Aquel tipo de blogs que a menudo se consideran aún como lo que propiamente son blogs, esto es, los blogs al uso como éste mismo o lo que aquí se propone llamar también macroblogs representan en términos de edición multimedia una renovada capacidad en la elaboración de contenidos por la retroactualización que se posibilita. Lo que en lo analógico propio de la era moderna ha sido característico en la preedición, o procedimientos previos a la publicación, ahora resulta aplicable una vez publicados los contenidos.
Una vez publicado un contenido a través de los medios de comunicación convencionales e inicialmente analógicos, por defecto, no puede o no suele poder volverse a la fase de preedición, por lo menos no del mismo modo que en lo puramente digital como son los blogs. Sólo, o prácticamente sólo, cabe reeditar creando, en sí, un contenido aparte y, por fuerza, presentado cronológicamente como posterior, aun si en verdad el contenido reelaborado supone presentar una versión concebida en su momento como previa a la publicada antes y a la que sustituiría.
La digitalización, en este sentido, supera la estricta linealidad tan característica de la típica producción de contenidos y hace que un mismo contenido ya publicado pueda reeditarse pero también preeditarse. Reeditar sería, en el caso de blogs, reelaborar y publicar un mismo post sin suprimir el inicial publicado; mientras que preeditarlo implicaría retroactualizarlo y, así pues, modificar directamente ese post publicado: en cierto modo, como cuando en analógico se restaura una obra escultórica, pictórica o arquitectónica expuesta al público.
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