación con la que se está acometiendo definitivamente un ciclo nuevo en este blog, han habido en pospublicación, en términos de transgresión por imprecisión y tomando el proyecto en su conjunto, casos identificados, y seguramente más que serían aún identificables, de imprecisión tanto por presencia, como por ausencia y por secuencia. De los identificados y considerados no asumibles, ha convenido en efecto aplicar la correspondiente alteración directa.

Del mismo modo que lo transgresor en sí, tanto lo que sea innovador como lo que, en el otro extremo, sea erróneo, lo pueden ser, a lo menos básicamente, por presencia, por ausencia o por secuencia respecto al contexto, y al propio texto entendido más allá de lo alfanumérico e incluso de lo mediático y de la comunicación, son las vías de mejora, en pre y en pospublicación, realizables también por presencia, por ausencia o por secuencia. Esto, y en especial yendo en el referido sentido de, si no más allá de lo mediático y la comunicación, sí más allá de lo alfanumérico, vale tanto para lo analógico como para lo digital. Asimismo, no sólo la mejora sino también el deterioro lo encontraremos, en su caso, manifestado como mínimo fundamentalmente y a título convencional por una o varias de tales vías. En lo que, ahora concretando un poco más, se refiere esta de algún modo teoría de la alteración o del cambio a las diferentes vertientes comunicativas, ha existido ya antes de la actual era digital la alteración directa, la indirecta y, por su parte, la referencia, de modo que y según la particularidad de cada formato, se ha podido, debido o querido, actuar o no sobre el original de la pieza que sea para, incluso publicada, alterarla y así, según qué baremo se aplique, mejorarla o empeorarla, o sea y respectivamente, hacerla más precisa o meticulosa, o bien, más imprecisa o incluso errónea.

Lo que la digitalización, y en concreto en la blogosfera puedes apreciarlo perfectamente, ha permitido en la línea de lo expuesto es generalizar la capacidad de alteración directa en pospublicación al conjunto de las vertientes comunicativas que, en especial, derivan de los formatos propios de la comunicación de masas y que precisamente son texto, imagen y audiovisual, incluyendo por lo común en lo audiovisual lo que sea estrictamente audio. Aun así, y para mayor comodidad tuya y en pro de una mejor impresión hacia tu público o tus públicos, siempre será mejor que te esfuerces para que en lo que publiques sólo trascienda a lo sumo lo impreciso asumido.

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