Ante notables cambios entre emisores, receptores y medios, extraño sería que los propios lenguajes o códigos no se vieran, a su vez, por lo menos condicionados por algún cambio semejante. Emoticonos y abreviadismo representan fenómenos enmarcables en esta línea.
Con Internet, pues, el esquema básico de la comunicación afronta una reformulación completa de todos sus elementos. Por ende, el esquema comunicativo deviene, cuando menos, sensiblemente distinto del que conocíamos en la Edad Moderna, particularmente desde la industrialización, y sirve como mínimo de indicio de que se halla en evolución el contexto histórico; de ahí que adquiera sentido plantearnos que eclosione lo que bien puede denominarse posmodernidad.
Los cambios concretos en cuanto a lenguajes o códigos, por cierto, no sólo atañen a novedades dentro de los propios lenguajes preexistentes. También guardan relación, y de suma importancia, con la creación de lenguajes o códigos completamente nuevos y propios de la informática como el HTML y demás tipologías de lenguajes de programación.
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