La experiencia introspectiva y la envolvente se corresponden respectivamente con una mayor y una menor capacidad interactiva del usuario. A su vez, se pone de manifiesto así lo que apunta a ser una destacable diferencia entre, también respectivamente, la posmodernidad y la modernidad.
En la Edad Moderna, las experiencias comunicacionales que para el público general parecen haber cobrado especial relevancia se habrían vehiculado por lo que tradicionalmente se entiende que propiamente son los medios de comunicación. Con Internet y la configuración del nuevo contexto posmoderno, ese mismo público goza del acceso al consumo, pero también a la creación, de contenidos, convirtiéndose en usuarios y, por ende, dejando de ser ya simple público.
La experiencia comunicacional de tipo más introspectivo que, aún en el contexto de la modernidad y en comparación a la de los medios de comunicación, representaban esencialmente la escritura y la telefonía pretelemáticas lleva a cabo el cambio cualitativo multimedia crucial gracias al potencial de la red de redes. La gente puede, así, manifestarse libre e individualmente en diferentes formatos o lenguajes y con un fácil alcance inmediato y global.
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