Al abordarse la diferenciación entre lo artístico o personal y lo técnico o impersonal, se desdobla igualmente la aplicación de lo concreto y lo abstracto. Lo artístico o personal puede ser concreto o abstracto tanto en forma como en fondo, y lo mismo atañe a lo técnico o impersonal.
Respecto a aquel formato multimedia que pretendamos cultivar, además de practicar para dominar su propia condición más concreta o más abstracta, tendremos que desarrollar la temática asimismo más concreta o abstracta, al tiempo que más artística o personal o más técnica o impersonal. Dominar el formato en sí es lo que hace referencia a la forma con la que nos expresaremos, de ahí el sentido de formato, mientras que definir la temática concierne al fondo; lo mismo es distinguir entre el significante y el significado respectivamente.
El multimedia te brinda la opción de alternar como prácticamente nunca antes ha sido posible en la historia la práctica de los varios códigos o lenguajes comunicacionales desarrollados por el ser humano. Tal opción misma, lejos de que te lleve a no centrarte en ninguno, conviene que te lleve a incidir en uno mientras, en caso de que así lo prefieras, no dejes de practicar otro u otros a partir de lo cual en un futuro quizá cambies de código o lenguaje preferente.
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