Por el escáner pueden pasar gráficos que hayan sido, o no, previamente del todo digitales. Al hacer referencia a los gráficos de escáner cabe referirse más bien, y en favor de una mayor claridad, a los que, al escanearse, no hayan sido procesados mediante técnica digital previa alguna: es en este sentido que desde aquí se hace, en concreto, referencia a preferir gráficos de lápiz digital en comparación a los de escáner, así como a los de ratón de ordenador. Cabe remarcar que todo lo referido al escáner y a la impresora vale tanto si éstos son dispositivos por separado o si ambos constituyen un híbrido.
Son, en función del origen de los gráficos a escanear, dos las razones por las que el escáner nos da un pertinente servicio. Teniendo en cuenta que, al escanearlo, un gráfico puede tener, o no, un origen digital, cada uno de estos orígenes se correspondería con una de las referidas razones: en caso de un origen digital, estaríamos ante gráficos impresos mediante impresora, o mediante otro dispositivo digital de impresión, y respecto a los cuales tenemos necesidad de procesarlos de algún modo digitalmente al no disponer de sus correspondientes archivos digitales originales y obtendríamos entonces, no gráficos propiamente de escáner sino gráficos redigitalizados, pues al haberse impreso mediante impresora, o similar, han pasado ya al menos por una primera etapa digital; en cambio, ante cualquier gráfico que no se escanee a partir de una hoja impresa de impresora, ni de dispositivo similar, estaríamos propiamente ante un gráfico de escáner, y por lo común se tratará de gráficos elaborados de entrada, y partiendo de lo hecho a mano, a base de lápiz, boli, rotulador, etcétera, tradicionales. Pero además, en caso de que conservemos documentos que en su día fueron impresos directamente por algún medio no digital, al escanear tales documentos estaremos también haciendo gráficos propiamente de escáner, y estaremos contribuyendo a que también se conserven, y sean de fácil difusión, en la blogosfera y otros ámbitos de lo digital materiales que de lo contrario, por su condición analógica, quizá quedarían en el olvido y hasta se perderían por completo. Cabe así pues no sólo considerar gráficos de escáner a lo escaneado desde lo hecho a mano sino también a lo escaneado siendo impreso pero no desde impresora, o similar, en cuyo caso sería redigitalización, sino a partir de tecnología analógica. No obstante, está claro que a medida que incluso lo impreso no digital se vaya convirtiendo en gráficos de escáner, o bien, lamentablemente se pierda, se acrecienta también la tendencia a prescindir del procedimiento por el que obtenemos los gráficos de escáner: tendencia que el lápiz inteligente además, respecto a lo hecho a mano, acelera.
Entre redigitalización vía escáner y los gráficos propiamente de escáner, la segunda opción parece que tenga más tendencia a quedar de por sí en desuso, debido a las mayores ventajas que aporta el lápiz digital. El desuso de la primera será de cariz más particular respecto a todo usuario y dependerá de la capacidad que tengas de conservar los archivos originales digitales de aquello hecho con ratón de ordenador o con lápiz digital, siempre que dispongas de por lo menos una copia impresa mediante impresora, o mediante dispositivo similar, y redigitalizar así el gráfico que sea, de ser necesario: lo ideal en cuanto a la redigitalización sería por tanto que tengas la suficiente capacidad de orden como para que a tal opción de escaneo no tengas que recurrir.
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