Durante el próximo lustro

Teniendo en cuenta el tiempo que lleva plenamente implantado lo denominable minitableta, tiempo en el que lo encuadrable por un lado en lo que es tableta y por otro en lo que es maxitableta han mantenido su dirección hacia ese concepto común de tableta, debiera suponer margen de sobra esta misma década para que la generalización de tal concepto en todo el rango de dispositivos posibles quede concluida a la práctica. De hecho, bien pudiera durante el próximo lustro ser suficiente.

La pantalla está decididamente destinada a seguir situándose en el centro de lo que con propiedad, y a lo menos desde un estricto sentido conceptual genérico, es un ordenador, de modo que aúna la propia función de pantalla y la de albergar los elementos que conforman la base del propio funcionamiento del ordenador, desde su puesta en marcha a su apagado o reinicio. Esto supone desde como mínimo una perspectiva de diseño una significativa diferencia respecto a la tan tradicional como extendida incluso hoy ubicación de tales elementos base en una unidad separada, en el caso de ordenadores de sobremesa, o en lo que corresponde a la parte del teclado, en los ordenadores portátiles; y no es de extrañar que esta diferencia haya sido, de hecho, impulsada por la famosa compañía que, con Steve Jobs a la cabeza, impulsó lo denominable, bajo mi perspectiva, minitableta y que además ya en modelos bastante antiguos de ordenadores de sobremesa fue una compañía que juntó precisamente pantalla y unidad central del aparato. El paso más allá que da en sí la tableta es la posibilidad de completa virtualización del teclado, por lo que los dos o tres componentes básicos de todo ordenador tradicional, en particular de sobremesa, quedan definitivamente reducidos a uno.

Al teclado físico, siempre tendrás que terminar recurriendo en un momento u otro para en concreto la actividad que en blogs y en todo el ciberespacio debas desarrollar en tanto que realizador de contenidos, sea menos o más a título profesional. Usar todo el rango de dispositivos tableta pero sin teclado físico, y por tanto sin la mecanografía que lo caracteriza, conlleva que te limites únicamente a una condición de navegante o, a lo sumo, de realizador no del todo multimedia.

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