Los programas informáticos o apps, sistemas operativos inclusive, se han extendido en el uso ofimático, teleofimático y ya también, a través de la IoT, en otros ámbitos por el carácter gráfico e intuitivo que han ido adquiriendo. Sin esta dimensión gráfica del software, poco distinto habría seguido siendo cualquier programa o app respecto al puro código fuente del lenguaje de programación.
Con los entornos fundamentalmente visuales que los programas o apps ofrecen, la informática y su eficiencia como recursos para el desarrollo de tareas han ido ampliándose a las más diversas áreas. Esto, junto a la diversificación del hardware que justo la IoT posibilita, nos conduce al actual panorama de las tecnologías de la información y de la comunicación.
Asimismo, la habitual interfaz visual del software, ha permitido incluir la posibilidad de elementos de audio o de imagen en movimiento como utilidades para facilitar la navegabilidad. Las mejoras a través de sucesivas versiones conformarían lo que en términos de edición multimedia representaría un historial de cambios respecto a tales programas.
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