Cuando en la configuración de un esquema comunicativo se produce un mensaje, se produce propiamente un acto de comunicación; de lo contrario, los elementos propiamente comunicativos pueden existir pero sin que se dé en sí comunicación alguna. De ahí que en comunicación cabe diferenciar el esquema del modelo.
El esquema comunicativo vendría a representar, pues, más bien un supuesto fijo, inmóvil, sin interactividad, pero con potencial para devenir lo contrario, esto es, para convertirse en modelo comunicativo pleno. Tal modelo, por ende, describiría un supuesto ya dinámico, móvil, interactivo, en el que hay un acto efectivo de comunicación.
¿Dónde reside la diferencia entre el esquema y modelo comunicativos, entonces? En el mensaje. Según las dinámicas específicas de cada modelo de la comunicación correspondiente a cada contexto histórico, se configura por lo menos buena parte de lo que precisamente define cada época de la historia.
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