Según la etapa de la vida de cada cual y en cuanto a hacer un blogolegado hay, en la actualidad, un diferente reto. En este sentido sí importa bastante, hoy por hoy, lo referente a la edad: no se trata sólo de lo ya de por sí propio en función de la edad en cualquier legado, que es que los jóvenes se lo empiezan a construir y los de edad más avanzada comienzan a concluirlo, sino que esas formas de, respectivamente, empezar y concluir son distintas aunque se basen en la tecnología digital y vayan a parar a la blogosfera.
Un blogolegado tiene las enormes ventajas de que por la propia esencia de la blogosfera el contenido de tal legado es accesible de manera rápida, fácil y en cualquier instante desde prácticamente cualquier punto del planeta y además se puede generar interactividad también de manera abierta, permanente y a escala mundial. Cualquiera de los grandes promotores de la reflexión y del enriquecimiento intelectual que existieron en épocas anteriores seguro que hubieran alucinado ante tener la posibilidad de dar un alcance de esta magnitud a sus discursos. A fecha presente tenemos aún una generación muy marcada por la era previa a la blogosfera y en general a Internet: algunos de este margen de edad quizá experimenten esa sensación alucinante respecto al potencial en particular de los blogs, pero también hay riesgo de que por simple costumbre otros no adviertan que merece la pena hacer el paso hacia lo telemático y en concreto hacia lo bloguero; desde aquí nos parece que quien por edad haya recabado a día de hoy un importante legado, en especial de conocimientos, hará bien en verterlo al ámbito bloguero, sea haciéndolo por sí mismo sea con ayuda; una ayuda que los más jóvenes no precisarán, por lo menos tanto, por su ya mayor familiaridad con lo digital y con lo telemático.
Estando hoy día en la juventud, la construcción de tu blogolegado ya debes contemplarla en base a fundamentarte en la construcción desde la propia blogosfera, de modo que lo que en ella hagas es lo que directamente va a ir dando forma a tal legado, sin, o casi sin, un paso previo desde lo analógico a lo digital. Si el caso, en cambio, es que te encuentras a fecha de hoy más bien en una edad de ir concluyendo tu legado, y por tanto con toda probabilidad tal legado tendrá buena parte de su contenido en formatos no digitales y sin estar almacenada vía telemática, será muy recomendable que valores la digitalización de cuanto sea posible con el objetivo de que tu legado en todo su conjunto adquiera forma de blogolegado y sea a partir de ahí accesible y susceptible de crear interactividad.
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