La frontera de lo hecho a mano y lo hecho a máquina

Con las posibilidades que en particular ofrece el lápiz digital pudiera parecer adecuado que merece una reconsideración lo que hacerse a mano y hacerse a máquina significan. Al escribir, o dibujar, con un lápiz inteligente ¿se está haciendo, lo que sea, a mano? ¿O sólo por el hecho de emplear un utensilio de tecnología digital ya no es a mano lo que con tal utensilio se elabore? ¿Dónde limitan una y otra manera de hacer?

Aunque el lápiz digital nos pueda dar la impresión de que es lo que hace, si no del todo recomendable, por lo menos un poco coherente el replanteamiento de lo que entendamos por hecho a mano y hecho a máquina, en verdad esto hasta nos lo podríamos replantear respecto a lo que antes se ha estado haciendo mediante otros utensilios: en concreto ya con la máquina de escribir, y luego con el ordenador y el resto de dispositivos informáticos esenciales. Más que con toda probabilidad, la inercia de la denominación de máquina de escribir conllevó la generalización de referirse, a lo que con máquina de escribir se hiciese y luego con ordenador, en tanto que hecho a máquina. Si bien en el caso de habérsela aplicado a la imprenta sería del todo correcta aun habiendo un original manuscrito la expresión de hecho a máquina, en el caso de la máquina de escribir, y por extensión en el del ordenador convencional y demás dispositivos esenciales, si nos lo planteamos bien, no está tan claro: en definitiva, cuando tecleamos, no sólo usamos una mano sino que usamos, o debiéramos usar, las dos, así que bien podríamos considerar que lo escrito a teclado tendría que denominarse también hecho a mano, incluso con más motivo. Pero aunque sea a modo convencional, está bien considerar hecho a máquina lo hecho mediante teclado, pues de lo contrario, además, debiéramos abandonar la denominación de mecanografía por considerarla también escritura a mano. No obstante, nos parece además, al fin y al cabo, pertinente fijar el límite entre hecho a mano y hecho a máquina en base a otro parámetro que nos permite reafirmarnos, en particular, en la denominación de mecanografía y, en general, en que lo hecho a máquina, en concreto en escritura, es lo hecho con teclado: el delineado es tal parámetro.

Determinar la frontera de lo hecho a mano y lo hecho a máquina, por lo menos a nivel convencional genérico y en concreto en lo referente a gráficos, resulta bastante claro si consideras lo que delinear implica. El delineado, sea para escribir o para dibujar, conlleva el empleo de un utensilio cuyo correcto uso sea siendo tal utensilio asido con la mano y acompañando así ese utensilio a la propia mano en su libre, aunque mínimamente pautado, movimiento: a partir de aquí da igual si el utensilio es, por ejemplo, un lápiz tradicional, o bien, un lápiz inteligente. También lo que intentes delinear mediante ratón de ordenador sería considerable hecho a mano. Lo hecho a máquina, en cambio, y aunque emplees las dos manos, debieras considerarlo todo lo escrito con teclado, pues son las manos las que se adaptan, y no el utensilio o sea el teclado, para moverse en pro de obtener la pulsación sobre cada tecla que convenga.

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