Llegar a la conclusión de que el paso de la tecnología analógica a la digital represente un cambio a promover en el máximo grado conveniente que en todos los ámbitos resulte viable debiera hacerse en base a una valoración de un mínimo de profundidad. Tanto limitarse a establecer que algo es bueno porque es lo de toda la vida como a establecer que lo es por el simple hecho de ser nuevo y distinto no resulta en absoluto conveniente.
A base de lo que es aplicable a todo proyecto y si entendemos que el avance tecnológico, a su modo, es un proyecto en el que participa de manera más o menos implicada toda la sociedad, nos es factible aplicar a la evolución de lo analógico a lo digital el mismo principio de los ciclos de trayectoria de toda iniciativa emprendedora. También cabría poner en aplicación lo que entendemos por agentes vinculados y agentes vinculables. A toda sociedad, en particular toda sociedad humana, le es reconocible un mayor o menor grado de emprendimiento: cuestión aparte es que tal emprendimiento se dé más o menos mediante innovación; pero desde la sociedad humana que se fundamente en las más tradicionales labores de campo, hasta la más avanzada que esté vinculada al entorno urbanita y de las máquinas, alguien hay que tenga el emprendimiento de hacer algo en pro de sí mismo y de los demás, sea obteniendo o no cierto beneficio lucrativo. Lo que caracteriza los tiempos actuales en los lugares donde prima la tecnología más avanzada, tecnología que ha hecho posible tener en concreto la blogosfera y en general Internet, es que el emprendimiento va muy ligado a la innovación: una innovación que está marcada por un proceso en el que se va consolidando un cambio de ciclo general tecnológico de lo analógico a lo digital.
En el gran cambio de la transformación de la tecnología analógica a la digital, el rol que desempeñes en tanto que agente vinculado será determinante para que tu adaptación a tal transformación se dé de la mejor manera posible y que así llegues a determinar que este cambio de ciclo es positivo y que bien merece promoverse en el máximo grado conveniente que resulte viable en cualquier ámbito. Si, al contrario, permaneces al margen, lo cual te convierte en todo caso en un agente vinculable, quizá estés dejando pasar grandes oportunidades ante uno de los mayores desafíos que a nivel general se hayan producido a lo largo de la historia.
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