El carácter de por sí regresivo de la mala calidad o la mala calidad de lo regresivo según quiera ponerse el énfasis más en un aspecto u otro, no debe conducir a una generalización a tal nivel que pretenda darse a entender que toda la esencia inherente que de nacimiento tiene todo ser humano sea despreciable desde la perspectiva adulta, racional y civilizada. Si bien la sinrazón y lo impulsivo vienen de serie al nacer, no es malo evocar y hasta conservar la niñez según en qué aspectos.
Si queremos considerarlo la excepción que toda regla parece tener que tener o sencillamente un contrapunto, entenderemos que aquello regresivo que no es de mala calidad es en efecto la excepción o el contrapunto a lo que bajo nuestra perspectiva consiste en que la buena calidad tiene esencia transformadora mientras que la mala calidad la tiene regresiva. En ningún caso se trata de que pretendamos que a medida que el ser humano crece deba rechazarse, sea en uno mismo, en los demás o en ambos casos, todo lo que ya desde la infancia caracteriza a la inherente falta de raciocinio humano, sino que se trata de que según crezcamos, esa naturaleza salvaje, que por otra parte es inseparable de la condición humana en general, la tengamos autocontrolada en pro de uno mismo y desde la empatía hacia los demás. Lo que nos retrotraiga a la niñez pero en la vertiente más cándida, más inocente y más divertida de ésta, aun siendo regresivo no es malo, pues nos conecta con la parte buena de lo que fuimos en nuestros primeros estadios de vida.
Que cuantitativamente puedan ser malos los resultados de lo que regresivamente hacia lo bueno de la infancia evoques en tu blog o proyecto similar, no impide que de por sí eso que evoques de tal guisa sea calificable de cualitativamente bueno o por lo menos mejor en comparación a aquello que, pese a en su caso ser de mejor incidencia cuantitativamente, provoca regresión hacia la peor faceta humana de la esencia infantil y salvaje. A diferencia de lo que en el ser humano supone conservar lo peor de su naturaleza salvaje, es al fin y al cabo preservar lo mejor de la niñez una manera de progresar.
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