Dado que la alternativa a considerar hardware un material electrónico blando sería también considerarlo propiamente software, un eventual nanohardware blando tendría como alternativa el considerarlo nanosoftware y, un big hardware blando, de considerarlo asimismo big software. El software abarcaría, pues, toda la informática.
El hacer funcionar software típico con tal supuesta clase de software tangible sustitutivo del hardware tradicional podría ser referente para o, en cambio, reflejo de otros campos de la electrónica, según si ese nuevo software material se desarrolla en el campo informático o en un ámbito distinto, si bien hoy el conjunto de prácticamente todo lo electrónico pertenece, por la IoT, a la informática. Dónde surgiría semejante innovación antes dependería seguramente del sector específico que, en un momento determinado, precise innovar profundamente.
Sea como fuere, ¿puede que los usuarios pasen a poder hacer funcionar sus dispositivos sin que tales aparatos estén construidos a partir de materiales rígidos?, ¿un software sin hardware? Probablemente sí, especialmente en caso de que ese software tangible con el que hacer funcionar el software típico se pueda fabricar con ciertas técnicas sintéticas con resultados más asequibles que de explotar los habituales elementos naturales de consistencia rígida.
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