Teletexto

Quien más quien menos sigue probablemente utilizando todavía, aunque sea esporádicamente, el teletexto: un sistema, al fin y al cabo, de navegación para la búsqueda de información como, en esencia, es Internet. He aquí, pues, un soporte para la transmisión digital y abierta de datos bajo demanda comparable, salvando las distancias, con la red de redes en general y la blogosfera en particular.

A diferencia de Internet, y especialmente de la blogosfera, el teletexto es bidireccionalmente poco interactivo porque sólo permite la autoría o emisión de contenidos desde un destinatario a otro, sin que el receptor pueda asumir el rol de emisor y publicar sus propios contenidos. Por medio de teletexto, además, el multimedia es nulo debido a, precisamente, limitarse los contenidos a texto y no soportar otros formatos.

De no considerar la plataforma televisiva en su conjunto como multimedia, el teletexto resulta nulo de multimedia como casi lo es, asimismo, la sola transmisión audiovisual televisiva. Sea como sea, el teletexto nos aporta otra noción de cómo el consumo de información bajo demanda supone una tendencia con cierto recorrido y que, hoy abarcando la práctica totalidad de formatos comunicacionales, sigue consolidándose.

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