Una originalidad latente

Cuando hay falta de resultados positivos en cuanto a tendencia de interactividad fluctuante puede que, aun no viniendo nunca mal que sirva para hacer autocrítica, ello no derive ni de hecho deba derivar en modificación alguna respecto a lo que se esté llevando a cabo. Se trate o no de un blog, estar en el bache que supone toda falta de relevante incidencia positiva sea quizá una situación a mantener a la espera de que más tarde o más temprano la iniciativa en cuestión sobresalga de por sí.

De evitar poner, tal y como nos parece por lo menos bastante apropiado, el énfasis de todo éxito en los aspectos puramente cuantitativos, quizá acabemos por, ante circunstancias en las que en particular en un blog nuestro haya ausencia de incidencia positiva tal que derive muy en especial en ausencia de interactividad fluctuante de tendencia también positiva, no optar por cambio alguno en lo que hagamos. Aun siendo, como es recomendable no dejar de ser, autocríticos con lo que estemos llevando a cabo, el resultado de toda autocrítica no tiene por qué pasar necesariamente por el inevitable cambio, sino que autocrítica puede derivar en mantener lo mismo, sobre todo en la medida en que lleguemos a la conclusión de que respecto a lo que hacemos hay un desajuste entre contexto directo e indirecto que lleva a que el blog, y por extensión otro tipo de proyecto, no esté ni tenga demasiada opción de estar suficientemente valorado por el público, sea generalista o especializado. Lejos de llegar a tal conclusión por pura comodidad, al asumir ese desajuste deberíamos hacerlo teniendo claro que implica una importante y delicada labor por delante: hacer lo posible por seguir defendiendo algo cuyo encaje a nivel de aceptación popular va a ser complicado.

Si bien todo lo original emana en un primer momento de la buena interpretación que hagas de lo que a algún público puede interesar, tu blog u otro proyecto tal vez lo concibas de modo que disponga de una originalidad latente que mostrándola en el momento carezca de aceptación, por mucho que estés convencido de que merezca una valoración mejor. Cuando una nueva iniciativa no ha tomado aún forma alguna, está en todo caso en situación de originalidad potencial, pero si lo ha hecho dependerá del menor o mayor grado de aceptación que la originalidad sea respectivamente latente o efectiva.

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