Aun habiendo recurrido al género neutro que se desprende de la apersonalidad, se ha procurado realizar los artículos de este mismo blog con el suficiente buen nivel de elaboración como para que justo no puedan calificarse de divagaciones en modo alguno. No obstante, en lo que han devenido estos textos, bien merece que acabe habiendo constancia de quién ostenta la autoría y cuál es, en virtud de su trayectoria, la legitimidad con la que se expresa.
La principal razón por la que aquí no hubo desde un principio una firma y de ahí una constancia mínima de quién hace este blog es que, siendo muy a menudo lo que ocurre en la línea de lo caótico que puede ser el ciclo inicial de lo que sea y que no obstante no debe demorar en exceso el impulso de un proyecto, no estaba demasiado claro del todo en qué debía consistir esta iniciativa; no lo estaba, por lo menos entonces, más allá del fácil formato linklog, formato que por su eminente carácter centrado en lo externo y ajeno no requería demasiado de que hubiese una firma; al contrario, firmar entonces hubiese tal vez llevado a confusión en el sentido de que este autor podía tener alguna relación, en verdad inexistente, con lo enlazado. Incluso habiendo empezado a publicar estos artículos, no eran descartables diferentes opciones por las que acabar consolidando la esencia de lo que aquí escribo y que tal vez tampoco requerirían de la firma, en particular si este blog hubiese terminado siendo de textos puramente esquemáticos, breves y de todos modos sin aporte genuino y propio alguno, por lo que se mantuvo el género neutro, sin especificar en quién o quiénes recaía la responsabilidad de elaborar todo esto.
Si en el título de un blog apersonal encuentras que se desprende una significación de género, puedes de entrada hacerte a la idea de que, de haber una voz detrás, ésta sea según el caso masculina o femenina, pero necesitarás tener en efecto la constancia del género de quien ostente la autoría para tener la convicción de que se trata de un caso u otro. La particularidad, y en cierto modo ventaja, del género neutro es que, ante la ambigüedad, a quien lee le puede resultar más fácil imaginar con su propia voz el texto.
OscarWeblogs
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