Otra flexibilidad mental

De entre todas las eventuales flexibilidades mentales que además de la organizativa puedan ser capaces de desarrollarse por parte del género humano, merece especial consideración en lo tocante a blogs y similares la flexibilidad en la toma de decisiones. Ésta es al fin y al cabo una flexibilidad mental que en relación a la organizativa es complementaria al tiempo que la organizativa lo es respecto a ella.

Adquiere su mayor sentido la buena habilidad organizativa cuando sirve a la buena habilidad de decidir, y viceversa. Si nuestra capacidad mental para proceder en el emprendimiento o la continuidad de lo que sea no está orientada a cierto tipo de decisiones que en el marco de los fundamentos que establezcamos consideremos adecuadas, devendrá la flexibilidad mental organizativa una cualidad que igual servirá en pro de organizar de una manera o de otra aquello de lo que se trate. Dentro del respeto a tales fundamentos, pues, y a través de la debida búsqueda de un estilo genuino a la vez que coherente, debemos vincular nuestra flexibilidad mental organizativa a otra flexibilidad mental que corresponde a la de la adecuada toma de decisiones para nuestro blog o proyecto más o menos parecido. Que tomemos una decisión adecuada conlleva que sin faltar a la idiosincrasia del sello propio que estemos conformando, decidamos dentro de un cierto margen, por tanto con flexibilidad, lo mejor que ofrecer a cualquier público que tengamos y sin que ello suponga alteración grave alguna de nuestro proceder de elaboración.

Con flexibilidad mental en la toma de decisiones, se trata de que te conciencies de que toda nueva y buena aportación que a un público o a unos públicos hagas no tiene por qué corresponderse con una y única, sino que debes contemplar variables, opciones diversas, lo cual contribuye a que tu habilidad de prevenir lo imprevisible mejore. Sobre todo en la preparación y elaboración de proyectos de muy constante actualización periódica, en particular si es actualización diaria, siempre tienes que contemplar el ajuste de tu toma de decisiones, y de ahí el de tus opciones organizativas, a una mínima circunstancialidad.

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