La eclosión y el progreso de la informática tiene su quid en el desarrollo digital de códigos de software que, a partir de combinaciones numéricas o alfanuméricas, permiten manejar flujos eléctricos gracias al conveniente hardware para reproducir los lenguajes naturales. Tales lenguajes naturales, así, se manifiestan como multimedia.
Si bien lenguaje y código pueden, por lo menos en ciertos aspectos, considerarse sinónimos, y por ello tanto lenguaje como código de programación sería correcto, cabe entender que de los lenguajes a los códigos se desprende una evolución por la que el lenguaje queda como lenguaje natural mientras que código quedaría como lenguaje artificial, esto es, desarrollado específicamente por el ser humano y no orientado a la comunicación social directa. En el momento en que un sistema de señales o de signos no se orienta a la comunicación y vertebración sociales directas, nos encontramos ante lenguajes artificiales, o códigos, y suelen ser propios de finalidades privadas, secretas o muy técnicas.
Código binario y códigos de programación, propios respectivamente del tercer y segundo plano digital, sólo podría considerarse que están orientados a la comunicación social en la medida en que son el soporte subyacente para la reproducción de lo multimedia. Entonces, son más bien puramente lenguajes artificiales.
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